PERIÓDICO EL PÚBLICO: mayo 2012

ALEGRÍA Y ESPERANZA PARA UNA BUENA SALUD
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
Es parte de nuestra cultura en Occidente creer que la mente y el cuerpo son dos elementos separados y con escasas conexiones. Pero esto no es cierto. El cuerpo y la mente son parte de un todo denominado ser humano. Y al ser parte de un organismo, de un todo, existen interrelacionados de tal manera que lo que afecta a uno repercute necesariamente en el otro.
Es por eso que se sabe que los humanos tenemos la capacidad de transformar nuestra biología mediante nuestros pensamientos y sentimientos.
Nuestras células sufren la acción de nuestros pensamientos y son modificadas por ellos.Todo el organismo permanece alerta a los mensajes, experiencias y recuerdos y los transforma en conductas personales ya sean agresivas o serenas. Una depresión intensa puede alterar de forma significativa nuestro sistema inmunológico, más conocido como sistema de defensas. Un recuerdo sobre algo triste, negativo o doloroso hace que el organismo libere hormonas y sustancias biológicas que son destructivas, de la misma forma que lo hace el stress. Pero es el organismo como un todo el que reacciona, el que responde, por eso el que está triste, envidioso o deprimido refleja tristeza, envidia o depresión por todas las partes de su cuerpo: su mirada, su caminar, la postura de cuerpo, el tono de voz, la imagen del rostro, la tersura de la piel, su digestión o la calidad del sueño.
Cuando en el cerebro por una rabia, un susto, odio, envidia o amargura,se producen sustancias neurotransmisoras,ellas viajan por la sangre, por la linfa o por acción quimioeléctrica a todo el cuerpo, de tal manera que las plaquetas de la sangre se pueden hacer más pegajosas  aumentando la tendencia a generar los coágulos que producen trombosis. Las mismas lágrimas tienen una composición química diferente cuando son de tristeza que cuando son de alegría y  la piel tiene un tono y elasticidad diferente, y así mismo, los procesos de envejecimiento se aceleran, aumenta la tensión arterial, el corazón cambia su ritmo normal, se producen lesiones en la mucosa gástrica con gastritis o ulceras, el colon trabaja con dificultad y las glándulas trabajan con celeridad peligrosa.
No obstante, los neurotransmisores también se activan por alegrías, por esperanza, por confianza, por caricias sinceras, fortaleciendo el sistema inmunológico, previniendo enfermedades, manteniéndonos saludables y aumentando nuestro tiempo de vida. Cuando un ser humano se tranquiliza o se llena de esperanza o de alegría, todo su perfil bioquímico interno se modifica dramáticamente.
El odio, la rabia o la envidia son pesados fardos que el que los carga debe pagar con daños en su salud, con alteraciones nocivas en la armonía de su convivencia, y con deficiencias en su rendimiento laboral, intelectual, mental y emotivo. La cultura oriental enseña la importancia de aprender a estar en paz consigo mismo, de la relajación, de la tranquilidad espiritual para mantener una salud corporal sólida y duradera.
Cuando usted internaliza y hace consciente todo su cuerpo de la importancia del respeto por el otro, de lo valioso que es el mandato cristiano del amor al prójimo todo su cuerpo, su mente, su alma se transforman en un vórtice de energía, de luz, de sabiduría, de alegría y, sobre todo, de salud.

Biocombustibles VS contaminación, cual es la verdad?
Por Hugo Neira Sanchez.

Hace unos días con gran despliegue del periódico “El Tiempo”, con una página entera  mostro al pueblo colombiano las bondades del biocombustible usado en Colombia, producido en base a la caña de azúcar.  Las comparaciones que se hicieron dejaron a muchos  satisfechos las cuales fueron: Biodiesel Colombiano 83%, Colza Europea 15%, Soya Estados Unidos 44%, Palma malasia 35%, Soya Brasil 19%, Etanol colombiano 74%, Etanol de caña de azúcar Brasil 64%, Etanol de Remolacha Europa 53%, Etanol de maíz Estados Unidos 10%, Etanol de trigo Unión Europea 7%. Realmente estos publicistas nos creyeron caídos del “zarzo” pues  las comparaciones se hacían con respecto al cultivo, no al efecto a lo que  realmente  se  produce en Colombia el biocombustible y, la utilización  para rebajar la contaminación causada por la gasolina nuestra, producida por un petróleo “pesado”, producido como  el de Venezuela,  bastante contaminante. Muy bien por esto, pero en nuestro menú alimenticio no tenemos como plato especial el biocombustible.  
Realmente el efecto del biocombustible sobre medio ambiente es un solo 3%  del total de emisiones colombianas de C02 en 2008, o al 8°/ de las emisiones causadas por el sector de transporte en Colombia (UNEP2010), más un 8% por su transporte, lo que representa un 16% aproximado en dinero, el cual  es incluido en la gasolina más cara del mundo.
El costo de nuestra gasolina incluyendo el biocombustible tiene numerosos costos adicionales, parece una “vaca lechera”: Ingreso al Productor de la Gasolina Motor Corriente, Ingreso al Productor del Alcohol Carburante (8%), Ingreso al productor de la Gasolina Motor Corriente Oxigenada, IVA, Impuesto Global , Tarifa de Marcación, Tarifa de Transporte por poliductos de la Gasolina Motor Corriente, Tarifa de Transporte del Alcohol Carburante, Margen plan de continuidad abastecimiento, Sobretasa, Margen al distribuidor mayorista, Margen del distribuidor minorista, Pérdida por evaporación, Transporte de la planta de abastecimiento mayorista a estación.
No se entiende que un país productor de petróleo, como el nuestro, se embarque en producir biocombustible, usando sus mejores tierras que se deben dedicar a cultivar alimentos, pues  poco a poco van escaseando las tierras laborables y, a su vez el alimento, como el maíz, que lo compramos a los Estados Unidos, subsidiado y transgénico, que hasta ahora nadie conoce la consecuencias que van a tener estas cosechas  en la salud de los usuario, pero si ha visto en las plagas que se han combatido, apareciendo  “bichos” en forma deforme nunca vistos jamás.
La producción de biocombustible lo tiene que hacer el Brasil que no tiene petróleo, pero nosotros que nos gusta imitar y,  alguien tiene el dinero,  las influencias políticas, nos embarcaron en bajar el calentamiento global con el biocombustible, como si fuéramos únicos en el mundo. El calentamiento tiene dos factores el uso de combustibles fósiles y,  por otra parte un periodo geofísico que ha tenido varias veces la tierra en su camino por el universo después del Big Bang.
Mientras tratamos disminuir el calentamiento con el biocombustible, no nos ha dicho que estamos dañando con esto la capa de ozono, pues es exceso de ozono en la Costa Sur de California, por uso de 10% de etanol en combustible, es dos veces mayor que en últimos tres años, mientras que la concentración máxima de ozono subió a un 22%. Este incremento en ozono se correlacionó con un incremento en las emisiones de óxido de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, que no fueron registrados por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA).  
El EPA aprobó el etanol en gasolina usando un modelo erróneo para sus pruebas, que no toma en cuenta el hecho que el etanol tiende a producir más óxidos de nitrógeno, que suele escaparse de los tubos sellados del sistema de combustible de los vehículos y que reduce la eficiencia, por lo tanto, incrementa emisiones de gases. Se hace necesario un llamado para que “no se permita la expansión del uso” de etanol en la gasolina de los EE.UU. Y en Colombia seguimos gastando el exiguo presupuesto de investigación en estas cacareadas novedades del etanol, la biomasa y demás pendejadas
El acetaldehído, producto de la combustión de etanol esta listado como contaminante Toxico del Aire en California basado en evidencia de sus propiedades cancerígenas y PAN dice que este químico es “genotóxico (causa daño genético) y produce problemas respiratorios e irritante a los ojos, también puede producir daños pulmonares”. El NRDC señaló que incrementando el uso de etanol en el combustible podría llevar a un aumento de la exposición a etanol vía inhalación, que podría resultar en una variedad de tóxicos asociados con la ingestión de etanol. También alertaron sobre las emisiones de nitratos óxidos y compuestos inflamables orgánicos que producen ozono
O sea que tristemente nos han metido gato por liebre, pero como el pueblo colombiano es lo mas pasivo para protestar y, sus dirigentes en el Congreso han demostrado que la mayoría legislan para ellos mismos y, no para quien los nombraron, realmente no conocemos que tan  caro nos va a salir este ensayo absurdo con investigaciones amañadas y, se pone en duda los estudios realizados por importantes centros de investigación del país, que investigan las causas y no lo efectos, enriqueciendo mas y mas a uno de nuestros “cacaos”, quien debe saber que el camino al infierno está sembrado de buenas intenciones.
Que preferimos un poco de calor o morir achicharrados, o con canceres de la piel al faltar la capa de Ozono.  
Lo que necesita Colombia es un estudio de costo-beneficio comparando las tierras no cultivadas para alimento contra los reales beneficios del biocombustible, su producción que no sale en estos estudios y, el efecto de la contaminación incluyendo el Ozono, diferente a lo que nos están manifestando  en costosas publicaciones es otra de las mentiras que nos bombardean diariamente. El papel puede con todo!

AGUA Y POLITIQUERÍA
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
Dolor de cabeza diario en la ciudad son los cortes frecuentes de agua. Muchos son los ciudadanos que se expresan con insultos por la falta del líquido. Esto lo aprovechan algunos políticos para echarle leña a una hoguera encendida buscando ganar votos. El asunto es que le sacan provecho al desconocimiento de la gente sobre el problema del agua en Ibagué.
Veamos algunos datos oficiales. La ciudad tiene 370 kilómetros de vías de las cuales 315 están en mal estado. Recuperar toda la malla vial requiere de una inversión que se ha calculado de manera conservadora en 600 mil millones de pesos. Un costo que supera con holgura los 400.000 millones que representan todo el presupuesto anual del municipio. En la actualidad solo se cuenta con 3 mil millones para atender los daños de las vías. La cosa se complica cuando se sabe que el 70 por ciento de las redes de alcantarillado y casi el 60 por ciento de las redes de acueducto están en mal estado. En otras palabras, casi la mitad del agua que debía llegar a las casas se está perdiendo por fugas en las redes de alcantarillado y esa pérdida de líquido subterráneo, junto con las fugas de las aguas negras del alcantarillado destruye las vías. Las aguas que se tratan, que se pierden y no se contabilizan son más del 40%.
Según cifras del IBAL, en 1978 el caudal del río Combeima era alrededor de 9.800 litros por segundo (LPS). En el 2010, ese caudal se había reducido dramáticamente a solo 2.800 LPS. La tala y el deterioro ambiental han venido trabajando de manera silenciosa, pero sin pausa, para reducir la oferta de agua para la ciudad. Este daño se puede medir con las siguientes cifras. La bocatoma del acueducto no debe captar agua con niveles por encima de 10.000 unidades de turbiedad (UDT) porque se llenarían los tanques de lodo y, lo más grave, la tubería se taparía por el barro. Por lo tanto, cuando llueve en el nacimiento del río y el agua se pone sucia se miden los niveles de turbiedad para saber si se capta o se deja pasar. Hasta el año 2006 los picos más altos de turbiedad fueron de 5.000UDT. En el 2011 se llegó a la exageradísima cifra de 235.000 UDT. En los nacimientos de agua el terreno es pendiente, cuando llueve el agua penetra la tierra, y si se han talado los árboles que la retienen, el agua la arrastra con palos, piedras y basura aumentado la turbiedad del río a donde van a parar.
Este daño ambiental no ocurrió ayer por la noche. Lleva años sucediendo sin medidas eficaces para detenerlo. Hoy recuperar las cuencas, reforestarlas y proteger los cauces del río y sus quebradas necesita años. En el 2010 hubo 37 cortes en la bocatoma. En el 2011 hubo 85 y en lo que va corrido del año casi 40. Si continúa el invierno los cortes no van a parar. Este invierno largo e imprevisible también es resultado del cambio climático por el deterioro ambiental.
Para acabar de rematar, el IBAL, está sin recursos para invertir. Soluciones si hay, y se trabaja intensamente en ellas, pero requieren tiempo, recursos, paciencia y comprensión.
¡Por favor, no se deje meter mentiras!

Carlos Orlando Pardo - VERONICA RESUCITADA.
Pijao editores, 2012
Narrar historias de familia ha sido objeto literario, hacerlo con maestría es sin duda asunto de experiencia en el manejo del discurso.
Hace muchos años y por motivos académicos tuve el placer de leer  LA SAGA DE LOS THIBAULT,  que le mereció a su autor ROGER MARTIN DU GARD, nada más ni nada menos que el premio nobel de literatura en la primera mitad del siglo XX. Pensando en la literatura colombiana, que es el tema que ha ocupado nuestras reflexiones durante un largo tiempo, no puedo dejar de asociar el interés temático del presente escrito con una novela que escribió el antioqueño Mario Escobar Velásquez [i], que recoge retablos derivados de la vida, actitudes y acciones de la abuela, desde la cual se derivan otras historias de hijos nietos y bisnietos. El listado sin duda podría ser mayor, un pensador de América Latina en su literatura, sostenía que el escritor siempre estará tentado  a recorrer su espectro vital, el personal e inalienable, luego la familia y después los temas del escenario público. Lo anterior no es camino forzoso, ni es el caso de Carlos Orlando Pardo, pero en Verónica resucitada sin duda existe un ejercicio de recomposición del recuerdo, de alguna manera el predicado sobre el que se monta esta novela es el de cargar de nuevos sentidos los recuerdos. Y claro con ello se cumple lo que en una ocasión le oí al maestro colombiano, el antioqueño autor de La casa de las dos palmas, que está igualmente nucleada por el concepto de familia y de fundación, Manuel Mejía Vallejo, que sólo se escribe bien sobre lo que bien se conoce.
Este enunciado nos permite recordar que justamente los estetas de todos los tiempos comenzaron el camino literario repensando el sentido de las fundaciones o lo que nos es fundante. Ahí está el origen de la literatura épica, aquella que se da cuando el hombre necesita explicarse “el tiempo prestigioso de los orígenes” como señaló Mircea Eliade en El mito del eterno retorno.
Incluso el siglo XX se inicia y concluye con dos obras mayúsculas sobre Irlanda. Y las dos desde distintas maneras de narrar tocan el mismo asunto. El Ulises de Joyce con la que se abre la contemporaneidad literaria en occidente enfoca a Dublín desde la perspectiva de enunciar la historia cotidiana, preñada de focalizaciones discursivas sobre el sentido de la vida y el periplo del hombre en elementos especialmente potenciadores de lo que significa fundar: paródicamente la ritualidad religiosa trasvasada a un ordinario desayuno, cargada de ironía muestra a tres estudiantes, bajo la dirección de Stephen Dedalus, desacralizando el concepto de la religión dominante, o a Molly recordando sus avatares y devaneos amorosos que son en definitiva los que señalan el norte de su vida precaria al lado de un hombre ramplón  que prepara desayunos dominicales con vísceras de animales.  Y al final de siglo otra manera de ver o de aproximarse a la visión de lo fundacional está en ese monumento al recuento de la vida, de los viajes, de la construcción y deconstrucción familiar en una novela de autor irlandés que se convirtió en el libro de mayor éxito editorial. Novela esta que da buena cuenta de lo que significa como dice su autor en el párrafo de apertura: nada más terrible que ser irlandés, pero aún más terrible ser irlandés y católico, peor aún ser irlandés, católico y pobre. En LAS CENIZAS DE ANGELA esa es la premisa a partir de la cual el autor Frank MCourt narra el desplazamiento  de una familia de pobres, católicos  e irlandeses a Estados Unidos de América en pos del sueño americano.
Todas estas expresiones de alta literatura tienen como referente de llegada y también como punto de partida la construcción desde la epicidad funcional, reconstruir el valor la dificultad y el azar, en juego con otros elementos para resignificar el aludido epos fundacional o de un país, o un grupo étnico o simplemente una familia. 
Volvamos a VERONICA RESUCITADA, novela de reciente factura, después de haber escrito novelas, cuentos, publicado antologías, armado colecciones, compuesto canciones y endechas amorosas en la diestra pluma de Carlos Orlando Pardo.
Qué es  VERÓNICA RESUCITADA?. N o es novela de amor o desamor, ni de traiciones y quimeras rotas, es eso y mucho más. Yo la asumo como un texto que con 52 capítulos y en considerables 295 páginas su autor resuelve entrar en los huesos formadores de sus propios recuerdos, con nombres propios y ciertos allí aparecen doña Inés y su hermana Sofia, al lado de Pablo y Don Eloy, sus esposos, y junto a ellos, la figura dominante de la madre de las hermanas que han quedado en la orfandad, por la muerte “presunta” de su madre Verónica.
La historia desde el nivel argumentativo es simple: una mujer en los albores del siglo XX se rebela contra la monotonía del matrimonio y del hogar, las obligaciones contraídas para atender a su esposo e hijas, el encuentro con una nueva piel y otras miradas y la inminente traición y el abandono. Verónica, la protagonista, fundadora de esta zaga de familia tolimense, resuelve romper el nudo gordiano en los brazos de un amante, un trapecista, hombre de circo, que vuela en  las cuerdas y en el amor con la velocidad que le brinde la ocasión. Al final la novela reinstala a Verónica con su hija Inés y muere en medio de una familia, la suya, que anheló pero nunca quiso, después de haber logrado hacer su vida con relativa independencia y autonomía.
Pero ese argumento es sólo un trampolín para recrear un escenario superior, como ocurre en novelas de este tipo que teniendo como eje aglutinante una historia familiar extienden su mirada a un todo mayor. La fundación del partido comunista colombiano, el surgimiento de la televisión, el apogeo del teatro, las escuelas de formación en dramaturgia, el principio del poder político, la fuerza y dominancia del partido liberal, la sombra de Jorge Eliécer Gaitán, las figuras de los presidentes de la república López y Lleras Restrepo, hasta la presencia de Luis Carlos Galán hacen parte del escenario público que aparece ubicado en esta novela que  muestra  el proceso cultural de buena parte del siglo XX colombiano. Junto a figuras como la de Alicia del Carpio y  propuestas como Yo y tu, o la academia de Don Eloy y la presencia de Sofia, la tía entendida en teatro, marionetas y discursos estéticos que como la abuela de la academia montaba para generaciones de colombianos,  aparecen de la mano junto a otros elementos que tienen que ver con un tema que Pardo lo maneja en toda su producción : la  NOSTALGIA.
Y la mejor manera de entender el peso y el valor de la nostalgia que cabalga sobre los seres humanos a título individual o colectivo está en la conceptualización que de la misma hace Milán Kundera: “En griego, ´regreso´ se dice nostos. Algos significa ´sufrimiento´. La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. (…) En cada lengua estas palabras poseen un matiz semántico distinto. Con frecuencia tan sólo significan la tristeza causada por la imposibilidad de regresar a la propia tierra. Morriña del terruño. Morrina del hogar”.2
Y desde ese concepto de Kundera entendemos parte de la propuesta de Pardo con su personaje Verónica. La abuela que abandona a sus hijas pequeñas y al esposo, se aleja de su hogar no solo físico sino interior. Sin embargo la necesidad del regreso es lo que le confiere estatura a VERONICA RESUCITADA. Volver para encontrar que tampoco es parte de lo hallado, volver a escrutar los ojos de las hijas desde cerca y desde dentro pero no para encontrar amor  ni perdón solo la mirada de unos mundos definitivamente perdidos que nunca fueron suyos ni lo serán en los días finales de su aparente “resurrección”.
 Esta novela tiene el arrojo de descubrir el alma femenina en una Colombia en la cual no era pensable la independencia ni la autonomía de la mujer. Supeditada al varón según la costumbre, o more social,  romper los lazos de dependencia sin duda no sólo era tarea titánica, sino casi imposible. Verónica, cuyo primer nombre fue Esperanza, con tres madres a cuestas, cada una llamándola de manera diferente, y eso es elemento sintomático para esta protagonista, cuyo precario sentido de pertenencia se ve atropellado desde el acto de ser nombrada y permanecer con la misma designación : Fue Arturo el que me dijo que era de origen hebreo y significaba verdadera imagen. Para mí era mentira porque la real también se la habían robado como a mí y yo ya no era Esperanza sino lo contrario” 3 .
Verónica, Esperanza, la abuela, la trapecista, la vieja o simplemente la oficinista, describe su drama, el de desear ser ella, encontrarse en su particular capacidad de decisión, su autonomía ignorada, y no podía hacerlo desde la voz de un narrador externo, por el contrario la densidad de su voz se hace audible en el texto en monólogos en bastardilla, que le dan fuerza a la novela y al tiempo abre la polifonía narrativa, con ese espacio íntimo, que alcanza ribetes de suave lirismo para transparentar el alma femenina: “ Me empequeñezco estando sola como si apenas el público exclamándome me retornara la estatura porque en silencio, sin la gente de flores y sonrisas notaba la falta de pureza, la velocidad de mi locura y mi maldita vocación por los acontecimientos peligros. Es ahí donde todo me pesa y agradezco haberme quitado tanta carga de encima atravesándose para cumplir mis sueños y mis ganas de sorber la libertad. “  P 87
Y es ese grito de libertad de Verónica el que seduce, sin que ello signifique el ahogamiento de los otros personajes que la acompañan en su recorrido vital. Pero es la fuerza de su gesto el que le da curso a la novela que Pardo la resuelve en la nostalgia de lo perdido y el deseo de regresar, como lo afirma Kundera en su novela “la ignorancia”, en donde su personaje Irina, Uliseada femenina, proyecta al abandonar París después de haber vivido en él dos largas décadas, retoma el camino para ir al encuentro con sus compañeras de colegio, con el aire y el espacio y los sueños que de adolescente había tenido y sentido y sufrido y amado en su pequeña y distante Polonia. A su turno Verónica volverá al Tolima, atrás queda el circo, la piel recorrida por las pasiones sucesivas, el trabajo en Palacio, sólo importa el encuentro con sus hijas. En una y otra novela ( la de Kundera y la de Pardo) el resultado señala idéntico camino: la nostalgia es sólo eso, el deseo impostergable del regreso, el nostos de la lejanía, la saudade íntima y frente a ello la presencia absolutamente ingrata de una realidad que ya está tan lejana de los tiempos idos, irremediablemente ausentes.
CECILIA CAICEDO
Primera lectura, felicitaciones mi caro amigo

Los usuarios de EnerTolima incluyendo a Pereira, sin esperanza alguna en el sector eléctrico colombiano.
Por : Hugo Neira Sánchez
Esto lo digo, porque mientras EnerTolima en su web, se ufana por estar entre las cien empresas más importantes del país, según la revista “Semana· (a costillas de los usuarios), esto no se refleja  ni en las tarifas, ni en su infraestructura  en el departamento del Tolima, ni en Pereira. Esta empresa a sus usuarios solo les da circo y regalos. Este es el  “el sueño colombiano” de los nuevos “cacaos” como los Nule, pero esto no es raro en el transcurso de su vida democrática de Colombia, pues  a finales del siglo XIX, donde proliferaban periódicos satíricos, el género rey era el suelto o breve en forma de versos irónicos decimas “ensaladillas”, epigramas y aforismo por ejemplo el periódico “El Mago” publicado en Bogotá, en la columna “Preguntas y Respuestas” del señor Juan Ignacio Gálvez escribía:
¿Cómo se eleva un número a la quinta potencia?
Haciéndolo celebrar un contrato con el gobierno”
Anuncios como la que ha hecho la Electrificadora del Huila de rebaja de sus tarifas desde el mes de mayo y,  empresas del centro del país, en las cuales como costumbre no está Enertolima tendrá una rebaja de 19 y 54 pesos por kilovatio/hora, disminución en la tarifa del servicio de energía eléctrica con la que se beneficiarán cerca de un millón ciento noventa y dos mil clientes de la Empresa de Energía del Quindío (Edeq), la Central Hidroeléctrica de Caldas (Chec), la Electrificadora de Santander (Essa) y Ruitoque E.S.P (Floridablanca-Santander), cuya mayor rebaja se registrará en Ruitoque, con un 20%; Edeq, 13%; Essa, 10%; Chec, 9,8%, de acuerdo al informativo de “Concier”, organismo de información del sector eléctrico, es muy diferente a lo que hace EnerTolima, envuelto en el escándalo como el de los Nule, nos muestra el error tan grande que tuvo el gobierno, en colaboración de los políticos de nuestra región, y tristemente por  la poca acción de  la ADT, de entregar una empresa a personas que no tenían dinero ni experiencia unos nuevos “cacaos” como los Nule, para llevar a la empresa  a un buen futuro, favoreciendo a los usuarios del departamento del Tolima y a Pereira, más bien,  tienen que aumentar las tarifas para poder amasar su capital. Que destino tan triste!; nos llega el TLC y no somos competitivos como lo están haciendo otras empresas de servicio eléctrico en otras regiones del país, que piensan en sus usuarios, regiones y no en su bolsillo. Todo esto se lo debemos al trió que sin control alguno en el gobierno de Uribe; el exMinistro Mejía, la exsuperintendente Evamaria Uribe, el nefasto viceministro de minas enemigo del Tolima; Mariguasha y, al expresidente Uribe, que falto a su palabra prometida en las reuniones que efectuó en Ibagué, de entregar a EnerTolima, y a Hidroprado a gente del Tolima.
Este beneficio de rebaja de tarifas, se da porque el Gobierno Nacional decidió integrar en una misma área de distribución a las siete compañías que suministran electricidad a los mercados de Antioquia, el Eje Cafetero, Santander y Norte de Santander.
La Resolución 180574, expedida por el Ministerio de Minas y Energía, oficializó la creación de esta nueva zona que unifica los cargos de distribución y que hacen parte de la tarifa al usuario final.
Su aplicación será a partir de los consumos de mayo, en los sectores residencial, comercial e industrial.
Al crearse este mercado, el cargo de distribución se unifica para las entidades que hacen parte de esta jurisdicción, quedando en 145 pesos, según estimaciones que EPM ha hecho para las empresas de este grupo
Como este valor resulta de promediar los cargos de las siete empresas que conforman el ADD Centro, para algunos usuarios las tarifas de energía eléctrica se incrementarán, como es el caso de EPM, las Centrales Eléctricas del Norte de Santander (Cens) y Empresa de Energía de Pereira (EEP); pero bajará para otros, como sucederá con los clientes de Edeq, Chec, Essa y Ruitoque. Bajo este nuevo esquema, el Grupo adquiere el compromiso de lograr niveles superiores de eficiencia.
Aunque en este grupo está la Empresa de Energía de Pereira donde en lugar de bajar sube la tarifa, pero lo más extraño  es que no aparece EnerTolima, en este grupo. La pregunta del millón porque el gobierno la excluyo de esta Resolución? por eficiente o ineficiente, o porque desea que sus usuarios, como no protestan y están “felices” con su destino, sigan permitiendo que suban sus tarifas, para que su dueño pueda pagar el capital que debe especialmente a la FEN, quien le presto para infraestructura (antes de adjudicación?) y no para comprar la Empresa, cuyo caso lo defendió el señor actual Fiscal y, que proclamo a todo “viento” que los Nule nada tenía que ver con EnerTolima, siendo todo lo contrario como lo ha demostrado los hechos reales.
Lo que deseamos tarde o temprano, es que se conozca que paso con esta adjudicación y,  no siga con el “teflón” que la ha amparado de toda investigación, con ayuda de muchos políticos nacionales. La justicia llega porque llega, vea el caso del BOOT de la Electrificadora del Tolima, se volvió a revivir por la Fiscalía después de casi 20 años de sucedido, pueda ser que ahora si castiguen a los que protagonizaron este debacle financiero.

¿Qué hacer con los empresarios nacionales?

Por:Jorge Enrique Robledo
El 15 de mayo entra en vigencia el TLC con Estados Unidos, la peor decisión de la historia de Colombia. Lo único positivo del suceso es que demostrará que la razón la teníamos quienes advertimos que era una pésima manera de relacionar el país con Estados Unidos, así como con la Unión Europea, Corea y ¡China! Las cosas se han puesto tan mal desde el inicio del libre comercio en el gobierno de César Gaviria, que cabe la pregunta del título de este artículo. Porque además del obvio detrimento de las condiciones de vida de los sectores populares y las capas medias, otra constante del neoliberalismo es la crisis de los empresarios nacionales, en particular de los no monopolistas, quienes, si bien les va, pierden sus empresas con las trasnacionales y terminan de simples rentistas, casi que como desechables. La tragedia se presta para hacer algo de historia sobre un tema decisivo para el país.

Hace cuatro décadas, en medio del auge de las ideas de izquierda en Colombia y el mundo, hubo varios debates relevantes. Uno, sobre la lucha armada, práctica con tantos militantes y simpatizantes que generó cinco grupos guerrilleros principales. Pero también es verdad que no fuimos pocos los que la rechazamos, en la teoría y en la práctica. También discutimos si para ganar el cabal ejercicio de la soberanía nacional frente a Estados Unidos, y con ello desatar las enormes fuerzas productivas de la nación paralizadas o anquilosadas por sus políticas, cabía invitar a los empresarios nacionales –nacionales para distinguirlos de los intermediarios de los negocios foráneos–, como afirmamos algunos, o si había que descartarlos porque sus intereses eran los mismos que los de las trasnacionales.

Hoy, cuarenta años después, hay un veredicto sobre esos debates: el programa del Polo Democrático Alternativo propone la solución política de un conflicto armado que mucho daño le hace al país, pero también rechaza el uso de la violencia para tratar las contradicciones económicas, sociales y políticas. Y cree en la idea de relacionar a Colombia con todos los países, incluido Estados Unidos, mas no en acuerdos de mula y jinete sino de intercambios con beneficio recíproco y respeto a la soberanía nacional, concepción que defiende la producción urbana y rural de los campesinos, los trabajadores por cuenta propia y el empresariado.

En este lapso también se confirmó que someterse a los ucases de Washington enriquece a reventar a unos cuantos nativos pero mantiene en el atraso a la nación y condena a legiones al desempleo y la pobreza. Más grave aún: si se analizan las cosas con rigor, se concluye que hoy la estructura económica de Colombia es más mediocre que la de hace medio siglo, y con tendencia a empeorar en relación con los países capitalistas desarrollados, pues crece el rezago científico y productivo y el país se especializa en minería, y de capital extranjero, como en la Colonia.

Tras un siglo de intentar desarrollar a Colombia por la vía de la deuda externa y la inversión extranjera, no concebidas como respaldo al esfuerzo de la nación y a su capacidad de acumular riqueza internamente sino como su supuesto reemplazo, y en la práctica impidiendo el trabajo propio o reduciéndolo a poco, se consolida la desnacionalización de las principales empresas, cuyas utilidades se exportan, y hasta terminaron por sobrar los colombianos, el principal valor del país. Sobran el pueblo raso y las capas medias, que emigran por millones o se quedan en el desempleo y el rebusque improductivo, y hasta sobra, quién lo creyera, el empresariado urbano y rural, al que hasta 1990 la banca internacional le permitió una papel económico muy secundario pero de cierta relevancia.

La Colombia que hay que construir deberá ser el fruto del esfuerzo conjunto de los trabajadores, el campesinado, las capas medias y el empresariado, quienes, sin distingos políticos, tendrán que montar un proyecto de unidad nacional que le sirva a toda la nación.

Coletilla: muy mal les está yendo a los países que hace poco iniciaron TLC con Estados Unidos. Porque se les dispararon sus importaciones, según muestran sus balanzas comerciales con la superpotencia. (En millones de dólares) Chile: entre 2004 y 2011, de 1.126 a –6.804. Perú: entre 2007 y 2011: de 1.152 a –2.083. Honduras: entre 2006 y 2011: de 30 a –674 y República Dominicana: entre 2004 y 2011: de 169 a –1.939 (http://bit.ly/LS5reP). Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar.

El Taller de escrituras creativas de 
Libardo Vargas Celemín

Por: Carlos Orlando Pardo
Desde cuando Libardo Vargas era estudiante de bachillerato, ya mostraba una decidida pasión por la literatura. Y en esas se ha mantenido desde entonces, pero combinando su entusiasmo con la lectura disciplinada y la formación académica, independientemente de su ejercicio como escritor en el campo del cuento donde refleja sin duda su talento y en el de profesor donde ha cumplido una meritoria tarea de provocador en jornada continua. Desde esta difícil pero maravillosa tarea, ha contribuido no sólo a la formación de futuros escritores y buenos docentes, sino cumple su aporte significativo desde el entusiasmo de la investigación.  Dentro de ese proceso en el que lleva varios ensayos importantes, acaba de presentar en la pasada Feria Internacional del libro, un excelente recorrido por lo que significan los talleres de escritura creativa, llevándonos de la mano por su historia internacional con documentación justificada y el desarrollo que ha tenido en el mundo. La segunda parte advierte aproximaciones conceptuales respecto a la creatividad y a la literatura y la precisión sobre los talleres de creación literaria, sus principios, componentes y momentos que transcurren en él, al tiempo que traza rutas en la construcción de una didáctica de la escritura creativa, tema sobre el que conocíamos un clásico titulado Didáctica de la lengua y literatura españolas de Julio Larrea y Elba Martínez, publicado en 1961. La propuesta preliminar de una didáctica a seguir de acuerdo a los géneros señala un camino purificador y finalmente se estaciona en la propuesta de los talleres. Desde ya se trata de un libro llamado a ser clásico en esta época tan necesitada de guía en este campo y el volumen de 300 páginas con el sello de las ediciones de la Universidad del Tolima se vuelve indispensable o necesario para los docentes del país. 

Extraño aquí, que si bien es cierto y no podía ser de otra manera, se cumple el registro al fundador de los talleres literarios en Colombia como lo fuera el inolvidable escritor tolimense Eutiquio Leal, se dejan por fuera siendo esta la primera investigación exhaustiva en el país, los dos libros con metodología que escribiera Eutiquio y la referencia se limita a un artículo de un periódico local cultural ya desaparecido o las noticias de Camilo Pérez. Recuerdo ahora un largo almuerzo en Barcelona junto al ensayista ya desaparecido Rafael Gutiérrez Girardot y R. H. Moreno Durán,  también adelantado, donde le comenté al entonces profesor en Alemania, por qué en su lúcido ensayo sobre literatura colombiana refería a Vargas Vila despechándolo en dos o tres renglones y me respondió, para salir del paso, que por falta de bibliografía y esto no es tolerable en un investigador, salvo que lo refiera expresamente o no desee reconocer los méritos de alguien. La falta de justicia e información al lector sobre Eutiquio Leal, en este caso, no se me hace válida, sobre todo porque es el tema, afirmando luego que no existió una metodología, citando apenas las viejas declaraciones del escritor sobre la no existencia de ella, pero no el suplemento a su vacío consignado en sus dos libros referidos. Pero no existe la perfección y estoy seguro que por la trascendencia del ensayo de Vargas Celemín tendrá nuevas ediciones para las cuales valdría la pena atender esta sugerencia.  

LAS EXCENTRICIDADES OBAMA
Hace unos días que el diarío El Mundo publicaba un artículo sobre las excentricidades de Obama y bueno hemos querido dejar pasar unos día por si el propio Obama desmentía la noticia, pero no... al parecer el tema de las prostitutas y el servicio de seguridad que ha copado los titulares en todo el mundo es un tema muy menor comparado con el nivel de dispendio y del desprecio con el que el señor Obama ha tratado a sus iguales Latinoamericanos.
Colombia es el principal valedor de EEUU en la zona y al parecer el señor Obama se negó a tener un detalle tan nímio como comer los alimentos ofrecidos al resto de jefes de Estado, todo se lo trajo de EEUU (incluida la fruta, hace falta ser majadero para considerar que la fruta de EEUU es mejor que la de Colombia), luego el gasto acometido fue simplemente increible, al parecer llegaron 17 aviones cargados con el séquito estadounidense, 28 coches de lujo, incluyendo el bunker acorazado, noches en los hoteles más lujosos...
Esto es más grave pues un simple vistazo a la web que escrutina la deuda y déficit de EEUUsirve para comprender que la situación de EEUU es límite en cuanto al nivel de gasto público y que si un país en el mundo precisa de austeridad ese es EEUU.
Adicionalmente los desaires que Obama ha realizado a propios y extraños no tienen justificación, sobre todo aquel para recibir el premio Nobel (que no merecía haber  ganado nunca) en el que apenas si pasó unas horas en la capital sueca (a costa eso sí del contribuyente estadounidense) y con críticas generalizadas a su poco reconocimiento del premio... todo ello por no hablar de las caras vacaciones de su mujer, que causan escándalo, sobre todo cuando uno analiza el enorme coste, de nuevo, para el pagador de impuestos estadounidense
Obama ha sido un muy mal gestor en lo económico y ahora, cuando se acerca la hora de las elecciones tendrá que explicar al electorado todo este compendio de sin sentidos

RESPONSABILIDAD Y CARÁCTER
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
William Ospina
Hace unos años nuestro escritor William Ospina publicó un texto denominado “Lo que le falta a Colombia”. Con la agudeza y deliciosa prosa que lo caracteriza, desnudó uno de los problemas que con mayor frecuencia aparece en la vida pública y privada de las personas: la falta de responsabilidad y de carácter.
Cuando a un funcionario público o de una empresa particular se le llama a que responda por algún tema que se considera no fue atendido con la diligencia que le correspondía, es muy usual que presente una larga disculpa pero no que asuma la responsabilidad del hecho. Para él lo importante no sería encontrar solución al problema, tampoco corregir yerros cometidos, sino evitar un regaño o un llamado de atención presentando una buena disculpa. Al parecer la óptica para enfrentar una dificultad en el trabajo o en la vida cotidiana ha cambiado radicalmente y ahora lo único valioso es tener a la mano una disculpa. La más fácil e inmediata es echarle la culpa a otro…
Cuando en la calle ocurre un accidente de tránsito, lo común es que cada conductor se baje energúmeno de su vehículo pretendiendo culpar al otro. Es raro aceptar la culpa. Si hay muerto o herido, fue por la imprudencia de él que ocurrió el incidente. Cuando en un hospital o clínica un enfermo se complica por no recibir un medicamento, lo que abundan son las explicaciones pero no las responsabilidades: que la enfermera se olvidó, que el médico de turno no formuló, que el de la farmacia no envió, que el del aseo no permitió entrar, que la familia no avisó, que el enfermo se estaba bañando o que no se deja, y un largo etcétera que facilita que el responsable quede indemne, más allá que el enfermo se recupere o no, porque para el caso es lo que menos importa.
El carácter es parte integral de la personalidad de los individuos. La responsabilidad hace parte del carácter. El padre de familia que les hace las tareas a sus hijos para que tengan buenos resultados en sus colegios, no está contribuyendo a forjarles una personalidad con responsabilidad. Existen  muchos, que como dirían los abuelos, exigen a grito pelado que se entreguen remedios para las enfermedades, pretendiendo ocultar su falta de gestión para prevenirlas. Otros exigen que se pavimenten las calles sin importarles sin las alcantarillas estén en buen estado, presionando a funcionarios irresponsables para que apliquen una carpeta asfáltica sobre un terreno debilitado por las corrientes subterráneas de agua negras que dañaran, inexorablemente, el trabajo realizado sobre ellas.
La corrupción es el rostro de la irresponsabilidad. Hay corruptos que para disimular sus comportamientos y creyendo que así mitigan sus culpas espirituales, rezan, van a misa y a procesiones con cara compungida, invocan a Dios o a la Virgen cada minuto o tienen imágenes sagradas en sus salas u oficinas. Entienden mal el mensaje divino. Ellos no aman al prójimo sino el dinero del prójimo. Su verdadera responsabilidad es con su propio bolsillo nunca con los demás. Por eso quedan las obras mal hechas y los corruptos millonarios.
Si cada uno asume sus propias responsabilidades, sin disculpas, y las cumple a cabalidad, estaríamos dando el primer paso, firme y decidido, para transformar nuestro país, nuestra región, nuestra ciudad, nuestra misma vida.

EL NUEVO LIBRO DEL PADRE DE LA CIENCIA FICCIÓN EN COLOMBIA: ANTONIO MORA VÉLEZ
Carlos Orlando Pardo, Cecilia Caicedo y Antonio Mora Vélez.
Por: Carlos Orlando Pardo
Antonio Mora Vélez se ha convertido desde hace ya no pocos años en el padre de los relatos de ciencia ficción en Colombia y en un autor del país con trascendencia internacional. Alcanzó la fama cuando ganara con Glitza el concurso nacional de cuento promovido por el magazín dominical de El Espectador. Después ha sido incesante la carrera de este autor nacido en Montería con una docena de libros publicados, uno de ellas publicado por Pijao Editores en su colección 50 novelas colombianas y una pintada.  Ahora, la colección de Bocachico Letrado de su ciudad natal, un grupo literario que él dirige, publicó La gordita del Tropicana, volumen de cuentos donde por vez primera el clásico de la ciencia ficción deja transcurrir sus historias en la tierra. El también directivo de la Academia de Historia de Córdoba, me hizo la honrosa invitación para que prologara su libro, texto que comparto con los lectores de El público.


Palabras de entrada

Seré verídico para que no me crean
Tomás Carrasquilla

La patria del hombre es su infancia, sentenció alguna vez León Tolstoi y es de aquella fuente inagotable donde Mora Vélez bebe para entregarnos este nuevo libro poblado por historias de inocencia, tan extrañas aunque bellas hoy como cuando a Aureliano Buendía su padre lo llevó a conocer el hielo. Y avanza hasta los tiempos de la pubertad encabritada donde el instinto comienza a alargarse y los sueños húmedos alcanzan su pedestal para transformarse, con el paso del tiempo, en la emoción de recrearlos en la literatura, sin que la vida se detenga ahí sino vaya inclusive a las horas que cruzan hasta que el sol comienza a iluminar nuestra espalda. Épocas fantasiosas y de maravilla por la candidez en que crecimos con los sueños intactos y nos permiten resucitar antiguas emociones bajo la magia de la palabra justa, pero ante todo por el de la turbación creativa que no deja morir escenas de momentos que marcan nuestra vida y son más o menos comunes a una generación que hoy se erige en plena madurez. 
Salvo para la grata curiosidad del mundo literario, el origen remoto o próximo de una fábula vertida al relato no tiene la importancia que refleja a la hora de la verdad cuando se lleva al texto escrito. Sus razones desde la evocación para hacerlo no pasan de ser un lugar frecuente a buena parte de los escritores en el planeta. Lo que sí resulta noticioso, en este caso, es el cambio repentino, tanto en su novela A la hora de las Golondrinas como en este nuevo libro de cuentos de Antonio Mora Vélez, del escenario usual de sus ficciones que circulan por las carreteras intergalácticas a las avenidas donde uno se tropieza con situaciones ubicadas precisamente en este mundo, en que su búsqueda continua y creativa por cambiar de atmósferas y temas, hace su aparición lejos de aquellos nidos estrellados y asteroides remotos.
Entre uno y otro, por fortuna, lo que permanece intacto es su talento en el narrar, la creación de ambientes que viajan hacia el centro de los sentimientos encontrados, dosificación inteligente de la anécdota, economía de lenguaje y estructura que lleva sin duda a atrapar al lector entre las fauces poéticas y a veces desencantadas de las pasiones evocadores de un tiempo diluido que rescata y resucita en su lucha tenaz contra el olvido.
Sin duda, el lector hallará en estas páginas la lucha del ser por reconstruir viejos pasajes instalados en la memoria que dejan florecer emociones y aprendizajes alrededor de la fugacidad de la existencia. Reconforta estacionarse en libros como este de Antonio Mora Vélez que nos permiten vivir estremecimientos y nos deja la impresión no de haber leído un libro sino de haberlo sentido, la indiscutible magia de los escritores verdaderos.
Desde la valija de sus evocaciones, el autor nos remite a un universo desdeñado y desconocido hoy que parece extraño al de la era de la tecnología y creyera removido sólo de su imaginación pertinaz ya reconocida internacionalmente, porque se juzgarán extrañas y hasta de la escuela del realismo mágico sus historias, pero quienes hemos vivido lo prodigioso de las provincias entendemos que es la vida de cuerpo entero, por dentro y por fuera, la que palpita y cabalga sin temor por sus páginas. 
Los 21 relatos que integran el nuevo volumen de Antonio Mora Vélez, se distinguen también por su brevedad y lo intenso de las historias que narra. Las reiteradas dedicatorias de los textos a seres queridos suyos que partieron más allá de la vida pero no del afecto, concretan no sólo un homenaje a su memoria, sino a un pretérito donde habita la pobreza y la ilusión de crecer, como si el lente retrovisor permitiera el examen de un largo trayecto por la existencia donde la satisfacción de haber vivido algunas desilusiones no dejan huella de resentimiento sino de aprendizaje, y aquí está el testimonio estético desde lo estrictamente literario para eternizar esos instantes. 
¿Qué significan para un niño las pequeñas cosas? Mi caja de cartón magnifica lo que simbolizaba para ese infante el recipiente ajado de cartulina gruesa que el chiquillo asumía como su único tesoro y logra poner en primer plano para que tome vida algo tan en apariencia insignificante, lo que sólo el buen cine o la buena literatura logran. Allí, en ese pasaje que conmueve escrito en 1978,  deja ver cómo, desde  hace ya más de tres décadas, Mora Vélez era en realidad no un aprendiz sino un escritor.
El grato paseo al que nos lleva, tiene variedad de paisajes y situaciones que pueden ir hasta los indios donde los cuentos de miedo, la música, el deporte y el mar son el escenario, el de la evocación de los sustos y las creencias de la infancia bajo el templo de lo supuestamente demoníaco por el ritual de los masones, en Berenice; la primera decepción amorosa que de tragedia íntima se transforma en resurrección rápidamente, en Más bella que Georgina; el cambio de mirada sobre la vida en Mi dulzaina; el gallito giro como un juguete viviente al que las limitaciones de la pobreza llevan a su exterminio; en recogiendo los pasos los espíritus que aparecen para despedirse; en cielito, las suplantaciones y el abandono; en La gordita del Tropicana, la sesión de estrenar el adiós a la virginidad; En el borrachito de las 36, el enfrentamiento a la sensación cercana de la muerte violenta; en Ligia María, la corraleja, el acordeón y el merengue; en Rosario, el miedo a la recreación; en Plácida, el amor frustrado y evocado; en El partido de Magola, el béisbol y el deseo paralelos al ritmo del juego y la pasión exaltada por el deseo sensual; en El niño Dios, los tradicionales regalos de navidad cuyo conocimiento de la verdadera procedencia permiten el desencantado instante de la pérdida de la inocencia; en la aventura de los mangos, las pilatunas y la angustia de la madre cuando el hijo se va sin decir adónde; en Ana Bolena, los versos, la pobreza, la coquetería; en Por conversar un rato con Mariela, incomparable y bella evocación de los amores desaparecidos; en El funeral de mi abuelo, el abandono y la tristeza por la muerte; En Tierrasanta, el comienzo de un activismo sindical; En El circo, aquel asombroso espectáculo que todos vivimos y admiramos, en fin, un viaje por la vida vuelta lenguaje y un libro de Mora Vélez que recibimos con alborozo.
Ibagué, Nuevo Rincón Santo, marzo 5 de 2012 

EL TUBO
Por: ALBERTO BEJARANO ÁVILA 
El Superintendente de Servicios Públicos, en entrevista publicada por El Nuevo Día hoy 14 de mayo de 2011, señala que no puede culparse al IBAL de los cortes de agua en Ibagué. Esta opinión plana y típicamente burocrática merece equilibrio. El Concejo Municipal, la Alcaldía de Ibagué, la Junta Directiva del IBAL, la Gerencia del IBAL, los entes de control, entre otras, son instituciones históricas que por decenios han manejado los intereses de los ibaguereños y, como tal, tienen culpa directa de todo cuanto sucede en el acueducto. Una opinión ligera no puede exonerar a instituciones que por acción u omisión han fallado.
Cosa diferente es que el actual Concejo, el actual Acalde, la actual junta directiva del IBAL, el actual Gerente y los actuales órganos de control municipal, por ahora, sean culpables. Ellos deben merecer razonable compás de espera para un juicio histórico que debe ocurrir, digamos, en uno o dos años. Sí, para esas épocas, aún subsisten los problemas de agua o las soluciones acometidas lesionaron los intereses de los ibaguereños entonces ellos serán acusados e Ibagué habrá de juzgar la ineficacia y la traición de su institucionalidad.
Confiemos en que esto no suceda y que en este periodo de gobierno se vean signos claros de rectificación y de acciones eficientes y éticas para atender las expectativas de progreso de los ibaguereños. “El tubo nunca tuvo la culpa”, la culpa la han tenido quienes en forma errática han manejado los intereses ibaguereños, historia de yerros que ya debe terminar.

Homenaje nacional a Alfonso Jaramillo e Hilda Martínez en Ibagué

Por: Carlos Orlando Pardo
Es más que justo el homenaje nacional que el Congreso de la República en pleno hará a Alfonso Jaramillo Salazar y a su esposa, dos combatientes legendarios de las luchas liberales y coautores de la pelea contra el atraso del Tolima en todos sus frentes. Para el seis de julio próximo, se reunirá la plana mayor del país, incluido el Presidente de la República, a tributar el reconocimiento a este matrimonio de servidores públicos que dieron siempre fe de vigor incansable en sus tareas, de carácter y transparencia en cada uno de sus actos. Los conocí de niño y tuve el privilegio de ser cercano a su familia y seguidor entusiasta y convencido de su política a lo largo de toda mi vida pública. Cada uno de sus actos que seguí como testigo de excepción, me llevan siempre al convencimiento de su valerosa tarea en la política de la región y de cómo se convirtieron en figuras nacionales del partido liberal. Sobre Alfonso Jaramillo Salazar, Carlos Lleras Restrepo en su revista Nueva Frontera, al calificar el gabinete de Turbay, dijo de su equivocación designando a un médico de pueblo, a “un médico rural” en tan alta responsabilidad, para después de su ejemplar desempeño admitir que se había equivocado y se trataba de su ministro estrella, como en efecto lo fue, en una luminosa tarea todavía sin par en Colombia, trascurridos 34 años. Cuando fuera gobernador del Tolima entre 1962 y 1963, rompió con la conducta del dejar hacer y dejar pasar para enfrentarse con decidido carácter a buscar la paz, la que en su administración se alcanza de manera concreta cuando se da de baja a los principales bandoleros que azotaban la región con secuestros y matanzas. Al mismo tiempo, cumplía con un dinámico desarrollo de la educación, la salud, el trabajo, las obras públicas, sin olvidar las vías veredales y ofrece por vez primera en el Tolima la participación de la mujer en el gabinete. Como parlamentario y embajador, como Jefe de su partido, como médico excelente al servicio de la gente humilde, Jaramillo ofreció una vida pública sin tacha que sigue siendo ejemplo para el país, lo mismo que su esposa, Hilda Martínez, valerosa dirigente que logró participación notable como parlamentaria y como vocera de los intereses populares tanto en el departamento como en Bogotá, donde logró sobresalir como concejal. Sus actuaciones la llevaron a encarnar un modelo de mujer participante y con beligerancia en los asuntos del gobierno y el Estado, en las obras educativas de la cual por ejemplo el Técnico femenino, hoy Sagrada Familia ubicado en el barrio Jordán, fue fundado por ella como un prototipo para educar a hijas de desplazados por la violencia que tanto tiñó de sangre el suelo colombiano. Todo un largo volumen se haría necesario para resaltar las acciones de los esposos Jaramillo Martínez, de cuyo matrimonio y ejemplo salieron Guillermo Alfonso y Mauricio, dos exparlamentarios igualmente beligerantes porque no tragan entero, al estilo de la escuela de Palacio Rudas, y cada uno en su campo sigue cumpliendo con una acción sobresaliente, manteniendo la honestidad como principio, la batalla por sus ideas como razón de ser y el deseo de ayudar a construir un mejor país. Estaremos atentos a este reconocimiento porque siempre serán pocos los aplausos para los viejos, la admiración por su vida y su trayectoria y la gratitud por haber podido, desde nuestro padre, estar al lado de las causas justas que abanderaron siempre con gallardía. 

Colombiano Eliécer Pardo reclama que la literatura hable desde los vencidos
Publicado en: UNIVISION
Por: Roberto Rojas Monroy
Bogotá, 25 abr (EFE).- El escritor colombiano Jorge Eliécer Pardo, que irrumpe en el mundo editorial tras dos décadas de silencio con "El pianista que llegó de Hamburgo", afirmó que la literatura "debe empezar a hablar desde los vencidos", con motivo de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo).
"Creo que ya es tiempo para que la novela colombiana empiece a hablar de fenómenos que la crónica, la sociología y la historia patria, que ha hablado desde los vencedores, empiece a hablar con la voz de los vencidos, con los antihéroes, a quienes nadie ha dado voz", reclamó en una entrevista con Efe.
El autor de la saga "Quinteto de la frágil memoria", publicada por Cangrejo Editores, apuesta ahora por una novela colombiana o latinoamericana "que sea realmente histórica".
"Creo que es la opción de empezar a hablar de eso para no repetir lo mismo. La historia patria recreada en la historia de la novela histórica. Es uno de esos fenómenos que empieza a suceder en todos los países de América Latina", indicó satisfecho el novelista, nacido en 1950.
Eliécer Pardo, autor también de la laureada "El jardín de las Weissman" y de "La octava puerta", cree que los escritores "tienen un compromiso y una posición 'sartriana': el escritor es testigo de su tiempo y el escritor no debe traicionar su propio tiempo".
Por eso cree que el autor actual debe "ser un aporte en la reconstrucción del tejido de la memoria, pero no contado desde la historia sino desde los personajes que van relatando el conflicto con la historia de telón de fondo".
Y ese telón, indicó, "es realmente la vida de los seres humanos, de la guerra, nuestra guerra, que nos determina en su proceder y en su tiempo", indicó en alusión a su país, Colombia, que vive un conflicto armado desde hace casi 50 años.
Para Eliécer Pardo, su saga del "Quinteto" es su "gran proyecto en donde la historia de Colombia forma parte de la historia personal, de una saga familiar, que va recorriendo tiempos, espacios, países, viajes, conflictos, amores y traiciones".
Su última entrega, "El pianista que llegó de Hamburgo", habla de "un hombre que huye de la II Guerra Mundial y odia la guerra. Es un humanista y trata de buscar la manera de ir a Estados Unidos, pero termina en Colombia, encontrando esa otra violencia, que es la nuestra".
En Colombia abre una academia de piano, pero el 9 de abril de 1948, cuando es asesinado el entonces candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán, se la queman, lo que lleva "a un deterioro afectivo poético del personaje y termina huyendo al sur del país".
El "Quinteto" está compuesto por cinco novelas, la última de ellas "El pianista". Las anteriores fueron "La baronesa del circo Atayde", "Una llama al viento", "La sombra del silencio" y "La frágil memoria".
Todos ellas relatan momentos vividos por él que tienen que ver con hechos reales de la sociedad e historia política colombiana, como aquel fatídico 9 de abril y la muerte del caudillo Gaitán, que llevó a lo que en Colombia se llama "La Violencia", una sangrienta guerra entre conservadores y liberales.
Luz Mary Giraldo en El Espectador
También la llamada guerra del café y al éxodo de los cultivadores, o la fundación de las guerrillas comunistas, entre ellas las FARC.
"La frágil memoria", según el autor, "es el libro central, una historia de amor urbano con todos los conflictos de la ciudad, con todo lo que ha ocurrido con el Palacio de Justicia, la guerrilla del M-19, un proyecto utópico de la juventud".
Eliécer Pardo confesó a Efe haber dedicado los últimos 20 años "a estudiar la vida violenta de Colombia para colocar a los personajes dentro del mismo conflicto". Con esa afirmación justificó "esa pausa" en su producción literaria.

El veterano autor colombiano presenta su última obra en esta edición de la Filbo 2012, que acoge Bogotá hasta el primero de mayo. EFE