Por:
Alberto Bejarano Ávila
¿Es
posible que una región ahonde sus condiciones de subdesarrollo creyendo de
buena fe que es protagonista del desarrollo? Eso creo e igual creo que desde “los
tiempos de upa” el Tolima sufre tan raro despiste, pues jamás, que se sepa, un estamento
económico, político o social buscó corregir la estéril costumbre de formular el
desarrollo como receta simple de arroz seco o refutar el catecismo
desarrollista oligopólico que impide crecer o arruina lentamente a muchas empresas
tradicionales del territorio, apoca el espíritu emprendedor e incita al
consumismo compulsivo para impedir que el ahorro tolimense sea base del capital
de inversión endógena.
Peter
Senge afirma que “los problemas de hoy derivan
de las soluciones de ayer” y, pienso yo, si las soluciones de hoy son ídem o
peores que las de ayer ¿qué mañana esperar? El desarrollo es asunto de alta
complejidad dada su naturaleza sistémica y sus múltiples y disimiles variables y,
por ello, pensar el progreso socioeconómico en perspectiva panorámica exige
superar prejuicios ideológicos y los enfoques economicistas o izquierdosos de
desarrollo regional que hoy son “canto a la bandera”, apología mercantilista, pedagogía
de pequeñez o anzuelo electoral. ¿Por qué evitar dogmas y prejuicios?, “porque
lo contrario a una verdad no es una mentira, es otra verdad”.
Unas
premisas lógicas antes de lanzar otra propuesta al infinito vacío: Si la
globalización es realidad funesta, el regionalismo es contrapeso obligado. El
desarrollo no es posible si el tolimense no protagoniza el desarrollo. Sin
capital regional no habrá desarrollo regional. El capital del grupo foráneo no
es capital regional. Recursos y oportunidades regionales son una sola torta y
la porción que de ella come el plutócrata la pierde la comunidad. El desarrollo
supone negocios pero no todo negocio supone desarrollo. El Tolima ahonda su
dependencia y pierde oportunidades cuando cede protagonismo incondicional al actor
foráneo. Pregonar el desarrollo no es construir desarrollo.
Esta
la propuesta a líderes privados, públicos, académicos, políticos y sociales del
Tolima que han buscado progreso con evidentes resultados fallidos: convocar a
los sectores aludidos para que deliberen e instituyan por lapso corto (1 año) un
centro de investigación, laboratorio de ideas o “Think Tank” (tanque de
pensamiento) que desde la diversidad ideológica, económica, política, social y
ambiental construya seis (6) variables cardinales que confluyen al propósito de
reconstruir nuestra región: 1ª Visión sistémico-estratégica del desarrollo
endógeno. 2ª Pautas para afirmar identidad y cohesión social. 3ª Modelo
pedagógico para forjar cultura de región. 4ª Guías capitales para orientar el
protagonismo raizal. 5ª Sistemas correctos de organización política y social.
6ª Modelo económico con fundamentos regionalista.
¿Ante quién sustentar esta propuesta?
El
ente, integrado por 10 personas idóneas (dos por sector) y sabedoras de que el esfuerzo
de pensar el desarrollo debe ser participativo, estará dotado de recursos
humanos, económicos y técnicos necesarios, sesionará de tiempo completo y
consensuada y metódicamente entregará resultados a un consejo de líderes y estos
de modo estructurado y formal a la opinión pública.