PERIÓDICO EL PÚBLICO: junio 2011
LA CORRUPCION  NOS  CARCOME
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
Es un lugar común, hablar de combatir la corrupción. Es un discurso desde el que se hacen grandes promesas, pero que en la práctica los hechos son tan escasos, que la corrupción sigue su curso, rampante, ascendente y sin reparos. Esto no quiere decir que la corrupción deba continuar su camino y que lo único que se pueda hacer es encogerse de hombros. No, de ninguna manera.
La corrupción le repartió dinero a manos llenas a los hacendados poderosos, y para tapar el sol con un dedo, también a centenares de campesinos pobres. ¿Y, entonces, cuál fue el problema? Que si sumamos el dinero entregado a centenares de miles de trabajadores del campo, y lo comparamos con la cantidad entregada a unas pocas familias poderosas que laboran el agro, nos damos cuenta que se les dieron mucho a poquitos y poquito a muchos. La función del Estado no es ayudar a los que no necesitan sino, y especialmente, a los necesitados. Y si esta ayuda a los poderosos, se hizo para pagar favores por apoyos electorales, la cosa empeora. Es corrupción utilizar los dineros públicos, los dineros que se recogen de los impuestos que pagamos todos, para beneficiar a unos pocos, que además, no pasan necesidades.
Los hospitales están en crisis porque la salud se convirtió en un negocio para beneficiar a los grupitos que siempre ganan y perjudicar a las mayorías que siempre pierden. Muchos pobres se  mueren esperando atención en las puertas de los centros hospitalarios, mientras otros disfrutan de los dineros que se apropiaron y que convirtieron en lujosos hoteles, campos exclusivos de vacaciones y descanso… La corrupción no solo está en la salud, se ha descubierto en los trámites de las pensiones, en los negocios del ejército, la policía, la armada y la fuerza aérea;  en la justicia; en las ejecuciones viales, en las investigaciones judiciales y de seguridad, en los contratos de educación para entrega de dotaciones, refrigerios, salas de cómputo, construcción de aulas, polideportivos, bibliotecas, etc. Se ha detectado corrupción en los aeropuertos; en la entrega de licencias de importación y exportación; en el deporte; en las ayudas a los damnificados; en las entregas de subsidios de vivienda; en la compra de droga para enfermedades de alto costo; en las cárceles…
En la corrupción convergen muchos de los problemas de este país. Combatir la corrupción es más importante que cualquier otra de las dificultades que nos aquejan. Si acabamos la corrupción se generaría empleo digno y permanente. Se abrirían oportunidades para nosotros, para nuestros hijos y nietos; se construirían y dotarían hospitales, escuelas, colegios, bibliotecas y polideportivos. Las universidades públicas tendrían recursos para financiar  educación con calidad, cupos suficientes para los hijos de los pobres, investigación pertinente, laboratorios dotados, prácticas suficientes y oportunas. La vivienda de interés social sería eso, de verdadero interés social. El campo recibiría el apoyo que merece y necesita. Los pobres no se verían empujados a la delincuencia, al tráfico de estupefacientes, a la prostitución, al desempleo y la desesperanza.
La pasividad, la apatía y la complicidad permiten que este país, este departamento y esta ciudad se deterioren. La culpa no es sólo de los corruptos sino también de nosotros que los dejamos hacer, que los elegimos para que roben, de nosotros que cerramos los ojos para no ver lo que nos hacen.
Publicada por: ALBERTO BEJARANO AVILA
LA HISTORIA DE LOS COLORES
Relatos del Viejo Antonio 
Selección y adaptación, Julia Pacheco.
El viejo Antonio señala que una guacamaya que cruza la tarde.  “Mira”, dice.  Yo miro ese hiriente rayo de colores y digo “parece mentira tantos colores para un solo pájaro”.
“No era así antes, la guacamaya –empieza a narrar el viejo Antonio mientras forma un nuevo cigarro- ¿Acaso tenía colores? Puro gris era.  Sus plumas eran rabonas como gallina mojada. Los dioses se despertaron de un largo sueño y empezaron a pelear, que eran muy peleoneros estos dioses, no como los primeros siete, que siempre sacaban acuerdo.  Y peleaban los dioses porque estaban aburridos pues sólo había dos colores. Uno era le negro, que mandaba la noche y el otro era el blanco que caminaba en el día y el tercero no era color, era el gris que pintaba tardes y madrugadas para que no brincaran tan duro el negro y el blanco.
Después de tanto pelear, como también eran sabios, dieron en ponerse de acuerdo y sacar más colores para alegrarse ellos y alegrar a los hombres y mujeres murciélago. Reunidos, todos se dieron a pensar cómo hacer más variados los colores.  Uno de ellos dio en pasearse de un lado para otro y tan pensativo estaba que no vio por dónde caminaba y se tropezó con una piedra y se golpeó la cabeza. El dios se puso a llorar un buen rato, pero luego se queda mirando la sangre y ve que tiene otro color distinto al negro y al blanco y fue corriendo a donde estaban los demás dioses y les mostró el color nuevo, “colorado” le pusieron a ese color.
Después, un dios quería un color para pintar la esperanza y lo encontró “verde” le pusieron a ese color. Otro dios empezó a rasguñar la tierra y le preguntaron ¿qué busca? “Busco el corazón de la tierra”, respondió mientras aventaba tierra para todos los lados.  Al rato lo encontró, y mostró el corazón de la tierra a sus compañeros los dioses, “café” le pusieron a ese color.  Otro dios se fue para arriba “voy a ver de qué color es el mundo” dijo y se dio a trepar y trepar hasta bien arriba y vio el color del mundo, pero no sabía cómo describirlo a los demás, así que se quedó fijamente mirando hasta que quedó ciego, el color nuevo se le había pegado a su mirada.  “en mis ojos trigo el color del mundo dijo después de caminar a tropezones el largo trecho hasta donde los dioses.  “Azul” le pusieron a ese color.
Para entonces, los dioses estaban ya cansados y se fueron a tomar pozol y dejaron los colores dentro de una cajita debajo de una ceiba. La cajita no estaba bien cerrada y los colores se salieron y empezaron a bailar y a juntarse y salieron otros colores y la ceiba los cobijó para que la lluvia no los borrara.  Cuando los dioses despertaron fueron y vieron lo que había sucedido en la ceiba y contentos le dijeron: Tu pariste los colores, tu cuidarás el mundo y desde tu cabeza lo pintaremos todo de colores. Y se subieron a la ceiba y desde su copa empezaron a aventar colores, así no más, y el azul se quedó parte en el agua y parte en el cielo y el verde les cayó a los árboles y plantas y el café que era el más pesado se cayó en la tierra y el amarillo, que era una risa de niño voló hasta pintar el sol y el rojo entró por la boca de hombres y animales y los pintó por dentro, pero con el relajo que había caían colores por todos los lados y distintos colores salpicaron a los hombres y por eso hay hombres de distintos colores y de distintos pensamientos.
Pero como ya estaban tan cansados los dioses y se querían ir a dormir decidieron guardar los colores en alguna parte y vieron una guacamaya y la agarraron y le pusieron encima todos los colores y le alargaron las plumas para que cupieran todos, y así fue como la guacamaya se quedó con los colores, y los anda paseando por ahí, por si a los hombres se les olvida que muchos son los colores y que cada uno tiene su lugar.
El día de San Juan, un día universal.
Por: Por Hugo Neira Sánchez
Para los tolimenses el día de San Juan el 24 de Junio es un día muy especial, donde celebramos nuestro folclor la esencia de ser tolimense, con lechona, tamales, que representan los símbolos gastronómicos tolimenses. Para la gran mayoría de Tolimenses, no conocen cual fue su origen cristiano y universal.
Para los paganos este día es el solsticio, donde la distancia angular del Sol al ecuador celeste de la Tierra es máxima. Es el verano, pero esto tan solo es cierto para la mitad del mundo o, mejor dicho, para los habitantes que viven por encima del ecuador (en el hemisferio norte) ya que para los del sur el solsticio es el de invierno, pero esto no excluye al resto de la humanidad, pues  la fiesta de San Juan es patrimonio del mundo cristiano.
Antes de cristianizarse esta fiesta, los pueblos de Europa encendían hogueras en sus campos para ayudar al Sol en un acto simbólico con la finalidad de que “no perdiera fuerzas”. En su conciencia interna sabían que el fuego destruye lo malo y lo dañino.. Se ha asociado esta festividad al solsticio de verano, Este simbolismo era compartido por pueblos distantes, separados por el océano Atlántico. Es el caso de los viejos incas en Perú. Los dos festivales primordiales del mundo incaico eran el Capac-Raymi (o Año Nuevo) que tenía lugar en diciembre y el que se celebraba cada 24 de junio, el Inti-Raymi (o la fiesta del Sol) en la impresionante explanada de Sacsahuamán, muy cerca de Cuzco. Justo en el momento de la salida del astro rey, el inca elevaba los brazos y exclamaba: “¡Oh, mi Sol! ¡Oh, mi Sol! Envíanos tu calor, que el frío desaparezca. ¡Oh, mi Sol!” Este gran festival se sigue practicando y representando hoy en día para conmemorar la llegada del solsticio de invierno, con un claro tinte turístico. Los habitantes de la zona se engalanan con sus mejores prendas al estilo de sus antepasados quechuas y recrean el rito inca tal y como se realizaba (más o menos) durante el apogeo del Tahuantinsuyo.
Uno de los monumentos más enigmáticos de la humanidad relacionado al solsticio de verano es el “Stonehenge”  un monumento megalítico, tipo crómlech, (Un crómlech o crónlech es un monumento megalítico formado por piedras clavadas en el suelo y que adoptan una forma circular o elíptica, cercando un terreno) de la Edad del Bronce (2.500 años A.C) en Inglaterra La finalidad que tuvo la construcción de este gran monumento se ignora, pero se supone que se utilizaba como templo religioso, monumento funerario u observatorio astronómico que servía para predecir estaciones. En el solsticio de verano, el Sol sale justo atravesando el eje de la construcción, lo que hace suponer que los constructores tenían conocimientos de astronomía.
La noche y el amanecer,  dedicados a “San Juan” fue un gran esfuerzo por cristianizar las numerosas fuerzas que se manifiestan en esta mágica jornada, en la que todas las sociedades tradicionales de Europa colocaban en marcha numerosos rituales de antiguo origen y profunda funcionalidad cultural. La fiesta no es específica de localidades concretas, sino que se extiende por toda Europa con diversas variantes.  Un personaje–símbolo de la cristiandad y un astro presiden la celebración.
¿POR QUÉ SAN JUAN BAUTISTA?: San Lucas narra en su Evangelio que María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo. (de hoy en seis meses - el 24 de diciembre - estaremos celebrando el nacimiento de nuestro Redentor, Jesús). Desde entonces se señaló esta noche como la de San Juan, muy próxima al solsticio de verano que ha heredado una serie de prácticas, ritos, tradiciones y costumbres cuyos orígenes son inmemoriales en toda Europa y se han extendido por muchos pueblos de América. Lo paradójico del asunto es que el 24 de junio se celebra la fecha del nacimiento del Bautista, que en realidad no debería festejarse porque de los Santos siempre se recuerda el día de su muerte. San Agustín hace la observación de que la Iglesia celebra la fiesta de los santos en el día de su muerte, pero que en el caso de San Juan Bautista, hace una excepción y le conmemora el día de su nacimiento, porque fue santificado en el vientre de su madre y vino al mundo sin culpa. Es digno celebrarse su nacimiento, ya que fue motivo de inmensa alegría para la humanidad tener entre sus miembros al que iba a anunciar la proximidad de la Redención.
El nombre JUAN: Procede del hebreo Yo-hasnam, con el significado de “Dios es misericordioso”. Otra etimología muy cercana es la de Jo-hanan o Jo-hannes, que significa “Dios está a mi favor”. San Juan Bautista es el príncipe del santoral cristiano: es el único santo del que se celebra el nacimiento y no la muerte, y su fiesta, el 24 de junio, es una fiesta solar, de luz y de fuego, decantación de los más antiguos ritos de la humanidad en la más grande de todas las fiestas.
La masonería al contrario de lo que muchos afirman, que es atea, enemiga de la Iglesia, lo cual no lo es, tiene su día especial, en el día de “San Juan”, donde renuevan sus dignidades,  esto se debe a que en la Edad Media el ya entonces “San Juan” de los cristianos fue adoptado como “santo patrón” de los “Collegia Fabrorum de artesanos”  y luego de los constructores, masones operativos, de donde pasó a la masonería especulativa desde su mismo surgimiento, a principios del Siglo XVIII. Desde entonces y hasta la fecha, la Francmasonería asimiló a Janus (Filológicamente el nombre JUAN, en Hebreo Johan, en Griego Joánes, en Persa Jehan, en Francés Jean, en Inglés John, en Alemán Johann, cuyo radical es la voz semítica JAN),   dentro de su estructura simbólica,  celebra en su honor las fiestas de Solsticiales,  marcando algunos ceremoniales alusivos.
En 1790 el gobernador de la provincia del Tolima, don Lucas de Herazo ordeno la celebración de una fiesta especial como acción de obediencia al Rey de España. Se trataba de un jolgorio que se prolongaba durante 10 días en el mes de junio ordenándose una serie de actividades en las que intervenía el pueblo. Una de estas actividades era la corrida de toros. También había participación de “mojigangas” que vienen a corresponder hoy día a las comparsas que debían contar con la participación del pueblo. Estas fiestas nacieron con el fin de celebrar "La Jura". Así se le llamaba entonces a la actividad de obediencia y respeto al Rey de España.
Participaban todos los pueblos de la provincia regido por la parroquia de cada uno. La tradición se extendió a punto de que el “San Juan” era una fiesta rural y el “San Pedro” una fiesta urbana; pero ambas estaban unidas por varios días de regocijos continuos.
Las fiestas duraban antiguamente ocho días distribuidos así: el 24 de junio “San Juan”, el 25 “San Eloy”, el 26 “San Eloicito”, el 27 “San Churumbelo”, el 29 “San Pedro”, el 30 “San Pablo” y el 1 de Julio, “San Pablito”, “San Churumbelo” y “San Churumbelito”. El “San Juan”, 24 de junio, las campesinas amanecían estrenando en aguas de olán florido, vistosos collares de peonías espaciados con cuentecitas de azabache, escotes con pasamanerías y muchos encajes y perendengues.
Si queremos conservar nuestras tradiciones la fiesta de San Juan tenemos que hacer un esfuerzo para transformarla a una fiesta rural, donde este sector tenga una gran participación, pues tristemente estas fiestas han terminado sin entidad,  una mescolanza de jolgorio, sentido netamente comercial de lo más bajo auspiciado por el Estado cantinero, licor, borracheras, medio ambiente deteriorado por los fluidos de hombres y heces de  animales  etc. , con un desorden alargado en su tiempo, haciendo que estas fiestas terminen hasta ahora en una gran “guachafita”, como decía mi paisano Emeterio. Para terminar pregunto, Que tiene que ver las cabalgatas con el Folclor?. La demostración de soberbia del amo ante sus vasallos?
MURIÓ ROBERTO ARENAS BONILLA
Por: Carlos Orlando Pardo
La noticia sobre la muerte del ex ministro y ex embajador  Roberto Arenas Bonilla enluta el cuadro de honor de los tolimenses consagrados, puesto que contribuyó de manera importante al desarrollo del país desde todas las posiciones por él desempeñadas. Fue Director de Planeación Nacional, Ministro de Gobierno, Concejal de Bogotá, Representante a la Cámara, Senador de la República, rector de la Universidad de los Andes y director del Centro de Investigaciones de la Universidad Nacional y del Instituto de Estudios Colombianos. Había nacido en Purificación el 23 de octubre de 1928 donde realiza sus estudios primarios y cursó los secundarios entre el Instituto Nacional Isidro Parra del Líbano y el colegio San Simón de Ibagué, hasta que es expulsado por formar parte de una huelga, cuando apenas faltaba un año para su graduación.
Bachiller del colegio nacional Isidro Parra del Líbano, gracias a las gestiones de Carmenza Rocha, Secretaria de Educación del departamento para entonces, Arenas viaja a Bogotá donde comienza sus estudios de ingeniería civil en la Universidad de Los Andes, para luego viajar a Estados Unidos donde se gradúa como tal en la Universidad de Pittsburgh en 1958, año en el que regresa a Colombia para fundar la sociedad Arenas Morris & Cía.
Realizar los diseños estructurales de la Central Hidroeléctrica Río Prado y de la subestación de Transmisión Eléctrica de Flandes, además de distintos estudios de recuperación del distrito de riego Coello-Saldaña en el Tolima, y de estudios preliminares para el desarrollo hidroeléctrico de los ríos Suaza (Huila) y Caraño (Caquetá), fueron las tareas que bajo su dirección se ejecutaron desde su empresa. Sin embargo, aunque los trabajos tuvieron gran envergadura, otros fueron los principales campos de acción de Roberto Arenas Bonilla: la vida pública y la académica. 
Su actuación es ampliamente reconocida como eficaz y seria. Bajo su dirección, el Departamento Nacional de Planeación elaboró el Plan de Las Cuatro Estrategias, proyecto valorado, dentro y fuera del país, como el más coherente y productivo programa de planeación económica. Su participación en este trabajo no fue coincidencial. Tres años de estudios de postgrado en Desarrollo Económico y Social, bajo la dirección de Lauchlin Currie, además de cursos sobre demografía, política monetaria, cambiaría y fiscal y comercio exterior, entre otros, ya habían demostrado la capacidad de este tolimense a quien también se deben, en colaboración, los planes sectoriales para diferentes actividades económicas nacionales. Sin embargo, aunque la economía le robó buena parte de su tiempo, la política, su otra gran pasión, también le reportó enormes satisfacciones. Como Ministro de Gobierno tuvo la vocería del Partido Liberal durante los dos últimos años del Frente Nacional; realizó una tarea de manejo del orden público y de coordinación de las relaciones entre el gobierno y las distintas fuerzas políticas, que fue clave para terminar ese histórico período sin estado de sitio, en un ambiente de paz y de respeto mutuo entre las distintas agrupaciones, todo lo cual lo hizo merecedor de un homenaje nacional ofrecido por el maestro Darío Echandía en 1974.
Durante su permanencia en la política activa fue jefe para el Distrito Especial de Bogotá de la campaña que adelantara Carlos Lleras Restrepo tendiente a depurar las costumbres políticas del liberalismo en 1976 y 1978, respectivamente. Retirado Lleras Restrepo de la política, fundó con Luis Carlos Galán y otro grupo de destacados dirigentes la Unión Liberal Popular (UPL), movimiento que impulsó la candidatura del mencionado líder. Desde 1982 renuncia a volver al Senado y se dedica a la política más como una función académica que activa. 
De su tarea como legislador quedó el más completo y audaz proyecto de ley en el campo urbano en lo tocante a la intervención del Estado y la función social de la propiedad. Consultor y asesor del Instituto Colombiano de Ahorro y Vivienda y de la Asociación Colombiana de Cultivadores de Caña de Azúcar (ASOCAÑA), miembro de la Junta Directiva de Cementos Diamante y del Consejo Directivo de la Universidad de Los Andes, luego de haber sido rector encargado de la misma, Roberto Arenas Bonilla dedicó gran parte de su tiempo al Instituto de Estudios Colombianos. Con anterioridad estuvo entregado al Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional. 
Desde este último cargo se terminaron, bajo su dirección, numerosos estudios interdisciplinarios como: Alternativas para el desarrollo urbano de Bogotá, Planes de desarrollo urbano de Manizales y Neiva, Proceso de industrialización en Colombia, Situaciones de vivienda urbana en Colombia, índice de costos de la vivienda urbana en Colombia, Problema de la vivienda en Colombia y Dependencia externa y dominación interna: El caso colombiano, que han sido publicados en las más prestigiosas revistas nacionales e internacionales en las áreas del desarrollo.
Bajo su coordinación, numerosos trabajos se ejecutaron en el Instituto de Estudios Colombianos, que dirigió desde su fundación. El análisis de los problemas nacionales, en particular los relacionados con el sector urbano, demográfico, económico y fiscal del país, y la identificación de proyectos promisorios en los campos industrial, agroindustrial y de infraestructura fueron sus objetivos más globales.
Con su dirección y coordinación se llevaron a cabo análisis de la estructura administrativa y se formularon recomendaciones para su mejor funcionamiento en el Ministerio de Minas y Energía, Carbocol, Ecominas, Instituto de Asuntos Nucleares, Fondo del Carbón, Cerromatoso y Mineros del Chocó, además del esquema interestatal del sector eléctrico así como de la estructura político-administrativa del distrito especial de Bogotá y de las relaciones político-administrativas de los municipios con los departamentos y la nación.
A pesar de su extensión, éstas son sólo algunas de las investigaciones realizadas por él y su equipo y cuyas recomendaciones se aplican como parte de los puntos guías que el país sigue en su desarrollo económico y social. Además, el Instituto de Estudios Colombianos realizó varios seminarios internacionales y locales bajo su dirección.
Entre los primeros se encuentran el internacional sobre Historia Económica en Colombia: un debate en marcha, y el de Estado, Planeación, Desarrollo Urbano y Desarrollo Económico. Pero quizás el más importante fue el de Estudios para la Formulación del Plan Nacional de Desarrollo Minero, en donde se analizaron los aspectos técnicos, económicos, jurídicos e informáticos de la situación actual y futura del sector minero en su conjunto, y de los minerales específicos de mayor importancia para el país. Desde estos foros, se formularon recomendaciones de distintos tipos que hoy se siguen de manera continuada en el país. Como conferencista, sus ponencias fueron no sólo escuchadas sino publicadas en los diversos países donde fueron ofrecidas. 
Algunos de los títulos de sus trabajos son: Problemas y perspectivas de los servicios públicos en Colombia, La planeación del desarrollo y la redistribución espacial de la población en Colombia, Urbanización y bienestar, Causas fundamentales del deterioro institucional del país, y Bases de la organización económica y social del estado Colombiano. 
El destacado intelectual fue colaborador habitual de secciones especializadas en los diarios El Espectador y La Prensa, las revistas Economía Colombiana, la de vivienda del INFANAVIT de México y de la Asociación Interamericana de Planificación. Miembro del Consejo Editorial de la revista Eure de la Universidad Católica de Chile. Este consagrado tolimense cuya mayor frustración fue no haber logrado detener, con Carlos Lleras Restrepo y Luis Carlos Galán, el deterioro político del país, aún creía que la vida iba a permitirle continuar contribuyendo al engrandecimiento de su patria.
En la década del 2000 Arenas Bonilla se desempeñó como embajador de Colombia ante el Gobierno de Bélgica y Luxemburgo y Jefe de Misión ante la Unión Europea. Finalmente fue columnista de importantes medios de comunicación como Portafolio y El Espectador, entre otros, dejándonos por fortuna la huella de su vida impecable y en permanente estudio. Lamentamos su partida a los 83 años de su productiva existencia.
ÁLVARO HERNÁNDEZ VÁSQUEZ Y SU PAÍS DE LOCOS
Por: Carlos Orlando Pardo
Hace ya 26 años, Álvaro Hernández Vásquez se inició en la tarea literaria pública con un renombrado éxito nacional que sus amigos celebramos entusiasmados en aquel ya lejano 1985, precisamente  cuando ganara el Premio Enka de Literatura infantil. Su colección de relatos publicados bajo el título de El libro cantor que reeditara hace poco Educar, le otorgó sin duda un puesto de honor en la literatura colombiana. Ahora, luego de más de un cuarto de siglo, surge su País de locos, segundo volumen de cuentos con el que se reafirma en su tarea como escritor y que publica Casal Gaudí editores que fundó y dirige el novelista Manuel Giraldo Magil. Con trece ficciones donde se advierte la madurez en la selección de las historias, la forma de narrarlas, el desarrollo de sus personajes y el juego de la ironía como una buena apuesta, el autor nacido en Ibagué ratifica su talento demostrando que la literatura y ante todo el arte de contar, no es un trabajo para ejercer bajo el manto de la improvisación ni escudados en la vanalidad, sino por el contrario, una tarea que requiere no pocos esfuerzos y una obstinada pasión por el oficio de escribir. La obra dedicada a la memoria de Hugo Ruiz Rojas con quien codirigió la revista Astrolabio, señala igualmente cómo fue un acierto su selección para diversas antologías trascendentes al estilo de La violencia Diez veces contada, Trece cuentistas colombianos y El Tolima cuenta publicadas por Pijao Editores. Ya en el 2008 cumplió su estreno como novelista al presentar Tiempo sin nombre dentro de la selecta colección de 50 novelas colombianas y una pintada, aunque en 1995 debutó con su poco afortunado libro de poemas bautizado Funerarium.
¿Pero qué es lo que logra Hernández con su libro? Lo primero definir que por encima de los avatares diplomáticos o profesionales, inclusive políticos en su juventud, su devoción por la caricatura o el teatro, el cine y la música, ha sabido sobrellevar sin renuncias su carrera de escritor sin que lo acompañe afán por publicar. Y lo segundo, hacer una apuesta y ganársela porque su libro no categoriza en la montonera donde reposan tantos textos de los que cada día salen apoyados en la vanidad, el ánimo de notablato, el afán de lucro, la mediocridad rampante y la indudable matrícula en la miserable escuela del olvido. No. Este libro se vuelve obligado punto de referencia si se trata de la buena literatura hecha en Colombia. Aquí la historia como tal en algunos de sus relatos es protagonista y la referencia a personajes no siempre notorios cumplen su papel, recordándonos que ese maridaje entre historia y literatura tiene cada día gran vigencia y se convierte en un puntal fuerte para que no pase desapercibida y tenga trascendencia. No son cuentos breves y a veces tiene uno la impresión de que guardan un tono novelesco, pero ante todo saben crear la atmósfera, requisito esencial para volver creíbles los relatos. La literatura, como dijera Juan Rulfo, es una mentira pero no una falsedad y es ahí donde radica parte de su encanto. En muchas ocasiones pareciera acercarse más a la crónica imaginativa donde la entelequia predomina en su curso pero bajo el traje del humor y la ironía, factores tan escasos en la literatura del país. Transcurren sus historias en una ciudad supuesta que llama bajo un anagrama juguetón Aguibe, fiel al viejo y ya gastado prejuicio de no mencionar lugares por su nombre real. Es el absurdo complejo de no parecer aldeanos sumidos en el marasmo de la parroquia y en los asuntos regionales, es decir, lejos de la categoría del costumbrismo, como si el lenguaje y el tono universal que utiliza no fueran suficientes para que sus relatos encarnaran de por si el sabor internacional y se cargara todavía el complejo de huir a los espacios que tenemos al frente. Eso estuvo bien para William Faulkner con su Yoknapatawpha, Rulfo con su Comala, Onetti con su Santa María o García Márquez con Macondo, pero no ahora en estos tiempos cuando la literatura impone otras connotaciones. Sin embargo, es la tarea del ejercicio sagrado de la libertad en un escritor que llama las cosas como le da la gana y que seguramente, por lo que dice, no quiere pre conceptuarse ante el lector o enmarcarlo ante un territorio donde los hechos pudieran estar fuera de zona. Antes que historias, se detiene en la reflexión alrededor de la conducta de los aguibotas como estudiando la mentalidad de un no lugar, donde el absurdo y la vanalidad parecen ser la esencia de su comportamiento, pero que corresponde a lo paradójico de una provincia donde reina la irracionalidad y es admisible apenas la usanza de las sin razones persiguiendo lo vacuo como esencia. País de locos, al fin y al cabo, porque todo parece girar en torno a excéntricos perturbados, aunque no lejos de la realidad que hemos vivido. Salvo el hermoso y conmovedor relato de Epifanía bajo la lluvia, su Relación del cautiverio de un ídolo en el Nuevo Mundo o Una orden para comparecer, el autor se diluye en reflexivos alegatos que son más una tesis cáustica y humorística que abrazan su universo narrativo bajo la socarrona mirada de un criticón agudo e ingenioso, pero sin lograr, a mi juicio, salvo un lenguaje exquisito e impecable, impactar desde lo clásicamente literario, aunque no deje de ser divertida su lectura. En no pocas ocasiones, la estrategia narrativa parece ir al ritmo de la crónica con un humor semejante al de Daniel Samper padre o hijo, inclusive de Noé Ochoa, donde el esplendor genial despierta siempre una sonrisa. Por lo demás resulta grata su lectura y nos produce alegría examinar la madurez de un autor que siempre hemos querido y admirado. No tuve el privilegio de asistir a su lanzamiento en Ibagué ni a la tertulia que usualmente se hace en estos casos, quedándome un sabor de ausencia doloroso, pero ante los inconvenientes que me alcanzaron para impedirlo, me di a la tarea de leerlo con detenimiento y a sentir placer con sus historias, goce por su lenguaje y admiración por el amigo.
Anglo Gold Ashanti amenaza al Tolima
Por: Jorge Enrique Robledo
Dos multitudinarias movilizaciones se realizaron en contra de las minas de oro a cielo abierto de Medoro Resources en Marmato, Caldas, y de Anglo Gold Ashanti en Cajamarca, Tolima. En el primer caso, pretenden destruir el casco urbano de la población, incluida alcaldía, iglesia, escuelas, hospital y viviendas, causando un pueblicidio y un auténtico desplazamiento. Y en el segundo, dejarían sin agua suficiente a una amplia región que se surte del río Coello. La codicia de poderosos inversionistas extranjeros y de sus socios nativos, respaldados por el gobierno nacional, versus el patrimonio económico, social y cultural de comunidades asentadas allí desde hace siglos.
La Colosa, en Cajamarca, queda en un área de reserva forestal de alta y muy alta importancia ambiental y en el nacimiento del río Coello, que baña siete municipios del Tolima, entre ellos Espinal, donde le da vida a Usocoello, el distrito de riego agrícola más grande de Colombia. Como estos proyectos mineros son de altísimo consumo de agua, para utilizar inmensas cantidades de cianuro al día, hay una contradicción insalvable con el agua de uso humano y agropecuario, entre otros problemas ambientales.
Si el debate sobre la conveniencia y legalidad de La Colosa se diera sin las presiones que suelen acompañar los grandes proyectos mineros, y más con los altos precio del oro y el muy cuestionado estilo de Anglo Gold Ashanti, este proyecto ya se habría hundido. Pero su trámite empezó mal. Un día, Álvaro Uribe anunció, como un éxito suyo, que esa sería la mina de oro más grande del mundo, afirmación que implicó que su gobierno y el de Santos esgrimirían su poder para imponerla. Sobre la supuesta lotería que se ganaron los tolimenses hay que decir que las regalías para Colombia son de apenas el 3.2 por ciento, y que de eso a ellos, por la reciente reforma, les tocará algo muy cercano al nada por ciento. Luego sus condiciones serán incluso peores que las de otros proyectos mineros, donde las gentes de las regiones no salieron de la pobreza y sí reciben los impactos negativos.
Las inconveniencias e ilegalidades de La Colosa se plantean desde hace años. En 2008, Cortolima, la autoridad ambiental, ordenó suspender la exploración. Y el año siguiente, Diego Alvarado Ortiz, Procurador Agrario y Ambiental del Tolima, le demostró al Minambiente que el proyecto violaba la ley. Pero Anglo Gold Ashanti, con el respaldo del alto gobierno, gasta millones para poner a su favor a la opinión pública. Tan cínica es su actitud, que hace poco le quitó el patrocinio al Festival del Folclor de Ibagué porque en los desfiles participan comparsas estudiantiles que critican a La Colosa.
Las movidas oficiales para imponer los proyectos mineros de las trasnacionales pasan de castaño a oscuro. El 6 de agosto de 2010, el Minambiente les quitó a las CAR el control del agua en la exploración minera, y la reforma de estos entes tiene como primer objetivo arrebatarles su autonomía para volverlas aparatos de bolsillo del Jefe del Estado e instrumentos de la aplanadora minera.
Lo que se mueve en Ibagué debe hacer sonar las alarmas de los demócratas. Carmen Sofía Bonilla, la valerosa directora de Cortolima, apoyada en estudios del Ideam, declaró “agotado el recurso hídrico” en el río Coello, lo que significa que no pueden otorgarse nuevas concesiones de agua –ni a Anglo Gold Ashanti ni a nadie–, porque el caudal que hay apenas si alcanza para los actuales usuarios, cuyo consumo humano y agropecuarios es legalmente prioritario. Y el problema tiende a complicarse porque el Ideam también ha dicho que en el Coello será grave el impacto del calentamiento global. Ante la declaratoria, un alto funcionario de la Gobernación presionó en la junta directiva de Cortolima para que la directora echara atrás la decisión, al tiempo que blandía unos papeles de la Contraloría que no tenían por qué estar en sus manos. El personaje quedó en ridículo y al desnudo cuando se mostró una resolución suya, de cuando él fue director de Cortolima, que declaraba “agotado el recurso hídrico” en el Coello.
Llamo al gobierno nacional a jugar limpio en el Tolima y a los tolimenses a sostener en alto su reconocida dignidad. Y llamo a los organismos de control a no permitir que funcionarios suyos sirvan de martillos contra una funcionaria que cumple con su deber.
EXPOSICION DEL MAESTRO 
GILDARDO RENGIFO
 A partidel del 8 de Julio
En las instalaciones del Palacio de Justicia 
Carrera 2a. calle 9a. esquina de la Ciudad de Ibague
Informes: 2635094- 2635065  www.coojudicial@yahoo.com

Ortega (Tolima) fue la primera población “pitufa”, en el mundo.
Por: Hugo Neira S
Para los que no conocen que son los pitufos, estos son pequeños personajes azules de dibujos animados, simpáticos comelones de setas, que las han cambiado  por Júzcar  pueblo pitufo en España por la  multinacional Sony Pictures, que lo escogió para promocionar la película “Los pitufos 3-D”, que se estrenará en agosto en España.
Con el anuncio mundial que el primer 'Pueblo Pitufo' del mundo está en el pueblo malagueño de Júzcar, situado en la Serranía de Ronda, Málaga, España, podemos decir con razón que esto no es cierto, pues el primero fue Ortega (Tolima), en la década de los cincuenta del siglo pasado en plena violencia, donde fue nombrado alcalde un sargentòn peor o igual que cualquiera los paramilitares de hoy,  para que hiciera sangrientas jornadas punitivas contra los inocentes labriegos liberales que poblaban las veredas de Ortega, no solo no se contento con esto, sino con sus ideas sectarias obligo pintar todas las fachadas de las casas del pueblo en color azul metileno, parecido hoy al de Júzcar, pero en Ortega este “macondo” tolimense pequeño, fue tanto  lo que quedo en la tradición  del pueblo,  que cuando se pedía en los almacenes un tarro de pintura “Cecilio”,  todos ya conocían que pintura era la que pedían, pues Cecilio Hernández se llamaba este asesino, no sé si todavía vive, pues había sido un candidato ideal  para un tribunal internacional de justicia, por crímenes atroces contra la humanidad, pero como todo sucedió en Colombia acabo en perdón y olvido, sin consecuencia alguna. Para este personaje,  el  trofeo de guerra que le exigía a sus subalternos, para ascensos y premiación, eran las orejas de estos pobres labriegos. Vi personalmente a la llegada de estas giras sangrientas, al tratar de rescatar un caballito, muy apreciado por mi persona con mi padre, el cual había sido confiscado para una de estas jornadas, pues por esto  contemple la llegada de este grupo de  asesinos, con mochilas que les colgaban en las sillas de montar llena de orejas, cuya impresión de “rabia, injusticia y frustración” de no poder hacer nada,  todavía la llevo después de tantos años. 
Por otra parte me llamo la atención que este primer pueblo pitufo, como manifiestan de España, fue pintado todo de azul, 175 inmuebles entre ellos la Iglesia, cementerio y ayuntamiento, donde utilizaron 9.000 litros de pintura, con consentimiento de toda la población,  diferente al de Ortega, el cual fue arbitrario y un producto de la guerra absurda desigual entre liberales y conservadores, cuya política y resultados a los campesinos no les representaba nada, pero si les causo muertes, desplazamientos y miseria, mientras los arriba azuzaban sin comprometersen y resolvían sus diferencias en cocteles y en asilarse “lavándose las manos·.
Júzcar o el 'Pueblo pitufo' se ha convertido en el pueblo de los pequeños seres azules que viven y forman parte de la naturaleza y promueven el respeto y el cuidado por el medio ambiente.
Sera necesario pintar otra vez a Ortega, con un objetivo más noble para las generaciones futuras, de reconocer que somos parte de la naturaleza y debemos cuidar el medio ambiente¡

EL DIA DEL TAMAL
Por: Germán Barberi Perdomo
El origen del tamal ha sido disputado por varios países de América, aunque no se han obtenido pruebas suficientes para atribuirlos a alguna cultura o país en particular. Diversas variedades de tamales han sido desarrolladas en casi todos los países del continente americano.

Existe evidencia de que las culturas predominantes en México que llevaron el maíz a otras culturas y regiones, también llevaron consigo platillos y formas de cocinar el maíz. Siendo el tamal un método sencillo de cocción del maíz, es posible pensar que podría haber sido inventado en alguna de las posibles regiones origen del maíz, es decir desde México, hasta Suramérica y de ahí llevado a otras culturas y regiones. Sin embargo, el intercambio cultural también pudo haber traído al tamal de otra región a México. Los tamales son descritos en México por Fray Bernardino de Sahagún en Historia General de las cosas de Nueva España a principios del siglo XVI.
 
"Comían también tamales de muchas maneras; unos de ellos son blancos y a manera de pella, hechos no del todo redondos ni bien cuadrados... Otros tamales comían que son colorados.” (Fray Bernardino de Sahagún)

Sahagún y otros autores hacen referencia al tamal no sólo como comida de la gente común, sino de los nobles, de los sacerdotes en ceremonias especiales de ayuno. La evidencia arqueológica muestra al tamal como parte de la vida cotidiana de algunas culturas de México en la época prehispánica, además de usarse en rituales religiosos, en ofrendas y tumbas. En el caso de los Mayas, hay esculturas que parecen tamales.

En Colombia hay distintas variedades de tamal; dependiendo la región por ejemplo: en el Cauca tienen maní, los tamales llaneros (hallaca) tienen carne de tortuga, los tamales costeños son hechos en diciembre para celebrar el Año Nuevo (como en Venezuela). Los tamales colombianos más famosos son los del TOLIMA; departamento ubicado en la región central del país; básicamente este tamal está compuesto por una harina de maíz, arroz,  arveja; acompañado de huevo cocido y una rodaja de zanahoria; una porción de tocino; una de carne de cerdo y una presa de pollo; sazonado ligeramente con sal y pimienta; todo esto se cocina envuelto en una hoja de plátano, generalmente se sirve acompañado de arepa o pan y chocolate.

En otras regiones como Antioquia se hace con maíz molido y cocido relleno de costilla y carne de cerdo, tocino, papas, arvejas, cebolla y ajo, envuelto en hoja de plátano o achira. En Córdoba son los mismos ingredientes pero con berenjena, tal vez por la influencia libanesa. En Nariño cambia la masa ya que esta es hecha con arroz blanco cocido y molido, más queso blanco rallado, huevos batidos, polvo de hornear, mantequilla, sal y pimienta y su relleno es de pollo o cerdo. En Cauca es conocido el tamal de Pipián, hecho de papa criolla. En Cundinamarca se les añade calabaza, también hay tamales en la Costa Atlántica y en la Amazonia.

El tamal en Colombia es exclusivamente envuelto de hojas de plátano frescas (aun verdes) y tiene un modo de envoltura diferente al de los demás tamales del continente, ya que no tiene forma cuadrada, sino ligeramente esférica o incluso ovalada, siendo amarrado únicamente por el extremo superior, lo que le da una apariencia de bolsa, excepto el llamado Tamal Santandereano, el cual es pequeño, rectangular y es amarrado de la misma forma que en otros países, o sea pasando la cuerda o soga por los cuatro extremos y con un nudo en el centro. Cabe decir que en la Costa Atlántica Colombiana el tamal se envuelve en hojas de bijao, las que en forma y color se parecen a las de plátano, pero que le agregan otra dimensión al sabor de los tamales.

Es un plato bastante tradicional que se acostumbra comer los fines de semana y que ya es parte integral de la cultura de todas las regiones de Colombia. En Bogotá existe un famoso adagio popular que dice: “El que en Bogotá no ha ido con su novia a Monserrate no sabe lo que es canela ni tamal con chocolate” sin embargo este adagio se origino de un fragmento de la canción Los Cucaracheros, un famoso bambuco compuesto por Jorge Añez e interpretado por Garzón y Collazos, en los años cincuenta donde se muestra que el tamal es parte importante de la gastronomía de la capital colombiana.

Por eso el alcalde de Ibagué, JORGE TULIO RODRIGUEZ, institucionalizó por decreto “EL DIA DEL TAMAL EN IBAGUE EL 24 DE JUNIO” y desde hace ya 10 años se celebra con todas las de la ley, en donde en el parque principal de la ciudad, se ubican todos los artesanos del tamal a vender su producto que lo deleitan propios  extraños. Esa es nuestra tierra llena de folclor, música y gastronomía exquisita.
GERMÁN ARANGO MUÑOZ Y SU PREPARACIÓN PARA EL OLVIDO
Carlos Orlando Pardo y German Arango Muñoz
Por: Carlos Orlando Pardo
Vernos cada año en la Feria Internacional del Libro fue un ritual cumplido y celebrado. Lo hacíamos con el entusiasmo que uno se carga cuando se encuentra con auténticos amigos del alma, tan escasos en estos tiempos fríos donde el sentimiento fraterno parece una vergüenza. Ahí estaba con la elegancia que supo conservar hasta el último día desde cuando era un adolescente y con esa cara indagante de quien quería saber todas las cosas. No he conocido un poeta que en jornada continua permanezca tan impecable de pies a cabeza hasta en los actos cotidianos como si estuviera preparado siempre para una ceremonia. Pero no era una pose sino una actitud connatural a su manera de ser que inclusive en el lenguaje de todos los días manejaba términos que parecían versos recitados. Lo veo en las bancas escolares con sus buzos de lana que sólo examinábamos en las películas de la nueva ola en artistas como Enrique Guzmán o César Costa, con su estilográfica de tinta verde y los zapatos que simulaban un espejo. Lo miro salir de su casa grande en la calle real encabezando una tropa de diez hermanos rumbo al Instituto Nacional Isidro Parra y sus cuadernos bien forrados. Lo examino con el ceño fruncido y una mirada aparentemente perdida en la bruma de las montañas que rodean el Líbano. Lo evoco con su acordeón grande de teclas de piano marca Honner llevando el ritmo de nuestro conjunto de música Los monarcas del ritmo que él mismo bautizara como su director. Lo traigo con su sonrisa satisfecha de vencedor al recibir aplausos por el estreno de una de sus canciones dedicadas a las novias que desfilaron por su primera juventud. Lo acompaño a que nos deje consultar su biblioteca particular, la única que existe entre los muchachos por aquel entonces y paseo la mirada por las enciclopedias de lujo que Lalo Arango, su padre, le ha comprado diligente. Lo sigo junto a mis compañeros cuando solitario se dirige a tomar su cerveza costeñita en una cantina de la zona de tolerancia. Lo escucho dar tres pequeños golpes con sus zapatos negros para indicarnos el momento en que iniciamos una canción y me quedo mirándolo cuando es el único entre nosotros que prende y apaga cigarrillos sin que importe la presencia de los grandes. Lo persigo en la piscina de las Brisas yendo y viniendo por debajo del agua como un anfibio resistente y lo escucho contar sin rubor que días antes ha peleado ahí con un pulpo gigantesco o le entrego la plata de mi recreo con tal de ir a conocer una tribu de pigmeos que sólo él frecuenta rumbo al alto de la Polka con cara al nevado del Ruiz. Me río de verle su talante enamorado mientras le ofrecemos una serenata a Luz Delia Amado o Dolly Jaramillo y mucho más cuando damos veinte rondas en una sola noche para recoger fondos con destino al paseo de nuestro fin de año. Lo vigilo haciendo versos o declamando a los poetas de entonces con su memoria privilegiada y su voz de locutor antiguo. Le recorro su incomodidad cuando del Isidro nos expulsan y paramos en el colegio Claret en medio de todos los rivales de nuestro equipo de basquetbol. Nos aplaudimos al llegar a la junta directiva del centro literario de aquel tercero B y siento aún su abrazo fuerte cuando nos despedimos de la adolescencia en el Líbano al momento de nuestra partida desplazados por la atmósfera de la violencia. Después son contados los encuentros durante muchos años, hasta que sólo regresa a los congresos de escritores que organizo en Ibagué o en los lanzamientos de libros en la feria. Finalmente son conversaciones de pocos minutos donde me hace entrega de su último volumen de poemas dedicado en la primera página con su letra grande. Por último la súbita noticia sobre su cáncer de pulmón que recorre como un escalofrío sin fin todo mi cuerpo. Había dejado de fumar muchos años atrás y de beber un poco menos y ya se trataba de vicios que conservábamos entre los recuerdos, sin que los placeres de ayer no quedaran sin su cobro en el presente. Desde la clínica me llamaba dos o tres veces por semana para contarme de su delicado estado de salud y para que le ayudara a agilizar la venta de sus libros y poder comprar medicamentos formulados fuera del Plan Obligatorio. Fueron muchas las horas y los días transcurridos entre la desazón de su próxima partida y la enumeración de los múltiples recuerdos. Y aparece la muerte, seguro que con un poema de Eduardo Cote Lamus en los labios como si las palabras dichas por sí mismo fueran a acompañarlo en la travesía de su largo y último viaje al infinito. Y las evocaciones que se agolpan para decirnos que un hermano se ha ido, al tiempo que suena su acordeón entre la lejanía y lo veo aparecer de nuevo entre la bruma de la memoria y el afecto.  
Nota: GERMÁN ARANGO MUÑOZ Nació en el Líbano en 1946. Fue ante todo poeta pero también músico, vendedor de libros, periodista ocasional y director de talleres literarios. Publicó en 1986 bajo el sello Pijao Editores Preparación para el olvido; después vendrían Poemas de ausencia; Más allá del silencio; El centauro americano y Caminantes del alba.