PERIÓDICO EL PÚBLICO
PAPELES Y MONEDAS
Por: ENRIQUE PERDOMO SÁNCHEZ
Con esto de la Globalización de la Economía en los tiempos en que vivimos, convertidos en Tratados de Libre Comercio,  Convenios,   Acuerdos,  Pactos y la Expansión  de  los Imperios, es oportuno dar a conocer el origen de las monedas y los billetes, llámense hoy dólares,  libras esterlinas, rublos, yenes,  yi  yuan,  o un devaluado billete argentino.
Se tiene conocimiento que los Etruscos, pueblo que habitaba la región de Etruria desde los siglos VIII al  I, a C, territorio de la antigua Italia, que además    eran los grandes mercaderes de la antigüedad  y    que entre otras cosas se caracterizaban   por ser  muy apegados al dinero,   fueron   los primeros que usaron las monedas  como medio de cambio, aunque posteriormente los romanos ni cortos ni perezosos,  les copiaron el  invento.
Hoy nos valemos de dicha  afirmación,  basados principalmente  en sus monedas, donde dejaron grabaciones  e inscripciones que describían las proas de sus embarcaciones y  se han constituido  en las más antiguas aparecidas hasta nuestros días.
La verdad,  es que no se sabe a ciencia cierta el lugar de la  procedencia de los Etruscos,   aunque algunos los localizan  en el Asia Menor, otros afirman que llegaron por el mar y que son los primeros pobladores de la Península Italiana, detalle que me ha  llamado  poderosamente la atención.
Los Etruscos labraron el hierro que encontraron en la Isla de Elba y no solamente lo encontraron en Elba, sino que lo transformaron en acero  y  además trabajaron el cobre, el estaño y el ámbar.
Es de resaltar que los  Etruscos  fueron los fundadores de Roma, y la fundaron por ser un sitio estratégico para su comercio. Simplemente la llamaron  Roma, pero además le dieron otros, sin darle mayor importancia. En ese lugar o sea en Roma,  se les facilitaba la construcción de sus astilleros para reparar las embarcaciones  averiadas por las tempestades.
Las mujeres de los Etruscos se caracterizaban  por ser muy bellas y además de ésta condición,  eran muy liberadas y hacían parte de  las diversiones en los grandes banquetes que se celebraban. Entre ellas merece destacarse   a Tanaquil, mujer inteligente, versada en matemáticas y medicina.
Los Romanos que eran en exceso moralista  llamaron a las Etruscas, Toscanas o de costumbres fáciles, que también significaba prostitución.
Resalto aquí,  que algunas de las  practicas  que nosotros creemos exquisitamente modernas  y extranjeras como: el boxeo, el lanzamiento de jabalina y disco,  el polo y el toreo, son de origen etrusco.
Volviendo a mi tema principal,  debo añadir que con la fundación de Cartago por los Fenicios, los reyes de la navegación en el Mediterráneo, ciudad fundada por Dido  en el extremo Oeste de sus dominios, fue donde primero aparecieron los billetes. Anotando que Cartago tuvo la desgracia de cruzarse en el camino  de los  romanos,  quienes la destruyeron hacia el año de 146  a.C.
Los Fenicios que no le temían ni a los mismos demonios, fueron los primeros marinos del Mediterráneo,   iban y venían de un lado para otro con sus embarcaciones  vendiendo y comprando un poco de todo.
La ciudad de Cartago se desarrolló con sus nuevos habitantes y llenos de dinero y de iniciativas,  no tan contentos con el comercio del Mediterráneo, se dedicaron a las labores agropecuarias, creyéndose erróneamente   desde  tiempos inmemoriales, que los Ebreos eran refractarios a dichas labores o prácticas.
Los nuevos cartageneros de  origen  fenicio, mostraron grandes habilidades en el cultivo de la uva, olivares y árboles frutales, destacando por aquello  de mi profesión a las labores agropecuarias,  al gran maestro Magún, experto profesor de agronomía de la antigüedad.
Cartago poseía una economía ´perfectamente equilibrada, florecía una excelente industria  metalúrgica, que suministraba las mejores herramientas para labrar la tierra, canalizarla y aprovecharla en huertos y jardines productivos. Su economía y sistema económico y financiero era el más avanzado de la época. Cuando en Roma, había comenzado apenas a  acuñar toscas monedas   de metal, Cartago ya disponía de billetes de Banco.  Dichos  billetes consistían en unas tiras de cuero,   diversamente estampillado, según su valor en efectivo. Esos billetes en la Cuenca Mediterránea,  eran lo  que más tarde serían la libra esterlina y más tarde, pero muy tarde,  el dólar.
Estas tiras de cuero,  finamente  adornadas tenían un valor nominal garantizado por el oro, que rebosaba en las Cajas del Estado, producto  tal vez  de sus nuevas conquistar y tributos que imponían a los vencidos.
Fruto del  despilfarro a manos de sus gobernantes de turno,  se generó   su derrota a manos de los romanos,   hacía  en año 146,   a C.