Por Luis Eduardo Chamorro Rodríguez
Estamos a menos de dos meses de la elección de gobernador y
alcaldes municipales, a la par de las de concejales y diputados. En cuanto a educación
estamos ante muchos retos y seguimos a la expectativa de cuál es el pensamiento
de los próximos mandatarios , sobre el tema educativo que, como ya se ha dicho,
requiere inversión prioritaria y focalizada hacia factores de la calidad.
Generalmente se habla de retos a desarrollar y el Programa de las
Naciones Unidas, PNUD, planteó algunos al presentar un informe sobre avances en
el cumplimiento del objetivo número 2 de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio. ODM, “Lograr la educación básica universal”, en el Tolima. (2012).
“Se hace necesario garantizar el acceso a una educación pública y
de calidad para la población joven del departamento, pero además se deben
buscar estrategias para que se mantenga el mínimo de deserción
escolar…Garantizar el acceso a los jóvenes a la educación superior…La cobertura
en educación debe ir enlazada con la calidad académica. La eliminación del
analfabetismo debe ser prioridad”, puede ser el resumen de los retos que
plantea el PNUD para el Tolima.
Comienzo por abordar lo último: el analfabetismo . Porque sigue
siendo un problema en nuestro departamento y por algo el Ministerio de
Educación Nacional lo ha “focalizado” en el desarrollo del programa nacional
“Colombia libre de analfabetismo”. Se reconoce que en los 46 municipios no
certificados, sigue siendo un problema de acceso a la educación.
Según el censo de 2005 eran 160 mil 851 los tolimenses que
manifestaron no saber leer y escribir; la tasa de analfabetismo para la
población joven, es decir , entre 15 y 24 años de edad, que ya debiera haber
superado el analfabetismo, equivalía a
un 3.31 por ciento, ligeramente por encima de la tasa nacional de 3.1 por
ciento. Entonces, no hay la menor duda de que la erradicación del analfabetismo
debe estar en la agenda de los próximo mandatarios de las entidades
territoriales de nuestro departamento.
No hay cifras recientes sobre este fenómeno social, pero el DANE,
con base en la reciente encuesta de hogares
del 2014, establece una tasa de analfabetismo del 6.6 por ciento, lo
cual es indicador de un problema más grave.
Si se trata de focalizar la intervención sobre este problema, como
ya lo ha hecho el Ministerio de Educación con el Tolima, habrá que poner la
mirada sobre los municipios de Dolores, Planadas, Rioblanco y Venadillo donde
las tasas de analfabetismo son superiores al 9 por ciento.
Se plantea la meta de alfabetizar 5 mil jóvenes y adultos pero se me ocurre que para lograrla
habrá que modificar las estrategias de intervención. Es urgente involucrar
alfabetizadores voluntarios y principalmente a los estudiantes que cursan los
grados décimo y once de bachillerato que deben cumplir el Servicio Social del
Estudiantado como requisito para su grado de bachilleres. Si se quiere erradicar el analfabetismo en el
Tolima, se puede si esa es la voluntad estatal y a ello se suma la
participación de muchos otros tolimenses.
En Ibagué el analfabetismo es apenas del 1.3 por ciento, según las
estadísticas, de ahí que el Ministerio de Educación haya anunciado la
proclamación de Ibagué como “territorio libre de analfabetismo”. Es pertinente saber cómo se logró, cuáles son
las circunstancias que lo han hecho posible. Porque la ciudadanía tiene poca
información sobre este asunto.
ELEVAR EL PROMEDIO DE
ESCOLARIDAD DE LA POBLACIÓN.
es son las circunstancias
que lo hacen posible.sega violuntad mo y once de bachiereato que deben cumplir
el Servicio Social delSegún lo dice el PNUD,
“el Tolima para 2005 y 2010 se ubicó en una de las mejores posiciones
respecto al ascenso en el cumplimiento
de la meta de años promedio de estudio en la población entre 15 y 24 años de
edad que fue fijada en el CONPES 140 de
2011 en 10.63 años”. Es un dato
halagador.
Se ha dicho que el promedio de escolaridad de la población debe
ser de 12 años para estar a la altura de los denominados países desarrollados.
Colombia tendría un promedio de educación de 9.27 en el año 2010 y el Tolima de
8.82, ese año, es decir, estamos por debajo del promedio nacional (como
siempre) y desde luego, también lejos de cumplir la meta del documento CONPES
ya mencionado.
Queda, entonces, otra meta o reto a cumplir: Mejorar la cobertura
escolar en los municipios rezagados en educación donde hay inequidad en el
acceso a la educación. Y esto incluye a Ibagué, uno de los municipios donde la
cobertura escolar no es la deseable siendo posible alcanzarla.
RETOS EN CALIDAD
La calidad educativa es un derecho fundamental de infantes,
adolescentes y jóvenes. El Estado, constitucionalmente debe responder con la
“aceptabilidad” en educación y para ello debe crear las condiciones dignas en
la oferta educativa. Comenzando por fortalecer y estimular la “excelencia
docente”, el mejoramiento de la calidad
de los docentes, desde el momento de la formación inicial que se ofrece en las
universidades y en las normales superiores. Lograr que todos los docentes
tengan su título pedagógico y preferiblemente de posgrado. Porque el nivel educativo
alcanzado por los docentes es uno de los factores de la calidad de estos
servidores públicos, portadores de la calidad de los aprendizajes deseable.
El mayor reto es “la educación de calidad”, lo dice el estudio
sobre “Los principales retos de la educación en Colombia” (Responsabilidad social, 2015). Es un reto
válido para el Tolima y en consecuencia debe hacer parte de los planes de
desarrollo para el próximo cuatrienio. Pero no sólo se debe intervenir sobre el
rendimiento académico de los estudiantes, medido por las pruebas estandarizadas
SABER. Hay que abrir espacios de intervención sobre otros factores de la
calidad educativa entre ellos: el mejoramiento de la institución escolar en su
infraestructura, dotación y ambientes
físicos y en la calidad de la gestión de sus directicos, dirigida hacia los
aspectos pedagógicos. Mejoramiento de la calidad de los docentes, la oferta de un currículo
pertinente para que se enseñe lo que satisfaga los intereses de los estudiantes
y de la población general; propiciar un clima escolar y de aula donde reine la
convivencia y las relaciones interpersonales agradables; lograr la
participación de los padres en los procesos de formación de los estudiantes,
entre otros factores.
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