PERIÓDICO EL PÚBLICO

Es verdad que el tema del agua pasa por la política, igual que por la ciencia y la técnica, pero resulta fatal si el tema es manoseado por politiqueros, ineptos, falaces y codiciosos, peligros que evitaríamos asumiendo el agua como nuestra mayor causa común para blindar a Ibagué de peligros que ya asoman y impedir que este legado de la naturaleza se siga gestionando a la “topa tolondra”. La mayor miseria de una comunidad es no tener agua y perdóneseme si lo que diré molesta: miserables aquellas sociedades que teniendo agua la dejan perder. 
El IBAL y los acueductos comunitarios y veredales sufren vicios de operación, finanzas y calidad y burócratas y tecnócratas disocian el abastecimiento urbano de agua de los efectos climáticos y de los ámbitos rurales donde están sus nacederos o fuentes, defectos propios de la ligereza y desidia de los sucesivos regidores del municipio que pueden contrarrestarse con un enfoque del agua de largo plazo, científico, integral, sistémico y genuinamente político.

Como en época electoral el tema agua es recurrente pero poco serio, induzco una propuesta de fondo invitando a rechazar populismos y bufonadas y a exigir a los hoy candidatos que en sus planes de gobierno haya concreción, coherencia y certeza de viabilidad sobre un asunto vital para los ibaguereños, porque si bien hoy los planes sobre el agua atienden (digamos que sí) urgencias de corto plazo, no son soluciones estructurales requeridas para el largo plazo.

Mi propuesta: Convocar en 2016 un referendo para que los ibaguereños voten la declaración municipalista de soberanía sobre el agua, la prohibición de enajenar a cualquier título el vital recurso y la obligación del Alcalde de constituir una misión de expertos (geólogos, ingenieros hidráulicos, ambientalistas, químicos, sociólogos, usuarios, etc.) que a final del 2016 presente un plan maestro y estratégico de gestión hidrográfica municipal a largo plazo y un programa para profundizar la cultura del agua, el medio ambiente y en general todos nuestros recursos naturales. Así trazaríamos políticamente las coordenadas de futuro para el hábitat de nuestros descendientes y no permitiríamos más que desde “los curubitos” decidan sobre nosotros.

Creo que sólo con ideas seminales y hechos políticos profundos podremos cambiar la insana lógica del politiqueo y construir la nueva historia de Ibagué y creo que los ibaguereños nos podemos vacunar de por vida contra la escasez del agua y sus depredadores, si exigimos a todos los políticos que asuman este tema capital con profesionalismo, seriedad y respeto y no lo maleen con “pajarilla electoral”, oportunismos y liviandades.

Los señores candidatos tienen la palabra sobre esta propuesta
  
ALBERTO BEJARANO ÁVILA
Candidato al Concejo de Ibagué por el movimiento Firme Por Ibagué