PERIÓDICO EL PÚBLICO
El desamparo recorre las páginas de El inquilino, la primera novela de Guido Tamayo con la cual ganó el Premio Nacional de Novela Breve organizado por la de un tono literario que sabe disimular con equilibrio de malabarista y que de entrada muestra un estilo bien particular. La obra de Guido Tamayo la conforman escenas fugaces, instantáneas sin aparente trascendencia, pero cada una de ellas es un relámpago que ilumina el rastro y el alma de los fragmentos de una existencia que se refleja con un sin sentido supuesto para comprobarnos, cada vez, la encarnación del desasosiego y de la muerte que ya lleva puesta el protagonista desde antes. Pinta lo momentáneo que es permanente en una vida destinada al fracaso no tanto por falta de ambición como de estrella, en donde el desolado ambiente interior levanta la polvareda de la soledad  que sólo espanta sus ojos  en el  fondo de las copas de alcohol,
Carlos Orlando Pardo
un ángel de la guarda que le impide la lucidez para verificar lo chato de una cotidianidad enfermiza. No es el sentimiento de derrota el que viste a su personaje y a quienes recorren de una manera íntima su vida, sino el de la resignación inconsciente como única salida posible en seres dispuestos a aceptar lo que traiga el día o la noche. Son figuras que parecen intangibles al resto de los que cruzan por su lado como si ya fueran fantasmas, reflejando almas en pena similares a lo que describen del Judío Errante y que en cuyo semblante se adivina que no conocen la felicidad sino algunos escasos momentos gratos donde la tortura acompaña el tránsito de una vida marginal y marginada bajo el signo de la literatura como salvación, la única que justifica su existencia. La historia no nos deja indiferentes sino dolidos y trae en primer plano a un hombre que siempre estuvo casi etéreo para muchos como un inquilino impalpable, pero que cargaba su fardo de sueños alimentados en una vocación gozosa por la literatura y una obra en marcha que reposaba al lado de los ceniceros. Lejos del lenguaje poético pero en la extraña poesía del desarraigo y en el triunfo de la derrota, la obra surge como la supuesta victoria del trashumante que hace lo que quiere con su exilio voluntario, del que no tiene más patria que las evocaciones y que vive sin vivir entre la soledad y los sueños aplazados evaporándose siempre en el humo de sus eternos cigarrillos y la pestilencia de la pobreza sin remedio. La novela logra seducir y estremecer porque el personaje que habita en el abismo y encarna muchas veces el vacío, sabe que, como dijera Manuel Mejía Vallejo en El día señalado, “siempre tuvo que nacer y que morir un poco. De niño dijo las palabras de los niños y de hombre hizo lo que los hombres hacen cuando no tienen más remedio.” Ni siquiera es el desencanto sino el encantamiento del vacío y no es lo que dice sino lo que sugiere, no es lo que cuenta sino lo que deja de contar como negando la anécdota en sí, pero creando la atmósfera plagada de monotonía y agonía permanente. La novela nos eterniza una llama al viento y a un perdido que tiene amigos del alma y encuentra al novelista para que lo haga vivir siempre en las páginas del dolor sin dramas ni quejas ni lamentos. La lectura de El inquilino trasciende, no nos deja iguales a como estábamos antes de ingresar a sus páginas porque quedamos habitados de nostalgia y desazón, por encima de lograr adivinar fácilmente a quienes conocimos al protagonista de la vida real que aquí está más allá de las palabras. Aquella Barcelona que compartí con el escritor y el héroe de la novela en las infaltables caminatas por Las Ramblas, los bares del barrio gótico y una bohemia proverbial, deja el aliento para las evocaciones y el alumbramiento de una nostalgia por el amigo perdido, el inolvidable narrador Miguel de Francisco que nunca faltará en nuestros recuerdos, mucho más con esta muy buena novela que lo invoca para que recorra de nuevo la vida sin que lo dañe el humo de la indiferencia.
Ibagué, Cómo vamos
Laura Inés Castro Cortés
Se conoce el  informe consolidado que entregaron las empresas patrocinadoras del programa Ibagué, Cómo vamos, cuyo principal  objetivo es hacer seguimiento y  evaluar la calidad de vida de Ibagué. Crear mecanismos para una mayor efectividad y transparencia en el gobierno local de turno. También rezan sus objetivos,  que se pretende sensibilizar a los ciudadanos a fin de que se preocupen por estar informados, exhiban responsabilidad y por supuesto se animen a participar. Finalmente menciona como un objetivo específico,  el interés de propiciar alianzas estratégicas que incidan en el desarrollo de políticas de calidad de vida para los ibaguereños.
Este informe no dice nada que no sepamos. Ibagué está sumido en la miseria y la pobreza. El 63% de su población pertenece a los estratos 1 y 2, el 26% al 3 y sólo el 11% a los estratos 4,5 y 6. Se evidencia el poder de concentración. Más de la mitad de su población tiene difícil acceso a los servicios básicos y vive en situación de desigualdad. Reto grande le espera al próximo alcalde para acortar esta brecha.
Sostiene que el 87% del cubrimiento de acueducto está a cargo del IBAL. Lastimosamente no hace referencia a los permanentes cortes del vital servicio, que perjudican a  la población sin distingo alguno, hecho que ha deteriorado la calidad de vida de los ibaguereños. Que ha impedido el asentamiento de grandes industrias en la ciudad, afectando su emprendimiento, industrialización y competitividad Aquí otro gran reto para el futuro gobernante de la ciudad.
En el ítem de Buen Gobierno, afirma que en la administración municipal el nivel de riesgo de corrupción es medio. No creo. Que el factor de control y sanción es del 81%, poco creíble. Ojala los ibaguereños pudiéramos contar que la ciudad tuvo una vez en su historia,  un mandatario totalitariamente transparente, sin mácula, sin sombra de duda en sus contratos y comisiones. Que nada se pueda decir de su tráfico de influencias, de su participación en política y tantos otros “negocios” que se mencionan, pero que nadie denuncia abiertamente y que tampoco lo hace en las instancias que corresponden.
Este documento que evalúa las áreas de la educación, la salud, el mercado laboral, la vivienda y la seguridad, los servicios públicos, el medio ambiente, la movilidad y la cultura, con cifras y estadísticas aportadas por la Administración Municipal, el DANE, el Departamento de Planeación Nacional, los Ministerios e investigación de Universidades, presenta como retos para la ciudad, la generación de empleo, la disminución de la pobreza y de los niveles de delincuencia, la creación de un  verdadero desarrollo productivo de la ciudad y que por lo tanto es necesario:
-Mejorar la infraestructura de la ciudad en materia vial, espacio público y la calidad de los servicios públicos, así como  dinamizar la construcción de vivienda, especialmente la dirigida a la población de más bajos ingresos
-Realizar mayor seguimiento y control ciudadano a la construcción de proyectos como el acueducto complementario de la ciudad
-la implementación del sistema estratégico de transporte público
-Mejorar la comunicación en las dependencias de la Alcaldía
-Devolver la población desplazada a sus lugares de orígenes
-Ampliar la cobertura escolar
-Lograr mayor compromiso de las EPS
-Preservación del medio ambiente
Ibagué, “Como vamos” no puede ser  otra buena, regular o mala radiografía de la ciudad que se queda como tantos otros estudios,  sin remedio alguno. Este informe debe ser un referente para que todos los candidatos a la Alcaldía de Ibagué, a la Asamblea y el Concejo,  con un equipo de asesores de primer nivel, en un ejercicio de inteligencia colectiva, propicien la  creación de estrategias, planes, programas, proyectos  y propuestas de corto, mediano y largo plazo, que sirvan para conjurar las tantas carencias que padece la ciudad.
Uno de los objetivos específicos del programa, en el que pretende que los ciudadanos “estén bien informados, exhiban responsabilidad y se animen a participar” lo entiendo como un llamado a  utilizar los mecanismos de participación  que nos entrega la Constitución Política de Colombia.  Si nuestro Alcalde no cumple con su programa de gobierno, hagamos uso del derecho político y propiciemos la revocatoria de su mandato.
SENECTUD IDEOLÓGICA Y MORAL

Por: Alberto Bejarano Ávila
Parece oportuno y necesario meter baza en la inmadura querella coyuntural sobre la cuestión generacional (“viejos y jóvenes”) en la política local y regional, pues no resulta justo y menos cuerdo que un absurdo extravío de perspectiva socio-política arruine aun más el de por sí ya arruinado discurso público que hoy se aviva de cara a las próximas elecciones territoriales.
Para entrar en cuestión, pongámoslo de esta manera: Un niño de diez años es dueño de 70 u 80 años de futuro, un joven de veinte lo es de 60 o 70 años de futuro, un adulto de cuarenta lo es de 40 o 50 años de futuro y un mayor de setenta lo es de 10 o 20 años de futuro. Corolario, el futuro es más de los jóvenes que de los adultos y, por correlación de esta inferencia de la que difícilmente se podrá discrepar, habrá de juzgarse que en cualquier tiempo, del pasado o del presente, el esfuerzo de pensar el futuro fue, es y será un tácito esfuerzo por la perenne juventud y claro, por imperativo ético esos empeños deberán amparar la dignidad de la vejez, so pena de la indignidad y el despropósito del “imberbe” pensador
Ahora veámoslo así: casi todo lo hasta hoy construido en la región de los Pijaos es, esencialmente, hechura de las jóvenes generaciones pasadas o sea por los hoy ya viejos y, téngase en cuenta, que lo hasta ahora construido no es otra cosa que atraso, subdesarrollo, desempleo, fragmentación social, corrupción. Cuando jóvenes, los hoy añositos fuimos dueños y amos del futuro y ¿qué hicimos con él? Poco en verdad, pero eso sí, la experiencia nos faculta para jurar ante lo más sagrado que de no producirse un profundo cambio paradigmático en el discernimiento regional, los jóvenes de hoy, cuando viejos, tendrán que recoger la cosecha de lo que hoy están sembrando: más atraso y más subdesarrollo. Con un prójimo como yo hasta se pueden emberracar, con la historia no, a ella hay que entenderla y respetarla.
El enfoque entonces no debe centrarse en la senectud cronológica, sino en la de ancianidad ideológica que se apodero del pasado, del presente y parece que tiene las garras puestas sobre el futuro regional para seguir produciendo un esclerótico efecto sobre las concepciones de vida y de sociedad, es decir, sobre las ideas correctamente políticas para domarlas y confinarlas a los decadentes ámbitos del politiqueo y la sandez.
Para elaborar una conclusión hemos de recurrir a la anecdótica cercanía de Borges, de Russell y de Sartre con las juventudes de su tiempo, para citar tan solo tres viejos lucidos en la historia. Jorge Luis Borges, quien decía que la democracia es un abuso de la estadística y que tanto los viejos como los jóvenes estamos totalmente a la deriva, Jean-Paul Sartre, aquel que durante los días de Mayo en París del 68, cuando el frenesí del estudiantado ponía en aprietos al gobierno, como buen activista, él repartía entre los jóvenes el periódico la “Causse Du Peuple” y Bertrand Russell, tal vez el filosofo más influyente del siglo XX y considerado uno de los fundadores de la filosofía analítica, de ellos se dice, que cuando estaban en algún lugar público eran rodeados por jóvenes habidos del saber y deseosos de sopesar sus opiniones en la balanza de la sabiduría y, seguramente, ello de por si los convertía en jóvenes sabios.
Es verdad categórica, las ideas no son patrimonio de generaciones específicas, pueden existir jóvenes perspicaces, disconformes con lo tan pobremente construido y ávidos de mejores días y con ellos pueden coexistir jóvenes mentalmente longevos, anacrónicos, con ideas cansinas y complacientes con el statu quo. Pueden existir y de hecho existen, viejos de pensamiento anacrónico, defensores de una pobre ortodoxia, efebofóbicos, intolerantes y con ellos pueden coexistir viejos progresistas, rebeldes, hastiados de tantos lugares comunes, tolerantes y abiertos a las expresiones de la juventud, cuidadores de los nietos de todos porque al no ser eunucos mentales tienen un verdadero sentido histórico que los hace plenamente responsables del futuro, que es precisamente el futuro de las descendencias de todos. El debate generacional como argumento para ponderar o recusar virtudes de candidaturas políticas no es otra cosa que la más patética muestra de puerilidad o de senilidad mental.
Por respeto no debo juzgar el proyecto de vida de nadie pero, en cuento a mí concierne, aspiro a que los años que ineludiblemente se me vienen encima no vengan cargados de ceguera ideológica, de intolerancia, de sectarismo, de viejos y de nuevos odios. Creo que un Tolima joven de espíritu, ambicioso, vital, orgulloso, dignificado por un gran espíritu autonómico y un afán de modernidad, se tendrá que construir a manos compartidas por todas las generaciones.
¿DESARROLLO ES IGUAL A CRECIMIENTO ECONOMICO?
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
Tradicionalmente se toman como sinónimos los conceptos crecimiento económico y desarrollo. Desde hace varios años los estudiosos e instituciones académicas han entendido que el concepto desarrollo no se restringe meramente a la economía sino que necesita una visión más amplia y compleja, que involucre valores, la cultura, imaginarios colectivos, fortalezas mentales e ideológicas, el ambiente, etc., y no solamente indicadores como PIB, NBI, cobertura en salud y educación, puentes y avenidas, etc.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha considerado que hay que recuperar el humanismo, la espiritualidad, lo ambiental y los estudios sistémicos para entender el desarrollo más allá de la mirada que lo reduce al simple crecimiento económico. Según PNUD “el desarrollo humano puede describirse como un proceso de ampliación de las opciones de la gente…Más allá de esas necesidades, la gente valora además beneficios que son menos materiales. Entre ellos figuran, por ejemplo, la libertad de movimiento y de expresión y la ausencia de opresión, violencia o explotación. La gente quiere además tener un sentido de propósito en la vida, además de un sentido de potenciación. En tanto miembros de familias y comunidades, las personas valoran la cohesión social y el derecho a afirmar sus tradiciones y cultura propia”.
Max-Neef quien trabajó en la elaboración del concepto de Desarrollo a Escala Humana, está convencido de que “tal desarrollo se concentra y sustenta en la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, en la generación de niveles crecientes de autodependencia y en articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de los procesos globales con los comportamientos locales, de lo personal con lo social, de la planificación con la autonomía y de la Sociedad Civil con el Estado”.
Según Güell, sociólogo del PNUD, el desarrollo necesita 4 criterios: a) las personas y su subjetividad NO son un recurso adicional, sino un requisito indispensable del desarrollo; b) Reconocer que la subjetividad social no significa construirle a la sociedad defensas y refugios frente a la delincuencia, las pobrezas o el delito, sino potenciar su capacidad de manejarlas; c) La reivindicación de la subjetividad colectiva como objetivo y motor del desarrollo no debe derivar populismos voluntaristas; d) La toma de decisiones para el desarrollo NO puede ser tecnocrática, pues involucra incertidumbre, respeto a la diversidad y discernimiento público.
Entonces, el verdadero desarrollo no es una lista acumulada de cosas que se yuxtaponen una sobre otra; tampoco se logra por la adición de acciones, sin importar el mérito intrínseco de cada una de ellas. El desarrollo no es alcanzable por la sumatoria de acciones, sino mediante una simultaneidad de interacciones, vínculos de procesos,  relaciones de confianza, del papel de la justicia, del conocimiento y de las destrezas interiorizadas en las personas, de la salud oportuna y de calidad, de los sentimientos y emociones que, en su articulación con la economía, lo hagan surgir o emerger.
El crecimiento económico es un medio para lograr el desarrollo, pero el desarrollo es mucho más que crecimiento económico. El desarrollo es llegar a SER pasando por la posibilidad de tener; pero el crecimiento económico es TENER, acumular, importando poco el ser de una sociedad ni de los miembros que la componen. ¿A qué aspirará Ibagué, a desarrollo o a mero crecimiento económico?
Y CUANDO LLEGARAN A IBAGUE?
Por GERMÁN BARBERI PERDOMO
Realmente no sé si estoy sufriendo del “Alemán”, pero en mi vida, que recuerde, no  había visto tanta corrupción en mi patria ni en el terruño. Hay sólo dos explicaciones: O no existía, o simplemente no era descubierta por la autoridad.
La primera disquisición, me parece baladí, porque si bien no estoy de acuerdo con la desafortunada frase de uno de los Nule de que la corrupción es inherente al ser humano, sí debo decir que ha sido una constante en la propia historia de la humanidad, sin que ello sea excusa para permitirla o cohonestarla.
lord Acton
“El poder tiende a Corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente". La sentencia pertenece a lord Acton, y no deja espacio para la duda: “desde que existe el poder existe la corrupción”. Fatalmente, están ligados entre sí. Esta peste, de la que hoy tanto se habla, es casi tan vieja como el hombre; tuvo que haber aparecido unos días después de que nuestros primitivos abuelos abandonaran eI sistema de hordas para constituirse en tribus”.

La historia parece darle la razón a lord Acton. El primer acto de corrupción documentado se remonta al antiguo Egipto. Así lo registra un papiro datado en la XX Dinastía, durante el reinado de Ramsés IX (1142-1123 a de C.). En ese documento se detallan las vicisitudes por las que atravesó Peser, funcionario del faraón, por haberse atrevido a denunciar los negocios sucios de Pewero, otro funcionario de alto rango. Pewero se había asociado con los profanadores de tumbas y, haciendo la vista gorda a esos robos, obtenía suculentas ganancias. Además de ladrón, era astuto: en dos oportunidades pudo anular las pruebas presentadas por Peser y lo sometió a las peores burlas públicas. Finalmente, por lo que da cuenta el papiro, el bien triunfó sobre el mal: Peser recuperó la honra perdida y Pewero fue duramente condenado. 

También Grecia, la cuna de la civilización occidental, tuvo que soportarlos. Aristóteles en su "Constitución de los atenienses" se refiere a cierto episodio que protagonizó Solón, uno de los siete sabios griegos. Dracón, su antecesor, había cometido algunos errores económicos; con el propósito de corregirlos, Solón decidió abolir las deudas contraídas hasta ese momento. Hubo quienes se enteraron de esa medida antes de que se pusiera en práctica y de inmediato solicitaron préstamos para comprar tierras. ¿Quién les dio la información que les permitió enriquecerse perversamente? Sin duda, alguien que estaba muy cerca de los altos mandos de la república. No es casual que los griegos hayan acuñado la palabra "cleptocracia" (de "kieptes" = ladrón, y "cratos" = poder) para definir a aquellos gobiernos ejercidos por delincuentes.

Podríamos seguir con Roma en donde la pequeña aldea que fundara Rómulo en el 753 antes de Cristo se convirtió tres siglos más tarde en el mayor centro de poder que tuvo la Tierra. Por entonces su grado de corrupción era tan grande que, según señala Paul Veyne en "El Imperio Romano": "No había función pública que no fuese un robo organizado mediante el cual los que ejercían el mando esquilmaban a sus subordinados y todos juntos explotaban a los administrados (...)” El propio cargo de emperador llegó a comprarse por dinero, ése fue el punto más alto de la corrupción; después vendría la inevitable decadencia. Los más encumbrados héroes de la Roma Imperial -desde Escipión, "el africano" hasta el propio Julio César- se vieron complicados en actos corruptos.

Como queda claro, la corrupción no es nueva ni los métodos para lograr esquilmar los dineros del Estado, que son de todos… y no por ello debemos desfallecer, al contrario, hay que buscar los medios para aniquilar esa maldición.

Y es corrupción no sólo adjudicar contratos a dedo, o los llamados chaleco, tan de moda en nuestra tierra con los carruseles de contratistas que se hicieron durante 4 años con la Gestora Urbana; cobrar coimas como es una constante en Ibagué, (de frente sin ruborizarse); expresar que se llega a un cargo para salir de pobre,  (como lo dijera ciertas yerbas en Ibagué); adquirir implementos que para nada sirven cuando se trataba de posible solución para el agua vital de los ibaguereños; negar progreso a una ciudad que tanto lo necesita en solución de transporte masivo, porque el ofrecimiento no conllevaba regalías personales; cobrar por traslados de maestros; tener nóminas paralelas innecesarias; adquirir propiedades a nombres de terceros; construir clínicas privadas en otras ciudades con dineros mal habidos; negociar por valores mayores y mermar así, por unos pesos hurtados, la comida que se ofrece a niños, y podría seguir porque la lista es casi infinita…
Y lo dijo el Procurador ayer: “existe una privatización de la concepción de lo público y al respecto afirmó: “ese es el paradigma sobre el cual el funcionario se sirve de su función y no ejerce su función para servir al interés general, al bien común”.
Señaló que en los actos de corrupción se evidencian tres actores: el funcionario, el particular y la sociedad civil, que sufre las consecuencias de esos actos de corrupción: “Con las altas cuotas de corrupción, menos hospitales, menos carreteras, menos servicios públicos”.
Respecto del papel de los organismos de control, reiteró que se deben escoger los casos paradigmáticos de corrupción, de acuerdo con sus consecuencias sociales, jurídicas, económicas, respetando el debido proceso y el derecho a la defensa, pero dando una respuesta oportuna a la sociedad civil.
“Si hay algo catastrófico en una sociedad, es percibir que la corrupción se hizo crónica, es decir, que es imposible combatirla eficazmente. Y para reconstruir esa credibilidad perdida, se requiere dar resultados frente a casos paradigmáticos de corrupción”.

Quienes denunciamos el hurto de que estamos siendo objeto en Ibagué, somos estigmatizados, se nos busca algo, para intentar - sin lograrlo - acallarnos, cuando los hampones obtienen con el poder del dinero oficial comprar algunos medios de comunicación, que sólo hablan de las quimeras, pero jamás dan a conocer a la opinión, lo que realmente está sucediendo, siendo ello una muestra además de corrupción, de la pobreza del periodismo que aquí, con excepciones se ejerce. Y no me refiero sólo a algunos noticieros en la radio, sino al infame disque “diario de los tolimenses”, pasquín de medio pelo, de odios compulsivos fruto de la esquizofrenia de su director, que no hace mella por su escasísima circulación.

Por ello mi pregunta del inicio: ¿Cuándo LLEGARAN A IBAGUE LOS ORGANOS DE CONTROL QUE EXISTEN EN BOGOTA Y EN EL RESTO DEL PAIS???? PORQUE AQUÍ SIMPLEMENTE NO EXISTEN. 
TOLIMA EN LA 24 FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE BOGOTA.
4 de Mayo – 16 de mayo 2011.
Por: Hugo Neira Sánchez
Es grato ver la presencia del Tolima en la Feria Internacional en tres stands.
El stand siete del pabellón seis, donde se exhibe y se vende numerosas obras de autores tolimenses auspiciado por la gobernación del Tolima,  especialmente por la iniciativa gubernamental del gobierno del Dr. Oscar Barreto Quiroga, y la dirección directa del director de cultura departamental Dr. Miguel Salavarrieta, quienes han dado un impulso nunca vista en la cultura del departamento no solo celebrando el bicentenario sino la celebración de la fecha de la creación del departamento del Tolima, auspiciando y publicando obras de Tolimenses en forma directa e indirecta con la Academia de historia del Tolima, de todo género,  que habían sido imposible editarlas y sacarlas sin esa ayuda, del cajón creativo de cada autor.
El stand de  la editorial “Pijao”, que cada año saca al público una   colección de autores famosos de algún género, les ha dado un reconocimiento nacional e internacional a los hermanos Pardo, no solo por estas iniciativas y empuje dinámico en sus ideas, sino también  a su reconocimiento como autores de novela y ensayos, que los hace únicos en la intelectualidad colombiana. 
El stand del municipio del “Líbano”, que cada año hace presencia en la Feria, donde se exhibe y vende numerosos libros de autores libaneses, llevando el mensaje cultural de un rincón del Tolima caso casi único que da la diferencia con la mayoría de los municipios de Colombia, mostrando la cultura de un municipio y  su mensaje de intelectualidad al Tolima, a Colombia y al Mundo. Para el 14 de mayo con auspicio del Ministerio de Cultura y la gobernación del Tolima se tiene una presentación en el salón “Jorge Isaac” de 11 am a 12,30 p.m de unos libros de su denominada Biblioteca Libanense de cultura, encabezando dicho acto  con el libro “Arrieros y fundadores”, de famoso escritor:  Eduardo Santa.
El departamento de cultura del Tolima  con convenios con la Academia de historia  dirigida el año pasado por la Dra. Yolanda Jaramillo, celebrando el bicentenario, fue posible publicar distintas historias de héroes tolimenses, semblanzas históricas tolimenses etc., y también con un poco de controversia de ver la otra “cara de la Historia”, la publicación de mi libro “Pablo Morillo el masón desconocido”, que para muchos dogmaticos y ceñidos a los textos oficiales, consideran una ofensa a los héroes que dieron su sangre por nuestra libertad. .
Hay que reseñar que para el bicentenario el departamento del Tolima, también el departamento de cultura  auspicio una obra escrita por el presidente actual de la Academia de historia Dr. Álvaro Cuartas, donde se resalta los hechos importantes de la creación del departamento del Tolima por el General Mosquera en el siglo XIX.
Como un máximo remate a la presencia del Tolima en esta Feria, donde hay conferencias de muchos ilustres escritores no solo nacionales sino extranjeros,  dando reseñas de sus obras, el Tolima no se quedo atrás y  auspicio para el día 8 de mayo 2011 celebrar el “DIA DEL TOLIMA” con la presentación de los más recientes obras de autores tolimenses, en el “salón Jorge Isaac” de la Feria Internacional del libro, a las 5 pm. Se presentaron aproximadamente 20 autores, que cada uno por el tiempo dispuestos hicieron una corta reseña de cada una de  sus obras, dando una presentación adecuada y académica desde libros de folclor como los que publica cada  año el folclorista denominado cariñosamente “matraca”, quien con su atuendo campesino tolimense y su hablado opita, le puso la salsa a la presentación,  siguiendo luego la presentación de libros de diversos temas, filosóficos, cuentos, poemas, historias , hasta libros de computación, todos creados por Tolimenses.
Esto realmente es un orgullo no solo mostrar al público nacional y extranjero que el Tolima no solo es agrícola, folclor, lechona y tamales sino también somos importantes en el ámbito cultural y con la ayuda oficial podemos ir adelante, ya que solos, había sido imposible   sacar  a luz tantas publicaciones de todo género, donde se muestra  la diversidad cultural de nuestro pueblo tolimense, lo cual  es un orgullo.