PERIÓDICO EL PÚBLICO
Ventaja de no estar en la UE
Hay que hacer una matización previa, si la Unión Europea funcionara bien, creo que habría pocas ventajas de no estar en la UE, salvo tal vez la independencia monetaria que no es poco.

En el listado de inconsistencias de las últimas semanas:

- El brote de E.Coli, en el que un pequeño Land (de hecho una ciudad) alemán ha puesto en jaque a toda la UE, con sus falsas denuncias de que los pepinos españoles eran la fuente, ha provocado pérdidas de 200 millones de euros a la industria de los invernaderos españoles. Finalmente parece que es la soja alemana la que ha provocado el problema. Desde luego que si los protocolos se hubieran cumplido no habría habido problema... pero el tema de cumplir los protocolos es un tema más bien complejo. De no estar en la UE, sin duda España habría tomado medidas similares a las alemanas con los productos alemanes.

- La restricción de la libertad de movimientos, los paíeses europeos claman ahora por el derecho de poder cerrar sus fronteras cuando les de la gana (es lo que ha hecho Francia con Italia en la crisis de los emigrantes del Norte de Africa, o Dinamarca tras las elecciones). Pero ¿vamos a ver? esto era uno de los pilares de la UE, sin embargo los países están percibiendo el movimiento de personas como un gran problema, el terrorismo y la emigración están socavando la enorme ganancia que supuso la libertad de movimientos. ¿hay alguna ventaja en parar el movimiento de personas? creemos que no, si se para el flujo migratorio legal, subirá el ilegal y el problema será el mismo, sólo que los estados destinarán más recursos a arreglarlo.

- Las ayudas a países en dificultades, ahora resulta que tampoco hay solidaridad con los países del euro en dificultades (normal por el despilfarro que han hecho del dinero público), y cuando ese dinero llega las contrapartidas sociales son tan duras, que uno preferiría haberse ido al usurero más cercano. Hace falta un mecanismo de coordinación y de control que impida el exceso de gasto pero al mismo tiempo que permita ayudar a los países en dificultad.

Bueno, seguiría pero creo que como ejemplos están bien. La UE simplemente no funciona y hay que pensar muy en serio en una refundación, tal vez en dar marcha atrás y recuperar el espíritu fundacional....
Publicado por IFRYDHE S.L.N.E.- www.ifrydhe.es

La batalla jurídica

Por:MAURICIO VARGAS
Tomado de El Tiempo 05 de julio
Resultaba impactante, el viernes, el rostro de felicidad del profesor Miguel Ángel Beltrán, acusado por la Fiscalía de ser un ideólogo de las Farc y un destacado miembro de su comisión internacional, la que les consigue apoyo, plata y armas por fuera del país. Sonreía, dichoso, cuando el juez lo absolvió y ordenó su libertad, en aplicación de un fallo de la Corte Suprema de Justicia que desconoció la validez probatoria de la jugosa y contundente información hallada en los computadores de 'Raúl Reyes', tras el bombardeo contra su campamento en Ecuador, en el 2008.
No solo Beltrán estaba feliz. Como él, numerosos cómplices de las Farc de seguro se sintieron aliviados, al saber que, por cuenta de la tesis de la Corte, sus crímenes quedarán impunes. Y tristes, muy tristes, deben de haber quedado las víctimas del terrorismo del grupo guerrillero, pues muchos de los que contribuyeron a esa organización criminal, ya no tendrán nada que temer de los graves indicios de su implicación con estos asesinos, que hayan aparecido en los archivos digitales de 'Reyes'.
A propósito del tema, el presidente Juan Manuel Santos pronunció el jueves en la noche la alocución más importante desde su discurso de posesión. En tono mesurado, pero cargado de razones, el Primer Mandatario hizo un llamado a los altos tribunales para que actuaran con ponderación en sus decisiones relacionadas con la guerra. Y les recordó que los derechos de los procesados -en este caso, los acusados de ayudar a las Farc- no son los únicos que se deben tener en cuenta: están también los de las víctimas de los numerosos crímenes del grupo guerrillero.
Santos se refirió, además, a un fallo del Consejo de Estado que condenó a la Nación por lo ocurrido en Las Delicias, un puesto avanzado de las Fuerzas Armadas en zona de guerra, defendido por poco más de cien militares y atacado en 1996 por más de 400 guerrilleros. Yo estoy de acuerdo en que hay una responsabilidad política en las autoridades de la época, que no dotaron a la Fuerza Pública de los elementos necesarios para enfrentar el desafío terrorista y permitieron que, en ese periodo, las Farc crecieran y ganaran batallas como nunca. Pero de ahí a condenar al mando militar por lo ocurrido, hay mucho trecho.
Para Santos, el argumento de que, al instalar la base en zona de guerra, los comandantes pusieron en peligro a la tropa es ridículo, pues querría decir que la única forma de proteger a los soldados y policías en un estado de guerra es dejarlos en los cuarteles. El fallo me hace pensar en la pregunta que un periodista le hizo en 1993 al entonces ministro de Gobierno, Fabio Villegas, tras un feroz ataque guerrillero en Antioquia: "Ministro, ¿por qué mandan a los soldados justo allá donde hay guerrilla?".
No soy de los que piensan que en las altas cortes hay un complot contra las instituciones y a favor de la guerrilla, como dicen algunos exaltados. Pero sí creo que hay sesgos y un inocultable antiuribismo. Esos magistrados se equivocan al creer que, al desconocer la validez probatoria de los computadores de 'Reyes', golpean a Uribe. Al contrario, lo fortalecen, pues terminan por darle la razón en su discurso contra la actitud de los altos tribunales.
Después del fallo de la Corte sobre los PC de 'Reyes', hay muchos más colombianos que piensan, con Uribe, que mientras el alto tribunal considera casi como prueba indiscutible cualquier dicho de un jefe paramilitar contra un político, desconoce las evidencias contundentes que salen de los archivos digitales de 'Reyes', validados por la Interpol y que, desde febrero del 2009, son objeto de estudio por parte de la Corte Penal Internacional, que no ha desconocido su utilidad jurídica. Ojo, señores magistrados, que, por cuenta de su fallo, Uribe les anda diciendo a muchos: "Yo les dije...".
LA VIDA AZAROSA DE JOSÉ EUSTASIO RIVERA
Por: Carlos Orlando Pardo
Tan sólo 40 años le bastaron a José Eustasio Rivera para matricularse en la esquiva lista de los inmortales. A estas alturas del siglo XXI podría uno volver a preguntarse qué acto de magia logra la literatura para permanecer? La vorágine, por ejemplo, publicada hace ya 87 años, continúa leyéndose y estudiándose en la América Hispana y otros lugares del mundo, no tanto por lo que pudiera ser su lenguaje grandilocuente o lírico para los días de hoy, sino porque consigue retratar con maestría la condición humana y su capacidad para emprender una aventura. A 83 años de su muerte, este huilense universal ha despertado tanto sobre su vida como sobre su obra una serie ininterrumpida de monografías, comentarios críticos, reseñas y análisis de todo tipo que genera varios tomos, como los dos que acaba de publicar Félix Ramiro Lozada a través de Pijao Editores y Caza de libros. Se trata de la compilación de estudios cumplidos por autores destacados de América Latina, Colombia y el Huila mismo para darnos una visión y ofrecernos al mismo tiempo la revisión de un clásico de nuestra literatura. Este trabajo monumental que requirió del esfuerzo apasionado de varios años, es sin duda indispensable para la cabal comprensión de los factores históricos, literarios y personales que rodearon al autor de Tierra de promisión y que desprendieron la fecundidad de su obra mayor. La antología de Félix Ramiro Lozada incluye textos inéditos, una puntual cronología del autor y su obra acompañada de una lúcida y breve introducción que finaliza con un paisaje bibliográfico. Uno alcanza con estos dos volúmenes a desentrañar secretos, ofrecerse explicaciones e ilustrarse de manera debida sobre Rivera y su trabajo para admirarlo cada vez. Y desde luego a sentir una gratitud cálida por la faena de Félix Ramiro Lozada quien ha sido uno de los escritores e investigadores más sobresalientes del Huila no sólo con su tarea creativa en cuanto a libros de cuentos, novelas, ensayos y hasta canciones, sino con su labor crítica reflejada en libros suyos como el cumplido con Literatura colombiana y su desarrollo histórico, Historia, mitos y leyendas el país o el de literatura huilense.  Vale agradecer al licenciado en Lingüística y literatura y especializado en pedagogía de la creación literaria este notable compendio, que muestra igualmente a un profesor de literatura del colegio oficial Santa Librada como un pedagogo e investigador ejemplar. Algunos dirán que para qué unos libros así si todo supuestamente se ha dicho sobre Rivera y su obra, pero no más este año, Mario Vargas Llosa en su última novela El sueño del Celta, dedica más de un centenar de páginas a retratar los escenarios y los dramas donde transcurren los hechos de la Vorágine examinados por Roger Casement, protagonista de su obra,  lo que nos dice cómo el tema de la selva y lo intricado de los dramas que allí se viven y vivieron nunca pasan de moda porque es la historia de la tragedia del hombre frente a la explotación inhumana de quienes sólo están interesados en el dinero como fin a costa de las vidas de los más humildes. ¿Acaso no sucede hoy algo parecido?

Carlos Orlando Pardo, una vida entregada al oficio de escribir
Por: Sebastian Mateus
Aún recuerdo aquella ocasión en que visité la casa de Carlos Orlando Pardo en busca de los resultados del concurso de cuento de esta revista.
Al ingreso, una cordialidad que se posaba en los intersticios de cada libro en su inmensa biblioteca y una sonrisa tan humana, guardaban a ese hombre sentado tras un ancho escritorio en donde descansaba un cenicero sucio y papeles empaquetados junto a una computadora de amplia pantalla, en la que seguramente muchos textos literarios esperaban por un merecida rememoración. Pese a lo lejano de mi recuerdo, así he de imaginarlo, mientras escribo estas líneas, en el instante que con su marcada cortesía se tomaba el trabajo de responder a esta entrevista, pese a su agenda ocupada en eventos tan importantes como la ceremonia de posesión del periodista Germán Santamaría como embajador de Colombia en Portugal.

Más de 35 años dedicados al trabajo literario. ¿Se imaginó alguna vez una vida alejada de la literatura?

C.O.P: Si partimos de la publicación del primer libro, llevamos ya por este camino cuatro décadas, lo que supone una entrega al oficio y no una tarea episódica de las que se cumplen los fines de semana. La camiseta sigue puesta sin ninguna renuncia y con ella esperamos llegar hasta la tumba. Es una tarea irrevocable que se lleva apasionadamente día a día y noche a noche y tan necesaria como el aire, el amor y la esperanza. Cuando desde tiempos tempranos la literatura se convierte en un viaje que nunca quisieras terminar, cuando ella es un quehacer fundamental, uno jamás se imagina fuera de este reino maravilloso que a muchos les parece vano y hasta inútil.

Flaminio Rivera, Jorge Eliécer Pardo, Germán Santamaría, usted y otros tantos grandes de las letras colombianas, además de coincidir por su reconocimiento, también tienen en común su tierra natal: Líbano, Tolima. ¿Qué tiene el Líbano que produce escritores y personajes destacados en todas las áreas del conocimiento y en cantidades considerables? ¿Una educación distinta?¿El frío?

C.O.P: Hace unos tres años y alrededor de una tertulia en mi casa, nos reunimos varios escritores del Líbano. Estaban Jorge Eliécer Pardo, Germán Santamaría, Magil, Flaminio y Héctor Sánchez, entre otros, y nos hacíamos la misma pregunta. Algunos afirmaron que se trataba de una posición geográfica y espacial en el cosmos que nos hacía privilegiados. Otros justificaron el tema refiriendo cómo, desde los fundadores, existían intelectuales al estilo del mismo general Isidro Parra y no pocos señalaron que el Líbano fue una especie de Torre de Babel, lo que ofreció desde los comienzos del siglo pasado un ambiente cosmopolita y nada provinciano. De otro lado, como el Líbano fue epicentro de acciones terribles en la llamada violencia de mitad de siglo XX, allí la gente para evitar morirse se calló, pero el Líbano es en esencia un pueblo de conversadores antes que cafetero o educativo. Entonces eso fue en apariencia porque se dedicaron a escribir. Alguna vez hice un diccionario de autores del Líbano y sumando los libros escritos sobrepasaban el millar. Eso ya es mucho, sean buenos, regulares o malos. Por eso hizo carrera mi frase de cómo el Líbano es el lugar del mundo que tiene más escritores por kilómetro cuadrado o la de que somos tierra de escritores.

Luego de "Las Primeras Palabras" en coautoría con su hermano Jorge Eliécer, vinieron libros como Los Lugares Comunes, El Invisible país de los pigmeos y otros más. Por ellos recibió distinciones especiales de personajes como García Márquez, Germán Vargas y Daniel Samper. ¿En su momento como recibió dichos reconocimientos? ¿Sintió una especie de compromiso literario?

C.O.P: El compromiso con la literatura es algo personal porque nadie está reclamándonos nada. Uno la hace sin pensar en los premios ni en las condecoraciones ni en la fama ni en el dinero. Es el fin de otros y por eso se pierden. Cuando llega alguno de los puntos indicados existe satisfacción y goce, estímulo, deseo de seguir porque alguien se fija en nuestra tarea solitaria y una gratitud enorme ante quienes se han tomado el trabajo de leernos y apreciarnos con sus palabras.

Carlos Orlando también ha ejercido el periodismo. Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Juan Carlos Onetti, Eduardo Galeano y casi un centenar de escritores colombianos han sido los protagonistas de sus reportajes y entrevistas. ¿Cómo influyó en su carrera literaria el conocer estos personajes?

C.O.P: La valiosa experiencia de haber tenido la ocasión feliz de ser en muchos casos amigo y en otros ocasional entrevistador de grandes escritores latinoamericanos entre los cuales mencionas algunos, es no sólo enriquecedora desde el punto de vista profesional y humano sino que halaga nuestra vida y adorna de orgullo los recuerdos. Los futbolistas admiran a los futbolistas y a los cantantes y uno a los escritores que siguen siendo parte de nuestra vida y nuestro culto. No me tropecé con gente vanidosa ni engreída sino entre más grandes más sencillos y sabios, a veces tímidos como los casos de Onetti y Rulfo y jamás con la mirada por encima del hombro.

Si se profundiza en la extensión de su obra podrán descubrirse varias antologías sobre el Tolima y sus máximos exponentes de la cultura a lo largo del siglo XX. ¿Qué lo llevó a estudiar el Tolima aparte de su amor por la región? ¿Cómo han sido los procesos teniendo en cuenta que el departamento no es precisamente el más rico en referencias bibliográficas?

C.O.P: La verdadera historia de la literatura de un país es la suma de lo que se hace en las regiones y no teníamos nosotros ni siquiera un inventario real de sus novelistas, cuentistas, poetas, ensayistas, pintores, escultores y músicos y ni siquiera una historia coherente. Me di a esa tarea desde 1973 cuando era profesor de la Universidad Pedagógica Nacional y fui completándola con mucha paciencia y amor hasta llegar no sólo a tantos libros publicados con estos temas sino a una enciclopedia multimedia que lo resume todo bajo el título de Tolima Total. Sistematicé los procesos, las coyunturas, los acontecimientos, autores y libros dignos de memoria para mirar nuestra evolución y desarrollo. De ahí han partido algunos otros estudios y soy pionero de ellos en el Tolima.
Si así fue ayer, ¿hoy para dónde cree que va el Tolima en materia cultural?

C.O.P: Tenemos más futuro que pasado y la iniciativa de grupos independientes en el campo del teatro, la narración oral, la música y la literatura, por ejemplo, están cubriendo gozosos los espacios en el departamento, a más de una comunicación amplia gracias a los nuevos medios de comunicación en Internet. Como siempre los presupuestos son pírricos porque los gobernantes y los empresarios de toda laya no le dan importancia y sigue cumpliéndose con cinismo la práctica de ser la cultura la cenicienta de todos y no la reina como debiera ser. Sin embargo la gente trabaja sin que importen las bendiciones o las excomuniones y sólo vale la pasión en la que están empeñados para empujar su voz desde cualquier trinchera.

En ese sentido, tiene esperanza en las generaciones venideras cuando de letras hablamos?

C.O.P: No vislumbro por ahora la existencia de una generación que como la nuestra fue abriéndose camino gracias a sus libros, ganando premios nacionales e internacionales, figurando en antologías latinoamericanas, publicando en editoriales prestigiosas de México, España, Francia o Argentina, apareciendo con sus obras y sus reportajes con grandes titulares en los medios más importantes, logrando que sus trabajos se tradujeran a varios idiomas y convirtiéndose en objeto de estudio académico. Y claro que se logró no siendo ya mayores como estamos ahora sino desde los tiempos de nuestra cada vez más lejana juventud. Los que conozco como ustedes están en proceso y de seguir enamorados del oficio llegarán a su cima.

No obstante, usted sin duda hace parte aún de esa remota construcción cultural. Su editorial es una prueba. Pijao Editores ha publicado 300 títulos en casi 40 años. ¿Cómo logra destacarse una editorial ibaguereña en el panorama nacional de las letras?

C.O.P: Ha sido un trabajo apasionante aunque no rentable porque me he quebrado varias veces publicando escritores desconocidos. Estamos considerados como la mejor editorial de provincia en el país y hemos cumplido algunas hazañas como la de publicar 51 mil novelas en un solo envión y ahora preparamos 51 mil libros de cuentos de la misma manera. Son colecciones históricas y de referencia obligada en la literatura colombiana. Y somos editores, no impresores, es decir, seleccionamos los libros, pagamos derechos de autor, evaluamos el trabajo y lo difundimos con éxito. Al fin y al cabo persistentes en la lucha como lo fueron los pijaos hasta su extinción.

Sólo hemos tocado algunos libros de cuentos y sus antologías históricas. Hacen falta cientos de artículos periodísticos, ensayos y algunas novelas. ¿A alguno de sus libros le tiene un aprecio especial?

C.O.P: Mi entusiasmo amoroso va concentrado a los libros que estoy escribiendo ahora. Son mis novelas Verónica resucitada que acabo de terminar, El beso del francés que la tengo en retoques finales y mi libro de cuentos Las noches de la espera. Ahí está realmente la madurez de mi trabajo luego de muchos años en el oficio donde cada día se aprende algo nuevo. Estos libros que justifican mis desvelos son el resultado de un camino hecho a lo largo de varios lustros con la disciplina de un relojero antiguo o el de una hormiga arriera.

¿Y qué es "Los Adelantados"?

C.O.P: Mirando el desorden de mi biblioteca, una noche pensé en el desfile de mis amigos muertos. Busqué en el único lugar donde el tiempo se detiene que es la fotografía, como dice García Márquez y allí, parecían estar todos con su sonrisa de entonces. Conservé, para mi dicha, varios archivos donde aparecían dando declaraciones sobre el oficio de escribir y conversando de la vida. Como dando vueltas por el mismo sitio, pensé que algo debía hacer con la nostalgia que dejan como traje por la falta que hacen. Ese traje de aquellas horas donde la tristeza del corazón elevó sus banderas, me arrancó el propósito de publicar este libro. Se trata de figuras públicas, en su inmensa mayoría artistas y escritores, lo que abre una oportunidad para volver sobre sus existencias, usualmente construidas bajo el fragor de las luchas y los sueños. De todos modos, antes de iniciar la tarea de este libro, me acordé de una frase de García Márquez que siempre me ha gustado y que afirma que él escribe para que los amigos lo quieran más. Para este caso y parodiando, me dediqué a terminarlo cuando antes para querer más a mis amigos.

¿Cuándo estará en las librerías?

C.O.P: En la próxima feria del libro.

¿Teme ser uno de los Adelantados?

C.O.P: Soy un candidato a esa categoría y cuando me llegue el turno espero verla con los ojos abiertos, ojalá con una gran serenidad.
Tomado de http://www.sinpretextos.com Miércoles, 04 de Mayo de 2011 17:59
EL TERCER LIBRO DE VIPRADEL
Este es el último libro escrito por el periodista Victor Prado Delgado, en el que cuenta episodios de la violencia en Colombia, más concretamente en el Tolima, parte de los cuales fue testigo como Cronista de Guerra de la época, otros producto de un acucioso estudio bibliográfico y de una meticulosa investigación en expedientes judiciales, hemerotecas, internet, memoria popular y registros fotográficos. Su obra está escrita en un lenguaje simple pero profesional, detalladamente practico y comprensible. Es un tesoro de detalles, lugares, nombres, personalidades, realidades, fechas, hechos políticos; material para el análisis, el estudio, la comparación, la proyección de políticas de entendimiento y el cocimiento de la Historia. No debe faltar en ninguna de las bibliotecas publicas ni en las de los que pretendan conocer el pasado siniestro del país. Debe estar en manos de los maestro que proyectas hombres mansos para el futuro, en las de los lideres que repudian la agresión como método político, en las de los hombres y mujeres que quieren ver crecer a sus hijos para el progreso y la felicidad, debe estar en manos de los que gobiernan y de los que combaten a los que gobiernan, ese terror del pasado nos debe horrorizar lo suficiente como para no permitir que esa historia se siga repitiendo.  


PRESENTACIÓN: 
VÍCTOR EDUARDO PRADO DELGADO "VIPRADEL".

Al mostrarles a mis distinguidos lectores, el tercer libro de mi autoría y que hace parte del trabajo realizado hace cincuenta y dos años en el sur del Tolima, pensé dos veces cual podía ser el nombre de esta obra que viene a sumar otra obra de importancia en la historia de nuestro departamento.
Posteriormente escribí BANDOLEROS "HISTORIAS NO CONTADAS" en el 2009, y BANDOLEROS "IMÁGENES Y CRÓNICAS" en el 2010, libros que ya conoce el País y que han sido presentados en la Feria Interna­cional del Libro que se ha realizado en la capital de la República.
Sur del Tolima "Terror" Repúblicas Independientes, obra recopilada de acontecimientos importantes ocurridos en el Tolima, especialmente en el sur del Departamento en la época de 1962 y 1965, cuando el Gobierno Nacional luego de dar de baja a los bandoleros, Jacinto Cruz Usma alias "Sangrenegra", José William Ángel Aranguren alias "Desquite", Noel Lombana Osorio alias "Tarzán", Roberto González alias "Pedro Brincos" y otros. Estos hechos ocurridos en los años de 1962 a 1965, teniendo como fin la tranquilidad de los habitantes del norte y centro del Tolima. Las tropas fueron trasladadas al sur del Tolima, para iniciar la "Operación Marquetalia", donde existían las famosas "Repúblicas Independientes de El Pato, Guayabera y Marquetalia"; donde se vivía una violencia que es­taba acabando con esa región.
A mediados del mes de Junio de 1964, el Ejército llegó a esta zona ya men­cionada anteriormente con los batallones Rooke, Tenerife, Galán y Cai-cedo entre otros que sumaban cerca de ocho mil hombres y de inmediato entraron a recuperar la zona de Marquetalia.
Allí estuve presente como periodista y enviado especial del diario EL CRONISTA de la ciudad de Ibagué donde cubría también información para el diario EL ESPECTADOR de Bogotá y algunas emisoras del orden Nacional.
Como en los libros anteriores se relatan problemas de terror presentados en el norte del Departamento, de igual manera, con esta publicación se trae una completa información y recopilación de los casos más destacados de violencia que hubo en el sur del Tolima, con la llamada "Operación Marquetalia".
De otro lado, se comenta como se formaron las "Repúblicas Independien­tes", en ese sector que cubría los Departamentos del Tolima, Huila, Cauca, Cundinamarca y Valle del Cauca.
Las crónicas sobre este tema, fueron en la mayor parte suministradas toda la información por una de las personas que participó como comandante de uno de los grupos guerrilleros, que allí operaban. Se trataba del "Ex General Máximo Leal García", cuyo nombre es Martín Camargo, quien era el "General de las Guerrillas del Partido Comunista". Por otra parte recibimos el apoyo del periodista Fermín Segura Trujillo, corresponsal de EL CRONISTA en Neiva, quien buscó por todos los medios para localizar al camarada Martín Camargo.
Otra de las crónicas plasmadas en esta obra que causo alarma en Colombia fue el atroz asesinato de la profesora del sur de Ata Betty Tarquino, a quien la descabellaron, la descuartizaron y otras tantas cosas que le realizaron a la pobre mujer, siendo esta natural de la vereda Lisboa, municipio de Anzoátegui.
Estudiando las crónicas, observo que la violencia y el aspecto económico de la región fueron muy marcados en esta época y considero como con­clusión que el Departamento del Tolima, especialmente el sur de la región que he tratado en estos fragmentos del libro estaba en crisis, ya que "Ti-rofijo" y sus secuaces recogían tributos tanto con la venta de estampillas, carnet y otros a los campesinos que tenían que aportar casi un cincuenta por ciento de sus productos, para la causa de la guerra y el sostenimiento de las células comunistas que operaban en ese sector. Los artículos de primera necesidad eran difíciles de adquirir por los elevados precios y la escases de moneda por parte de los campesinos, como era sabido que el "Comandante Mayor" "Tirofijo", personalmente visitaba a los finqueros para que paga­ran sus contribuciones, y si alguien se atrasaba le daba un plazo de horas para que se pusiera al día con ellos o de lo contrario terminaban en "Juntas" donde les realizaban consejos de guerra, inclusive sentenciados a trabajos forzosos y si hacían reclamos hasta la pena de muerte. De esta manera la economía estaba en total crisis como lo dije anteriormente porque los productos de los campesinos como el café, la papa, el frijol y la ganadería no eran rentables por tan elevados impuestos que el comando de "Tirofijo" imponía.
Se puede analizar en el año 2011, al cerrar estas páginas de mi nuevo libro que las condiciones económicas actualmente son extraordinarias, debido a que los Gobierno Departamental y Municipal de igual manera el Ejército, la Policía y demás autoridades se han preocupado por darles protección a los campesinos, apertura y mantenimiento de las vías y caminos de pene­tración.
Nos consta que el actual Gobernador del Tolima Óscar Barrete Quiroga, ha hecho grandes inversiones en beneficio de todas las zonas del Depar­tamento especialmente el sur del Tolima, por ejemplo la construcción y ampliación de la carretera Ataco - Planadas, Chaparral - Rioblanco, Cha­parral - Maito - San Antonio, Castilla - Coyaima, Plan de consolidación Mega Colegio San José de la Hermosas, estas con aportes del Gobierno Departamental. Otras obras sobre carreteras y caminos como construccio­nes de puentes, mega colegios, escuelas, que les facilitan a los campesinos tanto salir al sector urbano, como los establecimientos educativos para que sus hijos estudien y la inversión sea poca. Esto lo ha sentido la población del sur, que hace cincuenta y dos años tenían que pagar peajes y tener visto bueno de las guerrillas para poder transitar por esta rica región del sur del Departamento.
Las fotografías antiguas plasmadas en esta obra datan de cincuenta y dos años siendo estas originales y tomadas por "VIPRADEL".
Hay que destacar la colaboración que tuve por parte de los altos mandos militares, especialmente del Coronel Hernando Currea Cubides, Coman­dante de la Sexta Brigada y al mismo tiempo Comandante de la Operación Marquetalia; de igual manera el Coronel José Joaquín Matallana Bermú-dez, quien era el Comandante del Batallón Colombia en Armero de donde venía trabajando con él.
Las crónicas y textos escritos en esta obra se han respetado de su contenido de los originales, los cuales encontraran con algunos errores de escritura y redacción.
Espero que cuando ustedes, estén leyendo esta obra escrita por este mo­desto periodista hijo del municipio de Alvarado, la disfruten y piensen que la historia no se puede cambiar y esta es la realidad que Colombia vivió.
"Nadie es dueño de la vida de nadie para quitarle la vida a un ser humano"
LA GUERRA CONTRA LAS CONSULTAS
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
No había terminado la Registraduría de entregar los resultados de las últimas consultas municipales cuando ya tronaban voces haciendo registro del inconformismo con este procedimiento democrático. Que la abstención fue abrumadora; que una consulta es un gasto innecesario; que con ese dinero se podrían construir un número importante de colegios u hospitales o carreteras; que lo mejor es que se haga a la vieja usanza de reunir a los simpatizantes y escoger candidatos, etc.
No comparto ese inconformismo. Colombia acaba de celebrar doscientos años de vida republicana. Y este año se celebran los 20 años de promulgada la Constitución. En la carta Magna se estableció un nuevo tipo de democracia: la democracia participativa. Dicho de otra manera, Colombia, como tal, lleva el 90 por ciento de su vida independiente, bajo los designios de la democracia representativa, es decir, de la voluntad de unos pocos que se apropian la vocería de los demás y gobiernan a su amaño. La constitución establece que los ciudadanos, sin intermediarios, de manera directa, puedan hacer parte en la toma de decisiones. Pero un pueblo, al que no se le ha permitido participar, y de un momento a otro, se le abre la puerta de la participación, es apenas normal que desconfíe, que sea retrechero, incrédulo.
La primera consulta en Ibagué fue promovida por el Partido Liberal, para la escogencia de su candidato a la alcaldía. Ganó Rubén Darío Rodríguez con una magra votación y con un total de participantes alrededor de 15 mil. La segunda consulta, también del liberalismo, movió un poco más de cuarenta mil personas y escogió a Jesús María Botero. La consulta pasada, fue convocada por dos partidos, el liberal y el de Unidad Nacional, conocido como la U. Y llevó a las urnas unos 75 mil electores. Lo que quiere decir que el procedimiento poco a poco gana legitimidad y los ciudadanos aprenden a utilizarlo. Claro que a los que no les gusta la democracia, a los que les gusta decidir de manera autoritaria y sin consultar a nadie, les molesta este proceso y refunfuñan por los costos que representa este tipo de ejercicios democráticos.
Gastar en institucionalizar el país es y será bueno siempre. Que la ciudadanía aprenda a utilizar canales democráticos es mejor a que decidan por ella unos pocos, ya sea utilizando las armas o mecanismos de presión como el clientelismo, la corrupción y la politiquería. Los que se quejan de la abstención recurren a artimañas para justificar sus cuentas. Las consultas sólo se realizaron en 271 de los 1102 municipios de Colombia, en solo la cuarta parte del país. El 75 por ciento de los colombianos no votaron porque en sus municipios no había consulta. Luego comparar los resultados de la consulta con el total de ciudadanos aptos para votar es una argucia de mala calaña. Por otro lado, si únicamente votaban los miembros de unos partidos, la votación contada debería contrastarse con el caudal de militantes de esos partidos no con la totalidad de la población.
Las consultas son un mecanismo nuevo que tiene el encanto que le permite al ciudadano, al que nunca lo tienen en cuenta, decidir sobre quien debería ser su candidato. Es posible que aun tenga muchas fallas, pero la solución es depurarlas, mejorarlas, no acabarlas.