LAS OBRAS FICTICIAS DE CHUCHO
Por Germán Barberi Perdomo
El domingo 12 de junio, víspera de las festividades del folclor, tuvimos un alegre despertar al leer el TIEMPO y encontrarnos con una página completa del diario, en donde a todo color y con foto retocada del alcalde autista de Ibagué, se contaba a todo el país las geniales obras macro realizadas, las distinciones obtenidas por Chucho y su extraordinaria gestión. Para cualquier lector desprevenido que no conozca nuestra ciudad, estaba frente al mejor alcalde de Colombia, sin duda alguna, lo cual más que un engaño, es una falacia y un despilfarro del erario que puede constituir un peculado ya que el costo de una publicación de esas supera los seis ceros, lo cual está prohibido en nuestras normas legales.
Ello no es nuevo. Recuerdo a una ex gobernadora de Antioquia que publicó un libro elogiando su obra de gobierno y mandó a empastar los ejemplares en cuero y por ello la destituyeron. O al ex gobernador Rodrigo Uribe Echavarría, quien fue declarado insubsistente por el presidente Turbay, por haber publicado en El Colombiano una separata en colores cuya primera página lo mostraba a él, todo divino, posando de cuerpo entero, con motivo de los dos primeros años de su gobierno.
El ego de estos tipos cuesta millones, que se arrebatan descaradamente al erario y a otros fines comunitarios. El artículo 4 de la Ley 29 de 1944, más conocida como Ley de Prensa, manda:”Artículo 4. Queda prohibida la propaganda oficial remunerada en la prensa hablada y escrita del país. Los funcionarios que violaren esta prohibición serán destituidos, y se les aplicará una multa… que impondrá su respectivo superior”. ¿Será que no está vigente? ¿Será que alguien me puede informar, cuál fue la norma qué derogó la que invoco y les abrió las puertas, de par en par, a los vitrineros – entre ellos al autista de Ibagué-, para festinar de esta manera con los recursos públicos? Lo menos que esperamos de un alcalde es que haga las obras que prometió y punto, pues para ello se le eligió y se le paga.
Las autoridades no sólo pueden, sino que deben publicitar sus actuaciones, pero a través de sus gacetas o medios escritos, de sus páginas web y en las rendiciones de cuentas, pero no lo pueden hacer a través de los medios de comunicación sufragando costosos gastos y distrayendo presupuestos que si bien son de funcionamiento, tienen destinaciones específicas y diferentes a las de hacer propaganda al servidor de turno, como aquí acaece.
Y además, no se puede mentir a toda una comunidad, como se hace en la publicación del TIEMPO, donde se presenta como concluida una obra en ejecución, como se hizo con la intersección vial del Éxito, obra además que si bien hace unos años era necesaria hoy no lo es, pues el tráfico pesado ya no ingresará a las vías municipales, sino que se irán por la variante; o divulgando que en el Sur se construyó un centro hospitalario, cuando en realidad no es más que un centro de salud; o dando a entender que el municipio construyó el tecno parque del Sena, que es obra de dicha entidad pública, habiendo aportado el municipio sólo el terreno; o la ampliación del estadio, cuyos recursos en su gran mayoría son de la Nación, por gestión de mandatarios anteriores y parlamentarios, cuya obra inconclusa y por total ausencia de gestión de Chucho, no se tuvo en cuenta como sub sede para el mundial sub-20; tal vez y a qué costo, son verdades a medias la ampliación de las urgencias del San Francisco, el mega colegio Bicentenario y los jardines sociales, o el escaso incremento de la gratuidad educativa en su mandato, o los contados en los dedos de la mano computadores de dotación a centros educativos, o los poquitos empleos que le generó al municipio invertir más de DOS MIL MILLONES DE PESOS, sin contar los valores de traslados de tres secretarias, para que funcionara en arriendo un Call Center Español, y además, las nuevas empresas no llegaron a Ibagué por gestión del autista, como pretende hacerlo creer.
¿Y qué decir de la generación de empleo? Pues que Ibagué pasó del deshonroso primer lugar por cuanto se incrementó el número de ciudades intermedias en la medición del DANE, ya que porcentualmente estamos hoy por encima del que dejó el anterior alcalde, lo que significa que la ciudad continúa con uno de los más alto índice de desempleo en América Latina. Por ello no entendemos las distinciones seguramente compradas de que ha sido objeto el bufón más grande que ha tenido la ciudad en los últimos años, ni las conferencias con su media lengua en congresos internacionales.
Y la realidad es otra. Ibagué padece una de las tasas más altas de inseguridad en ciudades intermedias en Colombia; un total desorden en el tránsito; no contamos con un transporte masivo moderno y nos quedamos por fuera del premio de consolación de la Nación de las llamadas “Ciudades amables” por la negligencia del alcalde y sus subalternos al no presentar los documentos exigidos a tiempo; nos llaman Ibahuecos; si hay invierno o verano se va el agua en toda la ciudad y en cuatro años de desgobierno no hizo nada para solucionar este gravísimo problema, adquiriéndose unos costosos tubos que se están pudriendo al aire libre porque al parecer no reúnen las especificaciones técnicas para el acueducto alterno, otra obra que no será más que un paliativo, el Ibal quebrado por la burocracia, las nóminas paralelas, la pésima administración y el robo permanente de que ha sido objeto; Infibagué cumpliendo funciones que no le competen; La Gestora Urbana sirviendo de cómplice al carrusel de la contratación y para evadir las licitaciones; la deserción escolar en aumento; la salud al garete; las escasísimas soluciones de vivienda que ha entregado son obra del anterior alcalde; los menores sin pupitres ni locaciones aptas para la educación, sin unidades sanitarias como por ejemplo el Amina Melendro en San Jorge; toda la ciudad sin alumbrado público óptimo; con la policía imponiendo partes en lugar de cumplir su misión institucional frente a unas medidas absurdas como el pico y placa y el día sin carro que en nada han solucionado ni la movilidad ni la contaminación, pues seguimos con los buses y busetas contaminantes; el sector rural en total abandono; sin escenarios deportivos ni apoyo alguno a nuestras figuras; sin mayores atractivos turísticos, aquí no hay parques temáticos, mayores museos, ni apoyo a la industria del turismo; con el predial más alto de Colombia; la cultura totalmente desconocida…o alguien sabe cómo se llama el actual director de la EFAC o que hace esa entidad?; las calles tomadas por los vendedores ambulantes sin defensa del espacio público. Funcionarios enriquecidos y sin que los organismos de control se percaten. Podría seguir pero el espacio no me lo permite.
Ese sí es un diagnóstico real de Ibagué, lo demás son puras fantasías propias del autista que nos desgobierna dándose ínfulas en un medio de comunicación y a qué costo. Gracias a Dios pronto cesará la horrible noche.