PERIÓDICO EL PÚBLICO

AGUA Y POLITIQUERÍA
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
Dolor de cabeza diario en la ciudad son los cortes frecuentes de agua. Muchos son los ciudadanos que se expresan con insultos por la falta del líquido. Esto lo aprovechan algunos políticos para echarle leña a una hoguera encendida buscando ganar votos. El asunto es que le sacan provecho al desconocimiento de la gente sobre el problema del agua en Ibagué.
Veamos algunos datos oficiales. La ciudad tiene 370 kilómetros de vías de las cuales 315 están en mal estado. Recuperar toda la malla vial requiere de una inversión que se ha calculado de manera conservadora en 600 mil millones de pesos. Un costo que supera con holgura los 400.000 millones que representan todo el presupuesto anual del municipio. En la actualidad solo se cuenta con 3 mil millones para atender los daños de las vías. La cosa se complica cuando se sabe que el 70 por ciento de las redes de alcantarillado y casi el 60 por ciento de las redes de acueducto están en mal estado. En otras palabras, casi la mitad del agua que debía llegar a las casas se está perdiendo por fugas en las redes de alcantarillado y esa pérdida de líquido subterráneo, junto con las fugas de las aguas negras del alcantarillado destruye las vías. Las aguas que se tratan, que se pierden y no se contabilizan son más del 40%.
Según cifras del IBAL, en 1978 el caudal del río Combeima era alrededor de 9.800 litros por segundo (LPS). En el 2010, ese caudal se había reducido dramáticamente a solo 2.800 LPS. La tala y el deterioro ambiental han venido trabajando de manera silenciosa, pero sin pausa, para reducir la oferta de agua para la ciudad. Este daño se puede medir con las siguientes cifras. La bocatoma del acueducto no debe captar agua con niveles por encima de 10.000 unidades de turbiedad (UDT) porque se llenarían los tanques de lodo y, lo más grave, la tubería se taparía por el barro. Por lo tanto, cuando llueve en el nacimiento del río y el agua se pone sucia se miden los niveles de turbiedad para saber si se capta o se deja pasar. Hasta el año 2006 los picos más altos de turbiedad fueron de 5.000UDT. En el 2011 se llegó a la exageradísima cifra de 235.000 UDT. En los nacimientos de agua el terreno es pendiente, cuando llueve el agua penetra la tierra, y si se han talado los árboles que la retienen, el agua la arrastra con palos, piedras y basura aumentado la turbiedad del río a donde van a parar.
Este daño ambiental no ocurrió ayer por la noche. Lleva años sucediendo sin medidas eficaces para detenerlo. Hoy recuperar las cuencas, reforestarlas y proteger los cauces del río y sus quebradas necesita años. En el 2010 hubo 37 cortes en la bocatoma. En el 2011 hubo 85 y en lo que va corrido del año casi 40. Si continúa el invierno los cortes no van a parar. Este invierno largo e imprevisible también es resultado del cambio climático por el deterioro ambiental.
Para acabar de rematar, el IBAL, está sin recursos para invertir. Soluciones si hay, y se trabaja intensamente en ellas, pero requieren tiempo, recursos, paciencia y comprensión.
¡Por favor, no se deje meter mentiras!

Carlos Orlando Pardo - VERONICA RESUCITADA.
Pijao editores, 2012
Narrar historias de familia ha sido objeto literario, hacerlo con maestría es sin duda asunto de experiencia en el manejo del discurso.
Hace muchos años y por motivos académicos tuve el placer de leer  LA SAGA DE LOS THIBAULT,  que le mereció a su autor ROGER MARTIN DU GARD, nada más ni nada menos que el premio nobel de literatura en la primera mitad del siglo XX. Pensando en la literatura colombiana, que es el tema que ha ocupado nuestras reflexiones durante un largo tiempo, no puedo dejar de asociar el interés temático del presente escrito con una novela que escribió el antioqueño Mario Escobar Velásquez [i], que recoge retablos derivados de la vida, actitudes y acciones de la abuela, desde la cual se derivan otras historias de hijos nietos y bisnietos. El listado sin duda podría ser mayor, un pensador de América Latina en su literatura, sostenía que el escritor siempre estará tentado  a recorrer su espectro vital, el personal e inalienable, luego la familia y después los temas del escenario público. Lo anterior no es camino forzoso, ni es el caso de Carlos Orlando Pardo, pero en Verónica resucitada sin duda existe un ejercicio de recomposición del recuerdo, de alguna manera el predicado sobre el que se monta esta novela es el de cargar de nuevos sentidos los recuerdos. Y claro con ello se cumple lo que en una ocasión le oí al maestro colombiano, el antioqueño autor de La casa de las dos palmas, que está igualmente nucleada por el concepto de familia y de fundación, Manuel Mejía Vallejo, que sólo se escribe bien sobre lo que bien se conoce.
Este enunciado nos permite recordar que justamente los estetas de todos los tiempos comenzaron el camino literario repensando el sentido de las fundaciones o lo que nos es fundante. Ahí está el origen de la literatura épica, aquella que se da cuando el hombre necesita explicarse “el tiempo prestigioso de los orígenes” como señaló Mircea Eliade en El mito del eterno retorno.
Incluso el siglo XX se inicia y concluye con dos obras mayúsculas sobre Irlanda. Y las dos desde distintas maneras de narrar tocan el mismo asunto. El Ulises de Joyce con la que se abre la contemporaneidad literaria en occidente enfoca a Dublín desde la perspectiva de enunciar la historia cotidiana, preñada de focalizaciones discursivas sobre el sentido de la vida y el periplo del hombre en elementos especialmente potenciadores de lo que significa fundar: paródicamente la ritualidad religiosa trasvasada a un ordinario desayuno, cargada de ironía muestra a tres estudiantes, bajo la dirección de Stephen Dedalus, desacralizando el concepto de la religión dominante, o a Molly recordando sus avatares y devaneos amorosos que son en definitiva los que señalan el norte de su vida precaria al lado de un hombre ramplón  que prepara desayunos dominicales con vísceras de animales.  Y al final de siglo otra manera de ver o de aproximarse a la visión de lo fundacional está en ese monumento al recuento de la vida, de los viajes, de la construcción y deconstrucción familiar en una novela de autor irlandés que se convirtió en el libro de mayor éxito editorial. Novela esta que da buena cuenta de lo que significa como dice su autor en el párrafo de apertura: nada más terrible que ser irlandés, pero aún más terrible ser irlandés y católico, peor aún ser irlandés, católico y pobre. En LAS CENIZAS DE ANGELA esa es la premisa a partir de la cual el autor Frank MCourt narra el desplazamiento  de una familia de pobres, católicos  e irlandeses a Estados Unidos de América en pos del sueño americano.
Todas estas expresiones de alta literatura tienen como referente de llegada y también como punto de partida la construcción desde la epicidad funcional, reconstruir el valor la dificultad y el azar, en juego con otros elementos para resignificar el aludido epos fundacional o de un país, o un grupo étnico o simplemente una familia. 
Volvamos a VERONICA RESUCITADA, novela de reciente factura, después de haber escrito novelas, cuentos, publicado antologías, armado colecciones, compuesto canciones y endechas amorosas en la diestra pluma de Carlos Orlando Pardo.
Qué es  VERÓNICA RESUCITADA?. N o es novela de amor o desamor, ni de traiciones y quimeras rotas, es eso y mucho más. Yo la asumo como un texto que con 52 capítulos y en considerables 295 páginas su autor resuelve entrar en los huesos formadores de sus propios recuerdos, con nombres propios y ciertos allí aparecen doña Inés y su hermana Sofia, al lado de Pablo y Don Eloy, sus esposos, y junto a ellos, la figura dominante de la madre de las hermanas que han quedado en la orfandad, por la muerte “presunta” de su madre Verónica.
La historia desde el nivel argumentativo es simple: una mujer en los albores del siglo XX se rebela contra la monotonía del matrimonio y del hogar, las obligaciones contraídas para atender a su esposo e hijas, el encuentro con una nueva piel y otras miradas y la inminente traición y el abandono. Verónica, la protagonista, fundadora de esta zaga de familia tolimense, resuelve romper el nudo gordiano en los brazos de un amante, un trapecista, hombre de circo, que vuela en  las cuerdas y en el amor con la velocidad que le brinde la ocasión. Al final la novela reinstala a Verónica con su hija Inés y muere en medio de una familia, la suya, que anheló pero nunca quiso, después de haber logrado hacer su vida con relativa independencia y autonomía.
Pero ese argumento es sólo un trampolín para recrear un escenario superior, como ocurre en novelas de este tipo que teniendo como eje aglutinante una historia familiar extienden su mirada a un todo mayor. La fundación del partido comunista colombiano, el surgimiento de la televisión, el apogeo del teatro, las escuelas de formación en dramaturgia, el principio del poder político, la fuerza y dominancia del partido liberal, la sombra de Jorge Eliécer Gaitán, las figuras de los presidentes de la república López y Lleras Restrepo, hasta la presencia de Luis Carlos Galán hacen parte del escenario público que aparece ubicado en esta novela que  muestra  el proceso cultural de buena parte del siglo XX colombiano. Junto a figuras como la de Alicia del Carpio y  propuestas como Yo y tu, o la academia de Don Eloy y la presencia de Sofia, la tía entendida en teatro, marionetas y discursos estéticos que como la abuela de la academia montaba para generaciones de colombianos,  aparecen de la mano junto a otros elementos que tienen que ver con un tema que Pardo lo maneja en toda su producción : la  NOSTALGIA.
Y la mejor manera de entender el peso y el valor de la nostalgia que cabalga sobre los seres humanos a título individual o colectivo está en la conceptualización que de la misma hace Milán Kundera: “En griego, ´regreso´ se dice nostos. Algos significa ´sufrimiento´. La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. (…) En cada lengua estas palabras poseen un matiz semántico distinto. Con frecuencia tan sólo significan la tristeza causada por la imposibilidad de regresar a la propia tierra. Morriña del terruño. Morrina del hogar”.2
Y desde ese concepto de Kundera entendemos parte de la propuesta de Pardo con su personaje Verónica. La abuela que abandona a sus hijas pequeñas y al esposo, se aleja de su hogar no solo físico sino interior. Sin embargo la necesidad del regreso es lo que le confiere estatura a VERONICA RESUCITADA. Volver para encontrar que tampoco es parte de lo hallado, volver a escrutar los ojos de las hijas desde cerca y desde dentro pero no para encontrar amor  ni perdón solo la mirada de unos mundos definitivamente perdidos que nunca fueron suyos ni lo serán en los días finales de su aparente “resurrección”.
 Esta novela tiene el arrojo de descubrir el alma femenina en una Colombia en la cual no era pensable la independencia ni la autonomía de la mujer. Supeditada al varón según la costumbre, o more social,  romper los lazos de dependencia sin duda no sólo era tarea titánica, sino casi imposible. Verónica, cuyo primer nombre fue Esperanza, con tres madres a cuestas, cada una llamándola de manera diferente, y eso es elemento sintomático para esta protagonista, cuyo precario sentido de pertenencia se ve atropellado desde el acto de ser nombrada y permanecer con la misma designación : Fue Arturo el que me dijo que era de origen hebreo y significaba verdadera imagen. Para mí era mentira porque la real también se la habían robado como a mí y yo ya no era Esperanza sino lo contrario” 3 .
Verónica, Esperanza, la abuela, la trapecista, la vieja o simplemente la oficinista, describe su drama, el de desear ser ella, encontrarse en su particular capacidad de decisión, su autonomía ignorada, y no podía hacerlo desde la voz de un narrador externo, por el contrario la densidad de su voz se hace audible en el texto en monólogos en bastardilla, que le dan fuerza a la novela y al tiempo abre la polifonía narrativa, con ese espacio íntimo, que alcanza ribetes de suave lirismo para transparentar el alma femenina: “ Me empequeñezco estando sola como si apenas el público exclamándome me retornara la estatura porque en silencio, sin la gente de flores y sonrisas notaba la falta de pureza, la velocidad de mi locura y mi maldita vocación por los acontecimientos peligros. Es ahí donde todo me pesa y agradezco haberme quitado tanta carga de encima atravesándose para cumplir mis sueños y mis ganas de sorber la libertad. “  P 87
Y es ese grito de libertad de Verónica el que seduce, sin que ello signifique el ahogamiento de los otros personajes que la acompañan en su recorrido vital. Pero es la fuerza de su gesto el que le da curso a la novela que Pardo la resuelve en la nostalgia de lo perdido y el deseo de regresar, como lo afirma Kundera en su novela “la ignorancia”, en donde su personaje Irina, Uliseada femenina, proyecta al abandonar París después de haber vivido en él dos largas décadas, retoma el camino para ir al encuentro con sus compañeras de colegio, con el aire y el espacio y los sueños que de adolescente había tenido y sentido y sufrido y amado en su pequeña y distante Polonia. A su turno Verónica volverá al Tolima, atrás queda el circo, la piel recorrida por las pasiones sucesivas, el trabajo en Palacio, sólo importa el encuentro con sus hijas. En una y otra novela ( la de Kundera y la de Pardo) el resultado señala idéntico camino: la nostalgia es sólo eso, el deseo impostergable del regreso, el nostos de la lejanía, la saudade íntima y frente a ello la presencia absolutamente ingrata de una realidad que ya está tan lejana de los tiempos idos, irremediablemente ausentes.
CECILIA CAICEDO
Primera lectura, felicitaciones mi caro amigo

Los usuarios de EnerTolima incluyendo a Pereira, sin esperanza alguna en el sector eléctrico colombiano.
Por : Hugo Neira Sánchez
Esto lo digo, porque mientras EnerTolima en su web, se ufana por estar entre las cien empresas más importantes del país, según la revista “Semana· (a costillas de los usuarios), esto no se refleja  ni en las tarifas, ni en su infraestructura  en el departamento del Tolima, ni en Pereira. Esta empresa a sus usuarios solo les da circo y regalos. Este es el  “el sueño colombiano” de los nuevos “cacaos” como los Nule, pero esto no es raro en el transcurso de su vida democrática de Colombia, pues  a finales del siglo XIX, donde proliferaban periódicos satíricos, el género rey era el suelto o breve en forma de versos irónicos decimas “ensaladillas”, epigramas y aforismo por ejemplo el periódico “El Mago” publicado en Bogotá, en la columna “Preguntas y Respuestas” del señor Juan Ignacio Gálvez escribía:
¿Cómo se eleva un número a la quinta potencia?
Haciéndolo celebrar un contrato con el gobierno”
Anuncios como la que ha hecho la Electrificadora del Huila de rebaja de sus tarifas desde el mes de mayo y,  empresas del centro del país, en las cuales como costumbre no está Enertolima tendrá una rebaja de 19 y 54 pesos por kilovatio/hora, disminución en la tarifa del servicio de energía eléctrica con la que se beneficiarán cerca de un millón ciento noventa y dos mil clientes de la Empresa de Energía del Quindío (Edeq), la Central Hidroeléctrica de Caldas (Chec), la Electrificadora de Santander (Essa) y Ruitoque E.S.P (Floridablanca-Santander), cuya mayor rebaja se registrará en Ruitoque, con un 20%; Edeq, 13%; Essa, 10%; Chec, 9,8%, de acuerdo al informativo de “Concier”, organismo de información del sector eléctrico, es muy diferente a lo que hace EnerTolima, envuelto en el escándalo como el de los Nule, nos muestra el error tan grande que tuvo el gobierno, en colaboración de los políticos de nuestra región, y tristemente por  la poca acción de  la ADT, de entregar una empresa a personas que no tenían dinero ni experiencia unos nuevos “cacaos” como los Nule, para llevar a la empresa  a un buen futuro, favoreciendo a los usuarios del departamento del Tolima y a Pereira, más bien,  tienen que aumentar las tarifas para poder amasar su capital. Que destino tan triste!; nos llega el TLC y no somos competitivos como lo están haciendo otras empresas de servicio eléctrico en otras regiones del país, que piensan en sus usuarios, regiones y no en su bolsillo. Todo esto se lo debemos al trió que sin control alguno en el gobierno de Uribe; el exMinistro Mejía, la exsuperintendente Evamaria Uribe, el nefasto viceministro de minas enemigo del Tolima; Mariguasha y, al expresidente Uribe, que falto a su palabra prometida en las reuniones que efectuó en Ibagué, de entregar a EnerTolima, y a Hidroprado a gente del Tolima.
Este beneficio de rebaja de tarifas, se da porque el Gobierno Nacional decidió integrar en una misma área de distribución a las siete compañías que suministran electricidad a los mercados de Antioquia, el Eje Cafetero, Santander y Norte de Santander.
La Resolución 180574, expedida por el Ministerio de Minas y Energía, oficializó la creación de esta nueva zona que unifica los cargos de distribución y que hacen parte de la tarifa al usuario final.
Su aplicación será a partir de los consumos de mayo, en los sectores residencial, comercial e industrial.
Al crearse este mercado, el cargo de distribución se unifica para las entidades que hacen parte de esta jurisdicción, quedando en 145 pesos, según estimaciones que EPM ha hecho para las empresas de este grupo
Como este valor resulta de promediar los cargos de las siete empresas que conforman el ADD Centro, para algunos usuarios las tarifas de energía eléctrica se incrementarán, como es el caso de EPM, las Centrales Eléctricas del Norte de Santander (Cens) y Empresa de Energía de Pereira (EEP); pero bajará para otros, como sucederá con los clientes de Edeq, Chec, Essa y Ruitoque. Bajo este nuevo esquema, el Grupo adquiere el compromiso de lograr niveles superiores de eficiencia.
Aunque en este grupo está la Empresa de Energía de Pereira donde en lugar de bajar sube la tarifa, pero lo más extraño  es que no aparece EnerTolima, en este grupo. La pregunta del millón porque el gobierno la excluyo de esta Resolución? por eficiente o ineficiente, o porque desea que sus usuarios, como no protestan y están “felices” con su destino, sigan permitiendo que suban sus tarifas, para que su dueño pueda pagar el capital que debe especialmente a la FEN, quien le presto para infraestructura (antes de adjudicación?) y no para comprar la Empresa, cuyo caso lo defendió el señor actual Fiscal y, que proclamo a todo “viento” que los Nule nada tenía que ver con EnerTolima, siendo todo lo contrario como lo ha demostrado los hechos reales.
Lo que deseamos tarde o temprano, es que se conozca que paso con esta adjudicación y,  no siga con el “teflón” que la ha amparado de toda investigación, con ayuda de muchos políticos nacionales. La justicia llega porque llega, vea el caso del BOOT de la Electrificadora del Tolima, se volvió a revivir por la Fiscalía después de casi 20 años de sucedido, pueda ser que ahora si castiguen a los que protagonizaron este debacle financiero.

¿Qué hacer con los empresarios nacionales?

Por:Jorge Enrique Robledo
El 15 de mayo entra en vigencia el TLC con Estados Unidos, la peor decisión de la historia de Colombia. Lo único positivo del suceso es que demostrará que la razón la teníamos quienes advertimos que era una pésima manera de relacionar el país con Estados Unidos, así como con la Unión Europea, Corea y ¡China! Las cosas se han puesto tan mal desde el inicio del libre comercio en el gobierno de César Gaviria, que cabe la pregunta del título de este artículo. Porque además del obvio detrimento de las condiciones de vida de los sectores populares y las capas medias, otra constante del neoliberalismo es la crisis de los empresarios nacionales, en particular de los no monopolistas, quienes, si bien les va, pierden sus empresas con las trasnacionales y terminan de simples rentistas, casi que como desechables. La tragedia se presta para hacer algo de historia sobre un tema decisivo para el país.

Hace cuatro décadas, en medio del auge de las ideas de izquierda en Colombia y el mundo, hubo varios debates relevantes. Uno, sobre la lucha armada, práctica con tantos militantes y simpatizantes que generó cinco grupos guerrilleros principales. Pero también es verdad que no fuimos pocos los que la rechazamos, en la teoría y en la práctica. También discutimos si para ganar el cabal ejercicio de la soberanía nacional frente a Estados Unidos, y con ello desatar las enormes fuerzas productivas de la nación paralizadas o anquilosadas por sus políticas, cabía invitar a los empresarios nacionales –nacionales para distinguirlos de los intermediarios de los negocios foráneos–, como afirmamos algunos, o si había que descartarlos porque sus intereses eran los mismos que los de las trasnacionales.

Hoy, cuarenta años después, hay un veredicto sobre esos debates: el programa del Polo Democrático Alternativo propone la solución política de un conflicto armado que mucho daño le hace al país, pero también rechaza el uso de la violencia para tratar las contradicciones económicas, sociales y políticas. Y cree en la idea de relacionar a Colombia con todos los países, incluido Estados Unidos, mas no en acuerdos de mula y jinete sino de intercambios con beneficio recíproco y respeto a la soberanía nacional, concepción que defiende la producción urbana y rural de los campesinos, los trabajadores por cuenta propia y el empresariado.

En este lapso también se confirmó que someterse a los ucases de Washington enriquece a reventar a unos cuantos nativos pero mantiene en el atraso a la nación y condena a legiones al desempleo y la pobreza. Más grave aún: si se analizan las cosas con rigor, se concluye que hoy la estructura económica de Colombia es más mediocre que la de hace medio siglo, y con tendencia a empeorar en relación con los países capitalistas desarrollados, pues crece el rezago científico y productivo y el país se especializa en minería, y de capital extranjero, como en la Colonia.

Tras un siglo de intentar desarrollar a Colombia por la vía de la deuda externa y la inversión extranjera, no concebidas como respaldo al esfuerzo de la nación y a su capacidad de acumular riqueza internamente sino como su supuesto reemplazo, y en la práctica impidiendo el trabajo propio o reduciéndolo a poco, se consolida la desnacionalización de las principales empresas, cuyas utilidades se exportan, y hasta terminaron por sobrar los colombianos, el principal valor del país. Sobran el pueblo raso y las capas medias, que emigran por millones o se quedan en el desempleo y el rebusque improductivo, y hasta sobra, quién lo creyera, el empresariado urbano y rural, al que hasta 1990 la banca internacional le permitió una papel económico muy secundario pero de cierta relevancia.

La Colombia que hay que construir deberá ser el fruto del esfuerzo conjunto de los trabajadores, el campesinado, las capas medias y el empresariado, quienes, sin distingos políticos, tendrán que montar un proyecto de unidad nacional que le sirva a toda la nación.

Coletilla: muy mal les está yendo a los países que hace poco iniciaron TLC con Estados Unidos. Porque se les dispararon sus importaciones, según muestran sus balanzas comerciales con la superpotencia. (En millones de dólares) Chile: entre 2004 y 2011, de 1.126 a –6.804. Perú: entre 2007 y 2011: de 1.152 a –2.083. Honduras: entre 2006 y 2011: de 30 a –674 y República Dominicana: entre 2004 y 2011: de 169 a –1.939 (http://bit.ly/LS5reP). Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar.

El Taller de escrituras creativas de 
Libardo Vargas Celemín

Por: Carlos Orlando Pardo
Desde cuando Libardo Vargas era estudiante de bachillerato, ya mostraba una decidida pasión por la literatura. Y en esas se ha mantenido desde entonces, pero combinando su entusiasmo con la lectura disciplinada y la formación académica, independientemente de su ejercicio como escritor en el campo del cuento donde refleja sin duda su talento y en el de profesor donde ha cumplido una meritoria tarea de provocador en jornada continua. Desde esta difícil pero maravillosa tarea, ha contribuido no sólo a la formación de futuros escritores y buenos docentes, sino cumple su aporte significativo desde el entusiasmo de la investigación.  Dentro de ese proceso en el que lleva varios ensayos importantes, acaba de presentar en la pasada Feria Internacional del libro, un excelente recorrido por lo que significan los talleres de escritura creativa, llevándonos de la mano por su historia internacional con documentación justificada y el desarrollo que ha tenido en el mundo. La segunda parte advierte aproximaciones conceptuales respecto a la creatividad y a la literatura y la precisión sobre los talleres de creación literaria, sus principios, componentes y momentos que transcurren en él, al tiempo que traza rutas en la construcción de una didáctica de la escritura creativa, tema sobre el que conocíamos un clásico titulado Didáctica de la lengua y literatura españolas de Julio Larrea y Elba Martínez, publicado en 1961. La propuesta preliminar de una didáctica a seguir de acuerdo a los géneros señala un camino purificador y finalmente se estaciona en la propuesta de los talleres. Desde ya se trata de un libro llamado a ser clásico en esta época tan necesitada de guía en este campo y el volumen de 300 páginas con el sello de las ediciones de la Universidad del Tolima se vuelve indispensable o necesario para los docentes del país. 

Extraño aquí, que si bien es cierto y no podía ser de otra manera, se cumple el registro al fundador de los talleres literarios en Colombia como lo fuera el inolvidable escritor tolimense Eutiquio Leal, se dejan por fuera siendo esta la primera investigación exhaustiva en el país, los dos libros con metodología que escribiera Eutiquio y la referencia se limita a un artículo de un periódico local cultural ya desaparecido o las noticias de Camilo Pérez. Recuerdo ahora un largo almuerzo en Barcelona junto al ensayista ya desaparecido Rafael Gutiérrez Girardot y R. H. Moreno Durán,  también adelantado, donde le comenté al entonces profesor en Alemania, por qué en su lúcido ensayo sobre literatura colombiana refería a Vargas Vila despechándolo en dos o tres renglones y me respondió, para salir del paso, que por falta de bibliografía y esto no es tolerable en un investigador, salvo que lo refiera expresamente o no desee reconocer los méritos de alguien. La falta de justicia e información al lector sobre Eutiquio Leal, en este caso, no se me hace válida, sobre todo porque es el tema, afirmando luego que no existió una metodología, citando apenas las viejas declaraciones del escritor sobre la no existencia de ella, pero no el suplemento a su vacío consignado en sus dos libros referidos. Pero no existe la perfección y estoy seguro que por la trascendencia del ensayo de Vargas Celemín tendrá nuevas ediciones para las cuales valdría la pena atender esta sugerencia.