PERIÓDICO EL PÚBLICO

Qué pasa con la Justicia Colombiana?
Parte primera.
Por: Hugo Neira Sánchez 
Enumerando solamente dos casos que han salido a luz pública, donde interviene las redes sociales, abogados defensores, fiscalía, prensa escrita y hablada, etc.,  se ha vuelto realmente un “circo romano”, donde lo único que falta es que los espectadores señalen con su dedo pulgar hacia abajo, la muerte del acusado. Estos casos son por ejemplo; el caso colmenares de Bogotá, y el caso de Sigifredo  López.
Los fiscales y los abogados usan todas las “artimañas” que tiene la ley no para juzgar ni defender al acusado, sino ante la mirada atónita de los espectadores no buscan justicia, sino buscan la manera de que suelten al acusado, no importa usando cualquier medio. La prensa hablada y escrita, abusando muchas veces de su libertad de expresión, buscando la “chiva”, hace que el espectador intervenga oscilando según la información en pro o en contra de los acusados. Asuntos que deben ser ventilados en los tribunales, sale a la “luz pública” sin ningún recato al publico quienes conocen por las filtraciones o “compra de información” del caso antes que el juez. La Prensa se orgullece de estas informaciones llamadas “chivas”, que prestigiosos periodistas manifiestan no riñen con la ética, pues su oficio es informar no importa a quien se lleve por delante.  Lo peor es que los abogados defensores, son algunos de  los mejores en su ramo de una cantidad numerosa de abogados que ejercen en Colombia donde según la Corporación para la Excelencia de la Justicia, Colom­bia es el segundo país del mun­do en número de abogados, con 354 por cada 100.000 habitantes (Suecia, 49; Francia, 76; Chile, 125; Uruguay, 196; España, 282). Tenemos más de 170.000, y Ja­pón, con una población tres ve­ces mayor, solo 25.000. Con esta proliferación de abogados, debe haber excelencia entre los mejores, pero sus actuaciones ante las cámaras dejan mucho que desear. La enseñanza es que cualquier medio se puede utilizar para ganar, no importa que la justicia quede relegada. Pedir ante la audiencia, que le cambien el Fiscal para su caso, pues no le llena sus  objetivos al acusado es lo más insólito que se puede ver.
Mientras tanto los altos poderes de la Justicia, desconocen que la  mujer de César no sólo debe ser honrada, sino  parecerlo demostrando ética y moral, y no lo que hacen permitiendo aumentos de su pensiones con sentencias mutuas como los tres mosqueteros “todos para uno, uno para todos” sin ruborizarse y por encima de cualquier principio moral.
Al aceptar una reforma de la Justicia, después de muchas semanas insistiendo que no estaban de acuerdo, pero que después que el gobierno les prometió darles más dinero para que lo despilfarre como lo han hecho y les aumente el tiempo de su estadía la aceptan, tristemente por unas “monedas de plata” como judas entrego a Jesús, realmente esto es inmoral. Entre otras lo que se aprobó, en esta “maravillosa” reforma como lo dijo el Presidente fueron estas, mas los “micos” mutuos descarados que hicieron:
Congreso y altas Cortes: Doble instancia para la perdida de investidura, eliminó la violación del régimen de inhabilidades como causal para perder la curul, procesos contra congresis­tas en la Corte Suprema tendrán dos instancias, simplificó el antejuicio del Presidente, Vicepresidente, Fiscal y magistrados de altas cortes. Solo será un concepto político.. Se reincorporó la silla vacía'. Los congresistas solo podrán ser reemplazados por muerte, incapacidad física y renuncia.. Se destinarán dos billones de pesos adicionales los próximos seis años. a la justicia (no tienen suficiente lo que tienen para despilfarrar). Se amplió el periodo de los magistrados de las altas cortes de 8 a 12 años y su edad de retiro de 65 a 70.. Una nivelación salarial para los empleados de la rama. (Cuanto costara esto, pobre país. Lo que no nos cuesta,  hagámoslo fiesta). La rama tendrá un gerente y un Consejo de Gobierno Judicial que diseñará las políticas del sector y aprobará su presupuesto y lo remitirá al Gobierno. Se cobrará un arancel judicial en algunos procesos que recaudará 900.000 millones de pesos adicionales.
Y el ejecutivo no se quedo atrás: no logró un consenso total con los altos tribunales, pero sí consiguió que su estructuración mejorara con las entidades que sustituirán a la Judicatura. Adicionalmente, destinó recursos para la descongestión con el cobro del arancel judicial
Como la reforma se le salió de las manos al gobierno, el presidente con “golpes de pecho “la censuro, no se le veía el crecimiento de la nariz como “Pinocho”. Pueda ser que la declaren inconstitucional, pues lo que paso muchas personas jurídicas se lo dijeron al gobierno, que la “bendita reforma” escondía impunidad y, no producía agilidad, ni era limpia ni eficaz para la Justicia. Termino en un tratado de ayuda mutua entre parlamentarios, magistrados y gobierno. Aquellos lograron un régimen penal que los aproxi­ma a la impunidad, estos obtu­vieron el inmediato alargue de sus períodos y el gobierno una posible ayuda para su reelección.  Es una indecencia que 70 parlamentarios sub índice, a quienes afecta de modo di­recto la reforma, voten en causa propia por conveniencia personal, mucho de ellos tratando de defender a sus “jefes políticos” y amigos en la cárcel por la atrocidad de  “lesa humanidad”, como fue el Paramilitarismo. Lo que no se conocía era que el gobierno sin mucha “bulla”, hizo aprobar una ley para contar con los votos de los posibles inhabilitados en la votación, procurando que estos no tuvieran problemas al votar. Realmente una “vergüenza”. 
Colombia cuenta con juristas ejemplares, pero lo insólito es la  escogencia de los que imparten  justicia actualmente. Unas cuantas manzanas podridas como existe en todos los gremios y,  que la prensa a colocando en la palestra, hace que la opinión pública no tenga una opinión favorable a los que imparte justicia y la justicia misma, pues en los casos que se muestran a la audiencia, sin conocer mucho de leyes, se observa impunidad absoluta. Por ejemplo:
La Procuraduría destituye e inhabilita a 14 notarios por pre­sentar trabajos académicos pla­giados (4/6/2012).
La Fiscalía desmonta un ca­rrusel de demandas contra Invías que 37 jueces favorecían con indemnizaciones multimillonarias en pleitos prescritos o de jurisdicción ajena (15/11/2011).
Prestantes constructores de­nuncian que la ingeniería públi­ca está secuestrada por "un ejér­cito de abogados" que ganan mi­llones mediante un entramado de contratos donde siempre pier­de el Estado (29/5/2010).
El Consejo Superior de la Ju­dicatura investiga "una avalan­cha de 12.000 denuncias de embargos irregulares" y destapa "una red de corrupción en la que aparecen servidores judicia­les, políticos y abogados". (26/2/2011).
La Nación intenta tumbar 14 pensiones irregulares por 13.000 millones de pesos que cobraron, entre otros, ex magistrados auxi­liares (13/6/2012).
En dos años, el Consejo Superior de la Judicatura ha sancionado a magistrados, jueces y fiscales..
Para desatar el “nudo gordiano” que causo el gobierno con su reforma a la Justicia no es fácil, pues  solo entra en vigencia cuando se publique en el Diario Oficial. Pero si no se publica, no se puede demandar ante la Corte Constitucional ni promover un referendo revocatorio
Si el congreso acepta su error y corrige los “micos” que aprobaron no hay problema, pero si el congreso se rebela e impone su criterio constitucional, que lio se le va a formar al presidente. Revocatoria del Congreso o revocatoria de él. Ahí está la cuestión. Los analistas mencionan que Santos es débil para gobernar, se ha rodeado de una cantidad de asesores, que no le dejan ver el panorama real, pueda ser que su afán de abrirle mercados a Colombia y a su reelección, el país no se vaya al despeñadero. Pues si Colombia termina de solo de explotador de materia primaria será un grave  error, y volvemos a repetir la historia  de hace casi 150 años con el “laissez Faire” acabo con la industria primaria que el país estaba construyendo y, con los artesanos, personal primario de la industrial. Muchos de ellos a diferencia de los promotores de rebeldía contra los gobiernos liberales y conservadores terminaron muertos y desterrados en una isla lejana del Atlántico, no tuvieron regreso, ni los historiadores oficiales siempre acomodados a los del poder,  mencionan su desgracia. .  



REFORMA E HIPOCRESIA
Por: Javier Ramiro Devia Arias
Los colombianos fuimos enterándonos paulatinamente  de lo ocurrido durante los 8 debates que se surtieron en el trámite del acto legislativo denominado “reforma a la justicia”. Algunas voces se levantaban frente a lo que se proponía, pero varias de ellas se fueron apagando como consecuencia de los acuerdos a los cuales se iba llegando, unos de cara al país, otros en la “privacidad” de algunos cocteles y oficinas de altos dignatarios y congresistas. Otras voces, en verdad,  mantuvieron su posición crítica.
Lo singular del debate que se ha suscitado como consecuencia de la aprobación del acto legislativo, es la falta de carácter de la totalidad de intervinientes en su aprobación. Cómo así que ahora el gobierno dice que lo asaltaron en su buena fe y descarga toda la responsabilidad en el legislativo; acaso no sabe cualquier desprevenido que en el congreso no pasa ningún proyecto, menos de este talante, mientras no cuente con el visto bueno del ejecutivo y de la coalición de gobierno que votó disciplinadamente según las directrices de los partidos y del palacio de Nariño; o  acaso quienes conocemos las normas no tenemos claridad que la conciliación es tan solo una propuesta que  hace una comisión  para unificarlos textos de un proyectoentre el senado y la cámara de representantes , pero luego se realiza un nuevo debate en cada una de las cámaras, en  desarrollo del cual , se había podido negar su aprobación, los inconformes y el gobierno  hubieren hecho la oposición a la aprobación de lo conciliado con las correspondientes constancias ,por cuanto  tiene voz en esos debates,  o simplemente como en efecto lo hizo el ministro de justicia en nombre del gobierno, pedir que se aprobara y felicitar a los congresistas por lo aprobado. Tal vez por eso, el Presidente de la República, gran responsable de esta situación, opto por fundir un  fusible como el Ministro de justicia, con quien gracias a la actual tecnología  y a pesar de no estar el mandatario en el país, estuvo y debía estar en permanente contacto, protagonista vergonzante y cobarde del trámite que ahora se critica como obra ajena y perversa.
Conozco a varios de los congresistas que fueron ponentes o conciliadores y sé de sus condiciones de juristas y de su sagacidad como políticos. No entiendo por qué no defienden públicamente su obra; o acaso su silencio admite que en realidad se cometieron las irregularidad que le endilgan varios sectores  a la criatura engendrada de mutuo acuerdo entre el ejecutivo, el legislativo y las altas cortes. Ese silencio no les conviene y se convierte en espectador pasivo del lamentable espectáculo de “songo le dio a borondongo”. En el congreso se rumora que algunos textos fueron inspiración y obra de la pluma de algunos magistrados quienes permanecen ajenos al debate al estar ocupados en las celebraciones por lo “bueno” de la reforma. Pero el premio de la cobardía la están ganando los partidos políticos y sus  directivas al aceptar un “engaño” que no hubo y una supuesta y aparente salida a la artificial crisis ,  por medio de un  remedio que no es viable constitucionalmente, como es debatir nuevamente el acto legislativo en las próximas sesiones del congreso, pues esa oportunidad  precluyó, simplemente porque los actos legislativos solo pueden ser discutidos en 2 periodos ordinarios y consecutivos que precisamente terminaron el  20 de junio del año en curso.
La realidad no es sino una: la denominada “reforma a la justicia” con sus aspectos buenos, menos buenos y malos, ya es un acto legislativo que existe y tiene validez, por  cuanto tal y  como lo ha afirmado reiteradamente nuestra corte constitucional “una disposición comienza a existir y entra a hacer parte del ordenamiento jurídico por haber sido dictada conforme lo prescriben las reglas del sistema.” “los efectos jurídicos de los actos legislativos y de las leyes que se producen a partir de la promulgación en el Diario Oficial, dan lugar a su oponibilidad y obligatoriedad sin que por ello se afecte la validez ni la existencia de los mismos“. “Al Presidente no le compete sancionar y objetar el proyecto de Acto Legislativo. La voluntad del Congreso como reformador de la Constitución se forma  de manera autónoma sin que se requiera la concurrencia de la voluntad del Ejecutivo.” “El artículo  157-4 de la Constitución, exige que para que un proyecto sea ley debe haber obtenido la sanción del Gobierno. Esta posibilidad no se da en el caso de los actos legislativos pues el artículo 375, específico de las reformas constitucionales, no supedita su entrada en vigencia a la sanción del ejecutivo, ni autoriza a éste para objetarlas... “los Actos Legislativos mediante los  cuales el Congreso reforma la Constitución no requieren de sanción presidencial, porque las decisiones de la voluntad constituyente no pueden, por su misma naturaleza, quedar subordinadas a la aquiescencia de ningún poder constituido, salvo la competencia estricta y precisa atribuida a la Corte para efectos del control formal”.
La promulgación del acto legislativo no es una opción, es una obligación, que de no hacerla el Presidente de la República, la debe efectuar el presidente del congreso o  la podrá exigir cualquier ciudadano.
La única “salida”, respetando el estado de derecho, a  la crisis que los mismos protagonistas han creado, no es sino una: promulgar el acto legislativo y que sea la Corte Constitucional quien por la vía del control de constitucionalidad a instancia de demanda o demandas ciudadanas, decida la suerte de la reforma. Pues lo bueno o lo malo de ella no puede ser decidió al calor de un debate público o del que algunos protagonistas quieren realizar extemporáneamente o  con  las olímpicas lavadas de manos, sino mediante el estudio serio y ponderado de quien legítimamente está autorizado  para efectuarlo.
Todo lo otro no son sino vías de hecho  e  hipocresía.

COMPRADORES DE POLITICA
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
Un estudiante de Ciencia Política de la Universidad del Tolima, me preguntó en clase si lo que le enseñaríamos durante la carrera se parecería a lo que se conoce todos los días de la política a través de los medios masivos de comunicación. A esa inquietud se sumó casi todo el grupo. Transcribiré, a grandes rasgos, mi respuesta:
Lo que usualmente se destaca es lo que los académicos han denominado la pequeña política. Su esencia es el beneficio particular, ya sea personal o de pequeños grupos. Por lo tanto, busca crear o mantener privilegios, pero nunca el interés general. Siendo claros, el interés general sirve para nombrarlo en los discursos y para maquillar o camuflar los intereses personales, pero nada más. Entonces, la pequeña política es un ámbito donde confluyen una serie de intereses privados y egoístas en el que cada actor ve a los demás como sus competidores o enemigos, y está dispuesto a defender, cueste lo que cueste, lo conseguido.
Para mantener sus privilegios, los de la pequeña política hacen lo que les toque, ni importa si hay que mentir, si hay que engañar o cosas peores. Tanto es que un político destacado en Colombia acuñó una frase que ha sido guía de comportamiento de muchos: “calumniad y calumniad, que de la calumnia algo queda”. Dicho en otros términos, mienta y mienta, que la gente de tanto escuchar mentiras, termina creyéndoselas. Como lo que hay que favorecer son privilegios, entonces se amañan contratos, se nombran personas incapaces o que no cumplen requisitos para ocupar cargos obtenidos como repartición de cuotas o pago de favores. Una verdadera rapiña por el presupuesto estatal que se convierte así en un botín a conquistar.
Pero donde la pequeña política se hace más odiosa y evidente, es en la injerencia del dinero. Hoy no se hace la política. Se compra. El dinero define quienes conformarán las listas, quienes serán los candidatos, quienes ocuparán los cargos de dirección. Con dinero se compran y se pagan encuestas y sondeos de opinión. Aún peor, es el dinero, no importa si es bien o mal habido, el que paga los electores, los periodistas y líderes comunitarios que se prestan a ello, los jurados y las autoridades venales. La pequeña política ha desplazado la preparación, el conocimiento, la experiencia, la probidad, el carácter y la seriedad, por el dinero, y si es abundante mejor. No interesa si es caliente o frío, lo importante es que sea dinero.
La pequeña política se asocia a corrupción, a farsas de todo tipo, a alianzas con delincuentes de cualquier calaña, a asesinatos, intimidaciones, envidias, odios, acosos sexuales, calumnias, amenazas, desplazamiento, despojos, atentados y desprestigio permanente de contradictores.
Lo que queremos enseñar en Ciencia Política en la Universidad del Tolima busca renovar y engrandecer la política, recuperar el sentido de responsabilidad, que el sentido de lo social, de lo colectivo, de lo general y de lo público prime sobre lo privado e individual. Que tengamos una clase política preparada, culta, comprometida y conocedora de los problemas de la sociedad. Políticos que sean capaces de recuperar la capacidad de soñar sin dejar de pisar la tierra. Políticos creativos, visionarios, críticos, respetuosos y con criterio.
La pequeña política solo ha traído pobreza, miseria, abandono y subdesarrollo. ¡La queremos desterrar!

ECHEVERRY Y LA LÓGICA DE LA PROSPERIDAD
Por: ALBERTO BEJARANO ÁVILA
Henchidos de vanidad vimos a muchos dirigentes al conocer que “Doing Business” había certificado a Ibagué como segunda mejor ciudad para hacer negocios en Colombia. Perdónenme ustedes la crudeza del parangón, pero debo decir que si esta firma también calificara a individuos, sin riesgo sería Echeverry, el de “Sábados Felices”, la primera mejor persona para hacer negocios en “este país de perspicacia fecunda”.

Por fungir de voceros del pragmatismo insensato o de tesis neoliberales contrarias a elementales teorías del bien común aplicables a nuestra realidad, hace rato perdimos la lógica de la prosperidad. Nuestra unidimensional y precaria noción teórico-política no deja ver contrastes entre el positivismo regionalista y la racionalidad pragmática del monopolio y el centralismo y sólo permite lecturas de conceptos de desarrollo arcaicos e inútiles que, desdichadamente, siguen proveyendo réditos mediáticos o electorales.

Por no poder o por creer que podrían desatornillarlo de su burocrática silla, mucho dirigente público y gremial se opone el más inteligente suceso de la política: el debate pluralista y profundo sobre el bienestar regional, debate fundado en tesis de economía política (Ej. Teoría general del bien), en la ponderación de los recursos estratégicos y las empresas estratégicas, en el equilibrio entre inversionista local y foráneo, en la formación y acumulación de capital endógeno como exigencia para alcanzar prosperidad regional, en la pertinencia regional de la educación, la investigación y las ciencias aplicadas, etc.

       Resulta ingenuo pensar que la inversión externa sin contraparte interna sea fuente de bienestar social. En la economía de mercado el ganador es el inversionista no la región receptora de inversión. Una región adicta al capital externo y sin vocación inversionista pierde todas sus potencialidades y por ende oportunidades de desarrollo y ello a cambio de beneficios marginales y estacionales: empleos no calificados e impuestos. (También es beneficio teórico, cuando no compensa el empleo destruido o si el impuesto está exento). Ejemplos podrían señalarse por cientos, pero, citando a Alfredo Molano, veamos solo uno: “…El Cerrejón produce hoy 32 millones de toneladas anuales de carbón, la mitad de lo que el país exporta, pese a lo cual el 70% de los guajiros vive en la pobreza y el 31% en la extrema pobreza. Solo son más pobres Vichada y Chocó”.

Finalmente me reitero en mi afirmación de que los planes de desarrollo de Ibagué y el Tolima son insubstanciales y efímeros, porque están vacíos de teoría sobre desarrollo local y regional, porque carecen de sentidos de historia, de identidad, de pertenencia y de apropiación y, además, porque no tienen vitalidad filosófica y política de indogeneidad, de inclusión y de ambición de prosperidad social. ¿Por qué seguir girando resignadamente en un vicioso tiempo circular lleno de lugares comunes? ¿Por qué no llamar a un encuentro pluripartidista y plurigremial por la regionalidad? Algunos tal vez elijan afianzar la posición de segunda mejor sociedad para hacer negocios.

La tierra es para quien la trabaje!
Por: Hugo Neira Sánchez
Este debe ser el eslogan de la restitución de las tierras, que le fueron arrebatadas a sangre y fuego a miles de colombianos, para formar grandes haciendas y fomentar los grandes cultivos, que según el gobierno Nacional anterior era el ideal para el país y,  lo reafirmo con el regalo de Ingreso-Seguro.  En un transporte terrestre  que viaje a Bogotá en el momento que salió a la “luz” el problema,  se planteo entre los viajeros esta ayuda; un señor que iba en ella, manifestó que estaba bien que esa ayuda llegara  a los ricos, pues ellos lo invertirían, daría empleo etc.,, mientras que los pobres al momento de recibir este dinero lo gastaría en sus necesidades primarias y a veces en trago. Metí como dice “la cucharada” y, le dije;  esto es media verdad,  pues mientras los ricos lo gastan en viajes,  carros y, amasan su riqueza, los pobres primero tienen que llenar sus necesidades, gasto invertido en el país, mientras los ricos generalmente lo despilfarran en el extranjero. Esta es la gran diferencia manifesté. Por lo menos este señor no volvió a hablar.
El problema de tierra comenzó con la llegada de los españoles; Durante la Conquista y Colonia se impuso la encomienda, o sea la repartición de tierras entre los invasores, envalentonados ante el inmenso poder de sus armas. Y sus antiguos propietarios o poseedores en colectividad pasaron a la condición de esclavos o servidores del extraño amo o señor que se imponía por la fuerza. La legislación romana tenía como origen del derecho de propiedad impuesto por la Conquista. Las tierras despojadas se consideraban de dominio parti­cular y también de propiedad del estado. El derecho español asimiló a la romana en la expropiación y esclavización de territorios y pueblos sometidos. Dividió de igual manera las tierras conquistadas en América: la encomienda para los particulares y privilegiados y los baldíos para la Corona. Por la Real Cédula 14 de 20 de noviembre de 1578, Felipe II consideró del patrimonio real "los baldíos, suelos y tierras que no estuviesen concedidos por los señores Reyes y nuestros predecesores". Esto, para conceder merced y ampliación de la enco­mienda, el trasplante feudal europeo al Nuevo Mundo. En el gobierno del Presidente don Antonio González, se estable­cieron los títulos de propiedad, hacia 1590. Así fueron establecidas por primera vez las notarías para la legalización de las propiedades a los encomenderos, que los próceres de la independencia sustituyeron por el latifundio. Al respecto, el economista mexicano Manuel Aguilera Gómez, dice: "...A los nativos no les importaba la prisión de Fernando VII ni estaban preparados para entender asuntos políti­cos europeos; a los nativos les dolía su miseria, y lo que les importaba era mejorar siquiera un poco sus angustiosas condiciones de vida; les importaba tener un pedazo de tierra para alimentarse y alimentar a su familia. Sufrían en carne propia las injusticias de los hacendados, a quienes odiaban con odio acumulado a través de generaciones. En su condición de parias sabían vaga e imprecisamente que ellos tenían derecho a un pedazo de tierra usurpado por la fuerza y la arbitra­riedad[1] Aunque muchos historiadores modernos manifiestan que en España no hubo propiamente un feudalismo.
Cuando el país se convirtió en República, comenzaron realmente el problema de las tierras, primero los “ejidos” que eran porciones grandes de tierra alrededor de las poblaciones que fundaron los españoles, las cuales eran empleadas para que las usaran los pobres de estas poblaciones especialmente para el pastoreo. A estas fueron las primeras que le echaron el ojo los ricos de ese tiempo. Mientras los resguardos cuyos territorios siempre fueron defendidos, aunque no queramos manifestar esto, por los Monarcas Españoles de la voracidad de los conquistadores estuvo al vaivén de la política, primero tratando de usar los miles de indígenas que vivían en ellas y, este fue uno de los motivos del grito de independencia en 1810, de nuestros padres de la patria, tres meses de este grito consiguieron esto y, luego fue la propia tierra que ha recibido furiosos embates para destruir esta forma de gobierno y, poder  quedase unos pocos con estas tierras.
El eslogan o titulo de este articulo, la mayoría de los colombianos creen que nació en el siglo XX después de la primera revolución agrícola en el mundo, como fue la revolución Mexicana, antes de la revolución Rusa pero no fue así; el primero que la pronuncio en este país fue nuestro insigne líder liberal del Radicalismo Liberal: Manuel Murillo Toro, tolimense, el “Echandìa del siglo XIX” con mucho honor Con las ideas revolucionarias que tenía, los contrincantes lo llamaban “comunista”, apenas en esa época comenzaba a entenderse lo que significaba esta palabra, pues el poder comunista no apareció sino 60 años después. Irónicamente Murillo Toro y Echandìa en el inicio de sus ideas políticas, fueron “socialistas”, pero en el transcurro del tiempo al ver la realidad se volvieron pragmáticos, es tanto que Echandìa termina diciendo que “Colombia era un pueblo de cafres”, al referirse como se manejaba los asuntos políticos, económicos  y sociales por los políticos, que los refunden para desgracia de los pobres, en uno solo.
En la mitad del siglo XIX, no había tanta presión de tierra, como existe actualmente pero, Murillo Toro presentó ante el Congre­so de 1 852 un proyecto de ley de tierras, que, por lo novedoso, se le motejó de "comunista": "... Nadie podía adquirir en la Nueva Grana­da más de mil fanegadas de tierras baldías, aun cuando las tierras hayan sido antes de propiedad particular, si las tierras compradas no se cultivan dentro de cinco años, su propiedad volverá a la Repúbli­ca". En artículo publicado en "El Neogranadino" (octubre 15 de 1853), decía al respecto: "...Porque si todavía el mal no es bastante sensible porque el país apenas empieza a desenvolver su fisonomía industrial, y la clase de los propietarios territoriales aún no han extendido su influencia, ni acaso percibídose de su poder, sin embar­go, es ahora que pueden acometerse sin mayores inconvenientes esas reformas sin las cuales las políticas quedarán frustradas en sus efectos"[2]   
El gobierno de José Hilario  López quien comenzó la segunda Independencia de Colombia  con sus avanzadas reformas económicas, no estuvo de acuerdo con el  proyecto de ley que había presentado Murillo limitan­do a mil fanegadas las compras y adquisiciones de tierras baldías, aun cuando éstas hubieran pasado a ser de propiedad particular  y, que si las tierras compradas no se cultivaran dentro de 5 años, su propiedad volvería a la República. La negativa del congreso y del presidente en aprobar esta ley, hizo renunciar a Murillo de la secretaría de Hacienda.
El minifundio que ha arrrinconado a nuestros campesinos, ha sido efectivo para que este se desplace hacia las grandes ciudades; Barba Rincón, en su obra "Apuntes históricos del movimiento sindical en Colombia", afirma: "El desarrollo de la producción agraria en Colombia no ha tenido una expansión que le permita salir del marco del minifundio, a pesar de que ha sido considerado como un país agrícola, se encuentra en dificultades para autoalimentarse debido a la falta de planificación y estímulos. El minifundio hace que el campesino tenga que vender sus productos a precios incluso por debajo de su valor, a costa de no tener ni siquiera lo necesario para el mantenimiento y reproducción de la fuerza de trabajo. Manifestación de este hecho es el proceso de descomposición del campesinado más pobre, su proletarización y final expulsión del campo.”[3]
Pueda ser que el gobierno de Santos, llegue  al objetivo que persigue, pues 500 años de problemas con la tierra en todos los aspectos, sociales, políticos etc., es difícil que en cuatros años o más se resuelva, pues  muchos son los interesados con poder  de ir contra “la ley de restitución de tierras”, escondiéndose  en la oscuridad. La tierra les ha dado poder y, es difícil  quitarles esta “joya de la corona”,
Resumir en un artículo el problema de la tierra en Colombia, cuyo reflejo en el mundo es similar y difícil, cuya historia tiene numerosos capítulos, es imposible; Conquista, grito de la independencia, República, ejidos, resguardos, desamortización de bienes eclesiásticos, colonización Antioqueña, entrega de tierra Nacional por deuda exterior, entrega de territorio Nacional  para que un gobierno extranjero sea radicalista, Gobierno de Alfonso López Pumarejo, la violencia de los años 50, Reforma agraria, el Chicorazo, Farc, Paramilitarismo, ingreso-seguro, transgénicos, biocombustible, restitución de tierras etc. La historia de la tierra en Colombia, es realmente nuestra historia política. Todos tenemos “raíces” campesinas, para el bien o para mal. 
[1] Jesús C: Torres Almeida Manuel murillo toro caudillo radical y reformador social Ediciones El Tiempo Volumen III Bogotá D:C 1984 Editorial Printer Colombiana LTDA.

EN EL DIA DEL PADRE
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
Era un hombre amable y un gran conversador. Me encantaba la manera como trataba a las personas. Como su memoria era envidiable, su charla cautivaba. Recuerdo como en la mesa, en horas de comidas, trataba temas que manejaba con profundidad y elegancia, y que alucinaban al escucharlos. Conversando era una catarata de datos, fechas, anécdotas, opiniones e ironías que reflejaban su trabajo como periodista. Estudiaba la historia con fruición. Le apasionaba escribir crónicas y creo que entre ellas están sus mejores legados.
Hijo de periodista y su hermano Jorge también ejerció el periodismo. Su abuelo dirigió periódico propio en Honda. Su padre se casó en Nicaragua con una mujer de familia distinguida, naciendo en esas tierras. Cuando tenía 7 años, su padre Roberto retornó con la familia a Colombia instalándose en Cali. Allí estudió. Bajo la égida, en distintos momentos, de Jorge Zalamea, Alberto Galindoy Pedro León Arboleda abrazó la profesión del periodismo y las banderas ideológicas del partido liberal. Trabajó en periódicos en Cali, Cartago, Puerto Tejada y redactor de diarios nacionales. Fundó periódicos propios con talleres editoriales incluidos, tanto en el Valle como en el Tolima.
Su bohemia y su sentido ético profesional lo mantuvieron lejos de pretender enriquecerse con el oficio. Su cabeza era un hervidero de ideas. Su inteligencia producía proyectos sin cesar y era encantador escucharlo soñar con propuestas de largo aliento para mejorar la educación o la eficiencia de los gobiernos. En su hogar enseñó y demostró el amor por su esposa y sus hijos. Todas las noches al llegar a casa vaciaba sus bolsillos, casi nunca llenos, para que ella dispusiera de lo necesario, teniendo después que pedir para sus buses.
Los hombres de su época no fueron enseñados a expresar afecto por sus hijos y menos por los varones. Aunque era un ser humano cálido, sin efusividades me hizo sentir siempre que me quería. Con mi hermana y mi madre era más expresivo. Todas las mañanas, antes de iniciar labores, entraba al ala izquierda de la Catedral y se paraba ante Jesús crucificado y rezaba una oración propia. “Hay que saludar siempre al Señor”, me decía. Pese a las estrecheces económicas nos enseñó a vivir con dignidad. De él aprendí el verso de Hugo Caicedo dedicado a su hijo: “alza erguida la frente hacia el futuro, conquista con tu brazo la tierra prisionera y nunca te resignes con un destino oscuro.”
Agustín Angarita Somoza se llamaba. Heredé, no sólo su nombre, sino sus deudas, su amor por la familia y por esta tierra, la devoción por mi mamá, el cariño por el estudio, la rectitud en el trabajo y la convicción en la emancipación humana. En algunas tardes, lo vi con los ojos encharcados de emoción leyendo poemas de Neruda o de Alfonsina Storni, o silbando la marcha El puente sobre el rio Kwai desnudando sensibilidades escondidas bajo corazas de hombría.
Su afición por el alcohol lo llevó a una cirrosis que lo entregó a la parca un 28 de diciembre hace 36 años. Ha pasado el tiempo pero su recuerdo sigue vivo en mi alma y aún añoro su consejo y su voz de aliento cuando en las encrucijadas de la vida me siento solo y acongojado. Estés donde estés, gracias y ¡Feliz día padre!
@agustinangarita