PERIÓDICO EL PÚBLICO
Publicado por IFRYDHE S.L.N.E.- www.ifrydhe.es 

Cuando vemos el éxito de algunos casos en los últimos años de tiendas online, se genera la falsa percepción que todo es fácil en la red.
 
La gente se ha envalentonado a emprender mediante el e-commerce, y han aparecido e-tiendas como churros. Como bien se dice, la ignorancia es muy atrevida, en muchas ocasiones las e-tiendas nacen de una tienda física que se lanzan a crear un web y la dejan en medio de ese océano que es la red, sin más soporte que el de la Buenaventura que el Señor les pueda proporcionar. Por cierto, generalmente web “perpetrada” por un sobrino de la familia que hizo un curso de diseño de páginas web y que se la ha “perpetrado” por cuatro eurillos. ¿Qué es lo que acaba ocurriendo? Que esa e-tienda ha nacido muerta, porque a los cuatro días no se la mira ni el diseñador de la misma.
 
Una e-tienda requiere la misma o mayor inversión que una tienda física, hay que posicionarse y llegar al cliente entre cientos de competidores que pretenden alcanzar el mismo objetivo. Aparte del gasto que requiere de un bonito diseño y el estar permanentemente actualizada, se requiere de la inversión permanente en el posicionamiento de la misma en la red, para que sea tu página la que aparezca cuando se realiza una búsqueda. A bote pronto estaríamos hablando a partir de unos seis mil euros mensuales.
 

Está claro que una e-tienda requiere también de una elevada inversión en marketing, si bien es cierto que han cambiado nuestros patrones de compra, el posicionamiento y la marca continúan influyendo a la hora de realizar el acto de compra del consumidor. ¿O es que nadie ha comparado las impresoras HP y DELL en la red antes de decidirse a comprar?
 

A partir de 10.000 visitas diarias puede empezar a pensar que su e-tienda irá bien, porque con un poco de suerte convertirá en ventas un escaso 1% de las mismas, pero ¿qué es lo que acostumbra a pasar? que queremos vender zapatos en internet; que por cierto es lo que hemos hecho muy bien durante cuatro generaciones en las tiendas de la familia, y que como nos hemos modernizado también los venderemos en la red, gracias a la web que nos ha construido nuestro sobrino creador de webs. ¡Como no!, fracaso seguro, y cuál será la conclusión: “El sobrino que no sabe hacer páginas web”.

Para vender en la red se necesita conocimiento, marketing e inversión, ¡Ah! y olvídese de su sobrino o vecino experto en webs.