Publicado por IFRYDHE S.L.N.E.- www.ifrydhe.es
Muchos son los agentes que intervienen en la Economía, ya sea de forma individual o de forma grupal, recibiendo diferentes acepciones en función del rol que asumen en la misma. Así pues nos encontramos proveedores, clientes, accionistas, directivos, trabajadores, ahorradores, inversores, etc. , diferentes agentes económicos pero al fin y al cabo personas, y como personas que son, con su sistema de valores.
Los valores son las convicciones fundamentales sobre lo que es
preferible o no, tanto a nivel personal como social. Los valores se componen de
dos atributos, el de contenido, es decir, la esencia en sí del valor, y el de
intensidad, es decir, cuán importante para la persona es aquel valor. Muchos
conflictos surgen en las relaciones interpersonales por la diferencia en los
valores de las personas, ya sea en su atributo de contenido como el de
intensidad.
Los agentes económicos pueden tener diferentes valores o bien una
escala de los mismos valores diferentes. Entre colectivos dónde se tiene una
disparidad total de valores, se hace más complicada la convivencia y el
entendimiento, mientras que es más factible llegar al entendimiento si existen
los mismos valores con diferente intensidad.
En la situación actual, nos encontramos con organizaciones que se
mueven bajo diferentes marcos de actuación. Por ejemplo, tenemos empresas que
funcionan bajo el marco de actuación de lo que se conoce como Economía Social,
y empresas dentro de un marco de actuación de la Economía Capitalista, ambas
empresas, siendo posiblemente vecinas tendrán unos valores radicalmente
diferentes. En el entorno más cercano de una empresa que actual bajo las
condiciones de una Economía Capitalista, nos encontraremos con actores que si
bien tienen valores similares, difieren en el grado de intensidad de los
mismos, es decir, entre un accionista y un trabajador pueden compartir el valor
de la eficiencia, pero probablemente en la escala de valores del primero esté
posicionado entre los primeros, mientras que para el segundo se posicionará
después de otros valores como puede ser la seguridad familiar. Lo mismo sucede
en un entorno cuyo marco de actuación sea la Economía Social, es bastante
probable que el valor sentido de logro difiera entre el socio fundador de
la empresa y el del agente financiero que debe concederle financiación, para el
primero conseguir el fin social será prioritario, mientras que para el segundo
que la empresa genera cash flow para hacer frente a su deuda será lo deseado.
¿Son los valores fáciles de cambiar? La respuesta desgraciadamente es
que no, pero ello no significa que sea imposible. Los valores tienden a ser
estables y permanentes porque se han ido arraigando a lo largo de la vida, pero
sí que es cierto que el hecho de cuestionar nuestros valores puede llevar a que
se produzca el cambio.
En el aspecto empresarial, es importante que la empresa tenga unos
valores bien definidos, eso por un lado facilita la interrelación tanto interna
como externa de los agentes, es decir si un trabajador no comparte los valores
de la empresa, tarde o temprano saltará la chispa, lo mismo ocurre con
proveedores, clientes y demás agentes. Pero mucho más importante es que las
empresas como agentes básicos de la Economía, reflexionen y se cuestionen los valores
bajo los que actúan, ya hemos dicho que no es tarea fácil un cambio de valores,
pero tan solo el mero hecho de cuestionarlos puede ser el punto de
partida para tener empresas más humanas que nos lleven a una
actuación global bajo el marco del Humanismo Económico.