PERIÓDICO EL PÚBLICO
Por Luis Eduardo Chamorro Rodríguez
En la vereda San Pedro del municipio de Dolores, al suroriente del Departamento, funciona una institución educativa que ofrece educación desde el nivel  preescolar hasta el grado 11 de bachillerato a 234 estudiantes y 14 docentes. Bien puede ser el ejemplo de las condiciones en que se ofrece la educación en las zonas rurales de Colombia.
Lo positivo es que la oferta de educación secundaria y media haya llegado hasta esta vereda ubicada en la cordillera oriental, a 25 kilómetros de la cabera municipal, con vías de acceso en regular estado , que obliga a un recorrido de hora y media en vehículo, generalmente una moto que el  docente debe adquirir con su salario.

Positivo,  también, que los 14 docentes sean profesionales  y entre ellos el rector José Armel Lozano Gaviria, un administrador de empresas,  que se vinculó a la docencia y en el mes de septiembre próximo será magíster en educación de la Universidad del Tolima.
Ahora veamos algunos datos y hechos que hacen evidente la inequidad social, la exclusión  y la vulneración del  derecho a la calidad educativa de la cual los estudiantes del campo son sujetos de especial protección. Porque se vulnera el derecho a la calidad cuando no se ofrecen condiciones dignas para la oferta educativa.
En tres de las 8 sedes que integran la institución educativa , no hay servicio de energía eléctrica, son las sedes educativas de las veredas Café Las Vegas, El Carmen y Palmira,  como consecuencia, no tienen acceso a internet ni a otros medios o recursos tecnológicos mediadores de la enseñanza y el aprendizaje. Desde luego que las otras sedes tampoco han tenido servicio de internet en el presente año, porque el gobierno no ha otorgado el contrato para la prestación de este servicio. En la sede central existe una sala de sistema con 20 computadores, la mitad de ellos portátiles.
ESTUDIANTES A PIÉ
Siete escuelas funcionan con un  sólo docente. Se intenta desarrollar la metodología de Escuela Nueva pero las cartillas ya están deterioradas y obsoletas en su contenido; los docentes no han recibido capacitación específica para la aplicación de esta metodología de enseñanza.
Hay dos escuelas o sedes, Palmira y El Macal,  a donde no llegan vehículos y los estudiantes deben transitar caminos de herradura hasta por 45 minutos  horas para llegar a las clases. Usan el caballo o van a pié por caminos que se vuelven intransitable durante el invierno. Los deslizamientos son cotidianos y el desbordamiento de dos quebradas, también. En San Pedro, la tierra es frágil y se culpa de los deslizamientos al uso de explosivos en  una mina.
Para la mayoría de los estudiantes hay servicio de transporte de una camioneta y una chiva. Es un servicio que se costea con recursos de calidad, que administra la Alcaldía.
AULAS QUE SE DESPLOMAN.
Hay problemas graves en cuanto a infraestructura escolar. En la sede principal, según lo informa el rector Lozano, “la infraestructura está en mal estado; aulas a punto de desplomarse debido a deslizamientos, uno de los  dos bloques debe ser reconstruido porque las paredes están agrietadas, los  pisos desplazados, las baterías sanitarias de todas las sedes dan   tristeza. No existen campos deportivos. En resumen: se trabaja con la intención de sacarle mayor provecho a los recursos disponibles. Son muchas las necesidades y en ese sentido estamos en desventaja frente a otros establecimientos educativos. Lo reflejan los resultados de las pruebas SABER, en nivel bajo. Para tercero, quinto y noveno, también hay bastantes falencias”.