Por Oscar Bsreto Quiroga
Las muy
populares conocidas con el anglicismo fake news, se vienen popularizando y
ubicando como una nueva forma de expresión maligna, que buscan desinformar,
hacer daño, lograr orientar entre mentiras y verdades, la opinión pública y
peor las decisiones mediáticas de algunas autoridades institucionales.
Una nueva
“forma de lucha” como alguna vez definió las Farc, el secuestro o la extorsión,
que obviamente produce un daño igual o mayor, porque nada bueno queda de una
mentira que corre y corre, dando razón a alguno de los ítems de la teoría de
comunicación de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del Tercer Reich, quien
definió a la perfección el objetivo de las fake news: “Una mentira
repetida mil veces se convierte en verdad”. En nuestro país esta nueva
expresión se ve en diversos niveles, algunos muy desprevenidos la usan para
hacer bromas,
otros más sistemáticos utilizan planes elaborados, creando perfiles falsos, con apariencia de portales noticiosos, nombres sugestivos o se esconden detrás de anónimos, desde donde empiezan a desarrollar estrategias que buscan desinformar o desprestigiar, aprovechando que las redes sociales otorgan la posibilidad del anonimato y una distribución masiva de la información, lo que permite que más personas incautas se conviertan en cómplices publicando información falsa sin control.
otros más sistemáticos utilizan planes elaborados, creando perfiles falsos, con apariencia de portales noticiosos, nombres sugestivos o se esconden detrás de anónimos, desde donde empiezan a desarrollar estrategias que buscan desinformar o desprestigiar, aprovechando que las redes sociales otorgan la posibilidad del anonimato y una distribución masiva de la información, lo que permite que más personas incautas se conviertan en cómplices publicando información falsa sin control.
Los medios de
comunicación legalmente establecidos y con amplio reconocimiento ciudadano
tienen el enorme reto, en el afán de la chiva, de ajustarse a las normas que
protegen a los ciudadanos, de ser responsables en tratándose de defender la verdad,
la honra y bienes de las personas, de las instituciones y en no dejar avanzar
esta nueva “forma de lucha”, que hace daño a toda la sociedad. He visto hombres
y mujeres destrozados y destrozadas por la violación de su intimidad, otros
porque han destruido sus familias o están inmiscuidos en inconvenientes
jurídicos, que deben resolver en medio de la inocencia de sus actos.
Urge legislar
sobre la utilización de las redes sociales, para defender la verdad y la
integridad de las personas, para no seguir teniendo homicidas de la moral, la
legalidad y la verdad, escondidos cobardemente en anónimos, necesitamos una
prensa libre, que luche contra la mentira con la verdad, necesitamos usar la
virtualidad para construir y no para destruir.
