PERIÓDICO EL PÚBLICO
LAS CAR EN LA MIRA
Por: Laura Inés Castro Cortés
Laura Inés Castro c.
El  borrador de Decreto del Gobierno Nacional  que de 34 Corporaciones Autónomas Regionales, dejaba sólo  17 y  que distribuía su jurisdicción con base en sus ríos o cuencas hidrográficas y no en su división político-administrativa que tienen actualmente, entre sus más destacadas reformas, estremeció a los diferentes sectores políticos que las han  manejado  como fortín burocrático y maniobras de  corrupción en las diferentes regiones del país. Se supo que una vez  las directivas de las corporaciones a nivel nacional conocieron su contenido,  ejercieron una dura presión sobre el gobierno  para  lograr su total modificación.

La decisión que contenía este borrador de reforma,  debió ser desmentida por el propio   Presidente de la República, quien aclaró que su liquidación no era viable ni legal ni constitucionalmente y que ésta era una de los tantas propuestas que  algunos expertos le han hecho llegar para transformarlas en entidades coherentes con la ley 99 del 93  mediante la cual se creo el Sistema Nacional Ambiental. ¿Cómo se filtraría a la opinión pública?

La ola invernal que azotó al país como consecuencia del fenómeno de La Niña, dejo al descubierto la ineficiencia de  muchas  CAR en el territorio nacional. Millones de  colombianos afrontan el destierro,  la intemperie, el hambre y la miseria, por cuenta de la falta de planeación y ejecución de obras como represas, embalses, diques, instalación de compuertas, desviaciones de cauces y drenajes, entre otras actividades mínimas por parte de las CAR. Así mismo fue necesario declarar el Estado de Emergencia Económica Social y Ecológica en todo el territorio nacional. Solamente en el Tolima se cuentan 43 mil afectados por la ola invernal y se habla que la recuperación económica y social alcanzaría los 70 millones de pesos.

Finalmente el Decreto 141 del 21 de  enero/11,  emitido por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, reforma las CAR  y fusiona cinco corporaciones y crea dos nuevas:  La Corporación Autónoma Regional de la Cuenta del río Magdalena CAR Bajo Magdalena y la  Corporación Autónoma Regional de la Depresión Momposina CAR-Momposina. Igualmente  modifica los Consejos Directivos, acaba la Asamblea que está conformada por los alcaldes de cada jurisdicción y  concentra el nombramiento de los directores regionales en el Presidente de la República

Así las cosas, queda en el aire la sensación de que se improvisó. Que la presión sobre el Gobierno dio sus resultados. Pero coincido con los expertos en materia ambiental que lo primero que debe hacer el Presidente es revivir el Ministerio del Medio Ambiente, como máxima autoridad para unas entidades que no aplican  pulcro  manejo a  1.3 billones de pesos que conforman sus presupuestos  y donde los caciques políticos   tienen especial injerencia, ponen y quitan contratistas.
En Ibagué los “dueños políticos” de la Corporación Autónoma, tienen empresas constructoras que   adelantan proyectos urbanísticos en zonas donde las obras alteran notoriamente  la normalidad y el equilibrio ambiental del sector. Ellos obtienen sus licencias ambiéntales con mayor facilidad.  

Pero lo que si queda claro con el nuevo Decreto es que las CAR ya no serán tan autónomas, ni financiera ni administrativamente. En lo que concierne al  Tolima, no ayuda el enfrenamiento entre su directora y el Gobernador, a quien ella señala de “no asistir a los consejos directivos,  y que cuando Cortolima lo ha necesitado, nunca ha estado presente”.  Entre bomberos no se pisan las mangueras. Ese estilo de indirectas que van y vienen no ayuda a un proceso que debe hacerse de la mano y en equipo de trabajo. El Gobernador debe asistir y ejercer  vocería en el seno del Consejo Directivo, sin importar las diferencias políticas con la directora. 

El IDEAM pronostica que los fenómenos de lluvias intensas que dejan   los suelos húmedos  y  que provocan deslizamientos y crecientes súbitas en las cuencas de ríos y quebradas, se extenderán hasta el segundo semestre del 2011 y empatarían nuevamente con el segundo semestre de lluvias. Quiera Dios la situación no vaya a ser más crítica.

Por ahora esperar la utilidad del decreto para conjurar la crisis humanitaria, social, económica y ambiental que afronta el país y que la Corte Constitucional declare si dicha reforma se ajusta o no  a la Constitución y a las leyes en esa materia.