PERIÓDICO EL PÚBLICO
CRUZADA POR EL FEDERICO LLERAS
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
Agoniza el Federico Lleras Acosta, el hospital público más importante y de mayor nivel del departamento. Si se muere el Federico ¿A dónde irán a buscar alivio de sus dolencias los millares de enfermos pobres que diariamente tocan a las puertas de este hospital?
¿Por qué están en crisis este y muchos hospitales públicos? Porque en últimas la ley 100 fue diseñada para favorecer al sector privado aunque perjudicara la red pública de salud. Porque esta ley convirtió la salud en un negocio, en un servicio que se debe pagar, y dejó de ser un derecho. Pero además, por los malos manejos en estos centros hospitalarios.
El Federico lleva tres años con un gerente nombrado en provisionalidad. La ley prohíbe esto, pero a ninguna autoridad parece importarle. Desde hace varios meses le dan vueltas al nombramiento de la revisoría fiscal, ¿por qué tanta demora? ¿Que quieran ocultar? La nómina administrativa ha crecido como espuma, sobre todo de gente procedente del municipio de donde es oriundo el director. Él alega que su tierra también es Tolima y que ellos también tienen derecho. Ese no es el punto. Lo discutible no es de donde provengan los nombrados, sino la pertinencia y la verdadera necesidad de sus nombramientos.
Lo fundamental de un hospital es dar salud, entonces ¿por qué les pagan a tiempo a los administrativos y no a los asistenciales? El personal profesional, ante la demora en los pagos está renunciando, lo que es aprovechado por las EPS que les ofrecen mejores garantías. Caso crítico es urgencias donde, por falta de médicos especialistas, casi está desprotegido un servicio tan importante para toda una ciudad y un departamento. Los turnos, por ausencia de personal, reducen calidad de atención, y al no poder atender, no se factura, y al no facturar no entran recursos y se agrava la crisis.
El hospital tiene la obligación de atender todos los pacientes que concurran tengan o no seguridad social. Los que se atienden y tienen seguridad, el hospital, le pasa la cuenta a la EPS para que le paguen por un enfermo que ya recibió tratamiento. La EPS, a quien ya le atendieron su paciente, no tiene ningún afán y buscará, vía auditores, glosar (o negar) la cuenta para no pagar ese servicio. Complicada situación, el Hospital tiene la obligación de atender a todo paciente, pero nadie le ayuda para que le paguen por lo que ya hizo. Y entre los deudores grandes está la gobernación. ¿Si a un hospital no le pagan con qué compra la droga, paga sus empleados y presta buen servicio?
Señor gobernador: Neiva es una ciudad menor en población que Ibagué, sin embargo en su hospital universitario todo funciona. Tienen cosas que el Federico no posee siendo más grande y mayores las necesidades del Tolima. Ejemplos: tiene cirugía angiovascular, cardiovascular, de tórax, hemodinámia, endosonografía. Tiene cinco cirujanos pediatras mientras en Ibagué uno. Tienen un programa de transplantes financiado entre las secretarias de salud departamental y municipal. Su relación con la universidad a la que el departamento apoya financieramente, le inyecta recursos, investigación y desarrollo. Al parecer lo que sobra en el Huila es voluntad política. ¿Por qué no encabeza una cruzada por el Federico y con su capacidad de gestión y responsabilidad social, lo ayuda a sacar adelante y terminarle su agonía?