LOS DILEMAS DE LAS CONSULTAS
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
Los dirigentes políticos se consideran unos zorros en su profesión. Es entendible. Han asumido la política como su forma de vida, como su fuente de ingresos, como su manera de ser. Por lo tanto, cada paso que dan está precedido de cálculos, cuentas y análisis. En lenguaje popular, no dan puntada sin dedal. Es por esto que extraña el dilema que, al parecer, puede suscitarse por la consulta interna de los partidos del próximo 29 de mayo.
El grupo del poder jugó a la continuidad, y propuso un candidato salido de sus entrañas. Sin embargo, un error de cálculo (no entendible en un dirigente político) lo llevó a dejarse pillar haciendo proselitismo. Lo grabaron, denunciaron, juzgaron y destituyeron. Sin esa carta, jugaron otra, que también provenía de su seno, pero que tenía, para sus cuentas, una condición peligrosa: era autónomo, tomaba decisiones por cuenta propia. Rápidamente movieron sus fichas y lo obligaron a renunciar. Había que moverse rápidamente para solucionar ese vacío. El ex presidente Álvaro Uribe dio la salida; en sus nuevos encuentros ciudadanos ponderó a un ser humano tolimense, lleno de virtudes académicas y administrativas, entonces, calculando que la figura y la imagen de Uribe sería suficientes para que esa persona se transformara en político, lo lanzaron como candidato a la gobernación, con la pretensión de ser carta ganadora. Como traía la recomendación de Uribe, era lógico que fuera candidato del partido de la U. La coalición de gobierno se incomodó por una decisión no consultada con ella.
Nuevos cálculos y se toma la determinación que el nuevo candidato se inscriba conservador. Con eso se calmarían las aguas azules. Mientras tanto impulsan una candidatura a la alcaldía de Ibagué desde el partido de la U. Si se mira al vuelo se dirá que piensan hacer moñona, ganarse los dos espacios políticos más representativos: la gobernación del departamento y la alcaldía de la capital.
En política no es solo uno el que juega. Hay varios contendores y cada uno piensa las jugadas que más le convienen. Otras personas se inscribieron oficialmente como precandidatos en el partido conservador, de tal forma, que de acuerdo a los estatutos de esa colectividad, si hay varios precandidatos, se debe hacer una consulta para definir el candidato único. Hasta aquí no habría problema. El posible error de cálculo es que el grupo del poder propuso candidatos de dos partidos diferentes, y en la consulta solo se puede votar por UN partido. Más claro, al llegar al puesto de votación, según la ley, el elector deberá pedir el tarjetón o tarjetones del partido por el cual va a sufragar. Pero no puede pedir tarjetas electorales de más de un partido. Entonces, si quieren que su candidato gane la consulta del partido conservador no podrán apoyar a su candidato de la U a la alcaldía. Pero el partido Liberal, que no tiene consulta sino en Ibagué, podrá votar en los municipios por el candidato conservador que les convenga. Una opción es que el candidato a gobernación retorne a la U, lo que agitaría tormentas azules…
Como van las cosas Álvaro Montoya podría ganar la consulta conservadora con ayuda liberal. ¿Sería error de cálculo o astucia de los contradictores la encrucijada de la consulta de la U y del conservatismo?