PERIÓDICO EL PÚBLICO
¡CAMPAÑA SUCIA A LA VISTA!
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
Se empieza a vislumbrar lo que será la próxima campaña electoral, especialmente, en Ibagué. Al parecer una campaña a la alcaldía contrató al maestro de la trampa, del rumor y de la propaganda negra y sucia para que le desbroce el camino hacia el triunfo. Este psicólogo venezolano ha demostrado habilidades excepcionales para urdir engaños y mentiras, que le sirvan al candidato que lo contrate para ganar electores. Este personaje será el cerebro gris de una campaña a la alcaldía de Ibagué.
La ciudadanía tendrá que estar preparada para informaciones amañadas, tendenciosas, sin sustento, pero que serán utilizadas para desprestigiar y enlodar la honra y la dignidad de los demás candidatos. No tendrán escrúpulos en inventar falsos amoríos, amistades prohibidas o relaciones criminales. Esculcarán y exprimirán la vida privada de los contrincantes y sacarán a relucir todo tipo de calumnias. Para no dejar rastros que pongan en evidencia su delito, utilizarán el voz a voz, el chisme o la conseja.
¿Por qué un candidato tiene que recurrir a este tipo de medios, para poder ganar? Las razones son varias. La primera, es su debilidad. Pero esa debilidad no es solo electoral, lo que es evidente, sino ética, moral y, sobre todo, de formación. Si un candidato tiene las agallas de hacer picardías con tal de ganar, si llega al poder, hará también lo que sea para mantenerse, para recuperar lo invertido, para devolver los favores, para apropiarse y enriquecerse con los dineros de todos. Estas picardías son trabajo de pícaros. . ¡Una campaña corrompida produce gobiernos corrompidos!
La política es el arte de convencer. Para convencer se necesitan argumentos, sensibilidad, facilidad de expresión y de comunicación, pero sobre todo, conocimiento de los temas y de los problemas a resolver. No basta con abrazar y sonreír. Cuando los potenciales electores oyen a un candidato, les interesa escuchar cómo solucionará las dificultades que los atormentan; las propuestas que darán camino a la prosperidad, al desarrollo humano y a la calidad de vida.
Pero cuando un candidato, como dice la gente, es solo “buche y plumas”, para convencer  tiene que recurrir a comprar conciencias. Sus equipos están conformados por personas a quienes les tienen que pagar, porque nunca los convencieron de las bondades del candidato. Como su discurso es de lugares comunes y sin profundidad, apela a hablar mal de los demás. Como no tiene logros propios que resaltar, busca destacar los errores de los demás. Y si no puede se los inventa. Cuando usted escucha hablar a un sabio, la sabiduría se le nota, se le sale por los poros, no tiene que ufanarse de ella. El candidato vacuo, tiene que recurrir a la grosería, a la trapisonda o a la violencia. No hay que olvidar que la grosería y la violencia son el idioma de los que no tienen nada que decir.
¿Estaría usted dispuesto o dispuesta a que personajes de esta calaña, sean la guía del futuro de sus hijos? ¿Cree usted que proyectos como estos, son la solución para una ciudad como Ibagué, que poco a poco se abre camino al progreso y a mejorar su calidad de vida?
Que no crean que los ciudadanos sean tontos. El chimpancé, aunque lo vistan de oro, sigue siendo chimpancé. Pese a las mentiras, los electores saben distinguir entre la esmeralda y la morralla.
 .. / ..

COSTEÑIZACIÓN DE LA POLITICA EN IBAGUE
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
La corrupción es un mal silencioso y presente en muchos ámbitos de la vida, casi se ha vuelto parte de nuestra cotidianidad. Nos hemos acostumbrado a la corrupción y pensamos que no es posible vivir sin ella. Muchos piensan que la única manera de hacer política es por medio ilegales.
En la Costa Atlántica es muy común escuchar que en elecciones se compran votos, que se ofrecen al mejor postor en cada esquina, que se compran jurados de votación, que se adulteran resultados, etc.  Hacer política se ha hecho sinónimo de trampa, mentira y engaño. Un observador desprevenido podría pensar que si bien es un tema serio, es un asunto de los costeños, que no nos atañe ni interesa. Pero está equivocado. Porque la corrupción se ha convertido en camino para acceder a puestos de poder.
La ciudad de Ibagué, desde hace varios años viene sufriendo la costeñización de la política. Se ha llegado al colmo que las ideas no cuentan, que los programas son simples requisitos. Un destacado político regional decía: para hacer política se necesitan plata y votos; si no se tienen votos, entonces multiplique la plata. Hoy por hoy el ejercicio de la política es el desenfreno de los dineros, bien o mal habidos, que corren sin reparos por todas partes.
Para ser elegido se necesita tener disponible una buena cantidad de millones para “aceitar” periodistas para que hablen bien del candidato y le construyan una imagen de prócer o de persona importante. Si el candidato no paga, no “suena” ni se ve en los medios. Se ha llegado al colmo, que algunos políticos ya no salen a los barrios y veredas a conseguir adeptos, confían en que la simple publicidad será suficiente.
Los votos los manejan los denominados “lideres” de los barrios o comunas, quienes le piden al candidato, “oxigeno” para sufragar los gastos de reunir la gente, de darles refrigerios, para movilizarse, etc. Es decir, se ha vuelto costumbre que hay que “arreglar” con varios líderes populares para que pongan votos. Estos han aprendido y cada vez cobran más caro sus favores. Existen algunos que no piden dinero, pero exigen al candidato puestos burocráticos para sus hijos y familiares, o contratos. Otros piden dinero, contratos y puestos.
Hay quienes ofrecen, por cifras astronómicas, “arreglar” los resultados. El negocio lo plantean así: que ellos se encargan, con sus amigos de la Registraduría, para que la elección se dé, no importa los votos sufragados. La compra de votos se ha camuflado como “ayudas”  para el día de elecciones, y pagan pregoneros, testigos electorales y hasta jurados de votación.
La corrupción ha encarecido las campañas. Y se piensa que lo único importante es el dinero. Eso ha permitido que personas sin ningún escrúpulo, ni formación ni experiencia pero con mucho dinero se crean con condiciones suficientes para aspirar a ser elegidos. Son verdaderos ríos de billetes, procedentes de grupos por fuera de la ley o de mafiosos de cuello blanco, los que hoy dominan la política.
¿Si la campaña es corrupta, cómo será el gobierno? No deben quedar dudas. Una campaña corrupta producirá un gobierno corrupto. El que paga para llegar,  llega a pagar y a sacar para recuperar lo pagado. Entonces, de usted depende que la corrupción continúe y avance, o que tengamos gobiernos honestos, serios y comprometidos.