Roncesvalles en el Tolima cuna del emblema Nacional; “la
Palma de Cera”.
Por: HUGU NEIRA SANCHEZ
Generalmente cuando
se habla sobre la “palma de cera”, emblema Nacional, se refieren siempre al valle de Cócora, pero nunca se menciona a
Roncesvalles (Tolima), donde existe la mayor
cantidad de “palmas de cera” del pais.
El nombre de Roncesvalles nos traslada a la época
medieval de los españoles, al desfiladero de Roncesvalles
del Pirineo de
Navarra
(España), en la que la retaguardia del ejército de Carlomagno
mandada por Roldán
fue diezmada en una emboscada efectuada por vascones.
El nombre de Roncesvalles fue colocado por un grupo de
colonizadores Antioqueños al principio del siglo XX, en su última meta de esta
magna empresa; “La colonización Antioqueña” que avanzo por toda la cordillera
central hacia el sur por las dos vertientes, donde traían apellidos, familia,
maíz, cerdos, etc. y, la estructura completa social del pueblo antioqueño
incluyendo las “fufurufas”.
No se explica
que una región tan hermosa, fértil, productora de leche y agricultura, la
violencia se halla ensañado contra ella durante más de cincuenta años, lo digo
a propósito de un artículo de un señor Arteta (guerrillero Fariano) en la
revista “Semana”, donde dice a propósito de las negociaciones que se van a
efectuar en Oslo, los Colombianos no hemos comprendido el mensaje de la FARC.
Empezando por las palabras que dijo Marulanda en el Caguàn sobre las gallinas y
cerdos que le robaron y la referencia a los “chulavitas”, pues los periódicos
se habían burlado de él y no habían visto el contexto social de sus palabras,
lo más extraño de esas palabras, es que ese contexto social no se tradujo en
hechos reales sociales en su misma clase social; los campesinos y el ejemplo más
papable es Roncesvalles, región martirizada por su presencia en lugar de
avanzar quedo estancada en su tiempo con muertes, amenazas y solo con una
presencia cruel de un grupo guerrillero que no admitía ni admite todavía sino
su poder armado, es por ejemplo en años anteriores, la muerte de un pobre “quesero”
en la plaza de principal de Roncesvalles, sin causa alguna por un borracho
inadaptado Fariano, cuya protesta de
este hecho lo hizo un concejal por carta al incomprendido Marulanda, en lugar
de corregir esto, no solo no mando a leer al causante, como lo hacían con sus
militantes cuando cometían crímenes atroces, sino que el concejal consiguió su
muerte en la forma más vil. No somos brutos! señor Arteta comprendimos el
mensaje.
Lo peor es que
quieren repetir lo del Caguàn, mandando a los campesinos, exponiéndolos a
manifestaciones sin razón alguna, a que soliciten ser incluidos en el grupo de
negociación, para provecho propio, pero nunca ellos les piden perdón por las
“minas”, desplazamientos etc., y, por todo el dinero que enterraron sin
provecho alguno, en región o personal, obligándoles hoy a pedir lo imposible.
Todos los colombianos tenemos derecho a un puesto en las negociaciones y, más
los campesinos que han sufrido en carne propia durante más de cincuenta años,
esta violencia “imbécil”, pero si fueran llamados todos los grupos sociales de
Colombia tendrían un estadio completo, cuyos efectos terminarían en el circo
del Caguàn, tres meses de continua exposición de cada uno de los colombianos que
pudieron llegar allí, con proyectos e ideas,
llenando cantidad de archivos con información muy interesante
particular, pero inútil para la paz.
Me desvié un poco sobre el propósito que tenemos de
proteger la “palma de cera” y, lo podemos hacer como lo están haciendo en
Roncesvalles con dos propósitos; protección
animal y vegetal. Al proteger el loro “orejiamarillo”,
protegemos su habitad que es la palma de cera. El loro es andino del tamaño de
una pequeña guacamaya, aproximadamente 42 cm, en edad adulta. De hábitos
gregarios, realiza desplazamientos regionales y tiene una estrecha relación con
las palmas de cera. Me alegra mucho del plan de protección del loro implantado
por la alcaldía de Roncesvalles en las escuelas
y colegios del municipio, comenzando con
100 ejemplares que existían al comenzar el proyecto, ha alcanzado niveles históricamente altos con
727 individuos, con 291 polluelos registrados en 131 nidos (octubre 2010). Loros
que se estaban extinguiendo y de complemento la Palma de Cera.
Si nos llega la Paz deseada este territorio se volverá
un sitio turístico, muy importante, con un turismo ecológico de moda
actualmente; volver a la naturaleza y compartir con ella su belleza y su
armonía territorial, con cabalgatas que
comenzaría en Cajamarca y podía terminar en Chaparral, andando por la región
más bella del país, con sus quebradas, riachuelos, disfrutando de una buena trucha,
con alojamientos apropiados, respirando aire puro, contemplando su paisaje, el atardecer
y la Palma de Cera en toda su plenitud con el gorgojeo y el vuelo de los loros “orejiamarillo”
y, desde sus alturas se podrá ver el valle medio del Magdalena y a lo lejos el
resplandor del bien perdido del Tolima
por la ineptitud de nuestros políticos; La represa de Hidroprado. Soñar
no cuesta nada. Pero para esto necesitamos la paz real, sin Minas ni
malhechores, prometiendo “paraísos terrenales”, que solo existen en mentes
ilusas, “mamertas” y perversas.
A veces los sueños son la realidad donde menos se
piensa, no acababa de terminar este articulo cuando encontré en el periódico “El
Tiempo”, que esto que estoy deseando para esta región lo están haciendo en el
Quindío, un Tour cordillerano que está seduciendo a los extranjeros
especialmente Europeos (Españoles, Alemanes etc.), un recorrido en Willys y la
interacción con el paisaje cafetero.
El Tour cordillerano, que creó la agencia española
Banoa, se debe al interés de de los extranjeros por conocer regiones con un turismo diferente al que se
ofrece en el Mundo, es un paquete de 26
días para visitar 15 municipios,
incluyendo el Tour Cordillerano. Cuesta 3.100 euros por persona.
Esta aventura se realiza sobre el famoso Jeep Willys y, comienza en el Centro Nacional para el
Estudio Bambú Guadua. Llega luego al municipio de Córdoba, donde la foto en la plaza, con la
cordillera central de fondo, no puede faltar, siguiendo por una carretera
empedrada, hasta Pijao (Quindío). Allí, los turistas cumplen una de las
actividades más pedidas: conocer detalles de la compra, venta de café y tener
contacto directo con los agricultores.
A mediodía se disfruta de un almuerzo típico de la
región, acompañado de un buen café. El tour sigue su recorrido por una vía
estrecha a 1.600 metros sobre el nivel del mar que permite ver los cafetales
los paisajes del Valle.
Se llega entonces a la hacienda El Balcón, para realzar
un reconocimiento de los cultivos y detallar el proceso de recolección
de café. Las historias de guaqueros ambientan la visita, antes de partir hacia
Buenavista (Quindío), 10 minutos, donde el atractivo son los miradores
naturales.
Todo esto se debe según un turista español de nombre
Aurelio Martínez, quien escogió este destino porque le pareció más interesante
que otras opciones como Tanzania, Zimbabwe o China. "No queríamos ver más
animales, era muy repetitivo, preferimos una inmersión en la cultura cafetera y
les vendí la idea a mis compañeros de viaje porque nos gusta el turismo
vivencial como este".
Mientras tanto aquí en el Tolima y cerca de Ibagué, a este lado de la cordillera lo que tenemos en
nuestro medio ambiente no lo apreciamos, pues podemos mostrar lo mismo que la
zona cafetera del Quindío y, hacer un turismo
adecuado para esta época; ecológico y, no el de las borracheras y el desorden
del folclor. Nuestros dirigentes ciegos en la burocracia no lo aprovecha y, seguimos desalojando las
margaritas buscando nuestro futuro, teniendo a la mano todo, demostrando nuestra inoperancia para
aumentar el empleo, o esperando como “opitas”
como dijo el señor Alcalde de Ibagué actual, disminuir el desempleo con la construcción de
las casas que va a regalar el gobierno Nacional, como si todos los desempleados
fueran obreros.