Por Luis Eduardo Chamorro Rodríguez
Es sabido que
Colombia está atrasada en desarrollo científico, que no hay una cultura arraigada
por la investigación y eso tiene mucho que ver con las instituciones de
educación superior. Porque uno de los ejes misionales de este nivel
educativo es la investigación, que es objeto de evaluación y verificación
cuanto se pretende la acreditación institucional de alta calidad de
las universidades.
Si nos centramos a lo
que está ocurriendo en la Universidad del Tolima debido a su déficit de
tesorería que comenzó en el 2013 , entonces ¿Qué pasará con la deseada
acreditación institucional de alta calidad? ¿La crisis financiera de la
Universidad afectará las inversiones en investigación? ¿Habrá actividad
académica normal a partir del primero de marzo? ¿Esta situación afectará
la oferta de posgrados, principalmente de los 5 doctorados donde se forman los
investigadores?
Comienzo por decir
que el presupuesto del Fondo de Investigaciones de la Universidad del Tolima,
en el año 2015 apenas ejecutó gastos por 14 mil 187 millones de pesos de los 23
mil 388 millones recaudados y que el presupuesto de este Fondo para el año 2016
registra la suma de 16 mil millones de pesos y se está a la espera de recortes
adicionales esperados por el Consejo Superior de la Universidad, como resultado
del trabajo de una comisión integrada para el efecto.
La financiación de la
actividad investigativa en la Universidad depende principalmente de entidades
nacionales y del 10 por ciento de Ciencia y Tecnología del
Sistema Nacional de Regalías.
Ya está dicho que la
investigación científica es tarea esencial de la Universidad, pero
igualmente es pertinente decir que es difícil lograr resultados significativos
de la actividad de los grupos de investigación, comenzando porque no existe la
formación deseada de investigadores.
La Universidad del
Tolima, relativamente no está mal en su desempeño en la investigación, tanto es
que ocupa el puesto 22 entre 130 universidades e instituciones de educación
superior públicas y privadas existentes en Colombia. “Estos datos señalan
que la Universidad del Tolima es la universidad regional con
mayor cantidad de productos académicos y científicos visibles a nivel
internacional”, dice el investigador Gustavo Adolfo Vallejo, uno de los
docentes de la Universidad más destacados en la actividad investigativa.
EL POR QUÉ DE LA
INVESTIGACIÓN
Se dice que estamos
en la era del conocimiento y de la tecnología, que ya no es suficiente que un
país sea rico en materia prima sino en el valor agregado que se le
incorpore a tales productos originales de la agricultura o la ganadería, por
ejemplo. Para ello se requieren conocimientos, tecnologías e innovaciones que
puedan generar los grupos de investigación.
Pero ocurre que “En
términos generales, el valor del conocimiento y el saber no es una idea
totalmente aceptada dentro de la sociedad tolimense e inclusive dentro de
la sociedad colombiana. Cuando la sociedad acepte que el conocimiento tiene un
valor superior al que pueda tener el valor de los bienes materiales, esa
sociedad estará consciente y mentalmente preparada para enfrentar el
desafío de conocer la realidad natural y social. Y afrontar el desafío de
utilizar ese saber para transformar la sociedad y la naturaleza y obtener
beneficios que conduzcan a aumentar la riqueza de las comunidades. Solamente en
ese sentido logrará que hagamos de la investigación un eje importante, para el
desarrollo del país”, son las palabras de Vallejo, líder del grupo de investigación
en Parasitología Tropical, director del laboratorio de investigaciones que
durante ya hace 34 años estudia la enfermedad de Chagras, una enfermedad que
afecta el corazón de los humanos y que se propaga en la cuenca del Magdalena.
Vallejo concluye que
en el Tolima y específicamente en la Universidad del Tolima, existe un
potencial muy importante en cuanto a producción de conocimientos. “Creo que ha
habido un desarrollo por lo menos en las últimas tres décadas particularmente
en la Universidad del Tolima.
La UT comienza a
pensar en serio en la investigación, a partir de los años 80 cuando se
hace explícito el papel de formar investigadores , para realizar investigación.
En aquella época, el inicio de la investigación en la Universidad fue lento,
recordamos en esa época a Humberto Granados Espitia, quien venía de Europa y
Estados Unidos después de trabajar con el equipo que descubrió la vitamina K; a
Raúl Echeverry Echeverry, ingeniero agrónomo, fundador del Jardín Botánico y el
Herbario de la Universidad del Tolima y a Alberto Fray especialista en suelos,
entre otros.
A partir del Decreto
Ley 80 de 1980, por primera vez se hace explícito el papel de la universidad en
el desarrollo de la ciencia y la tecnología, se establece que el 2% del presupuesto
de las universidades públicas se debe destinar a actividades de investigación.
Se crea la Oficina de Investigaciones y Desarrollo Científico. En esa época de
los años ochenta, tres grupos de investigación, el grupo del Doctor Albertoi
Fray, el de Raul Echeverry Echeverry, el de César Augusto Velandia.
Actualmente tenemos
42 grupos reconocidos. Entre 1980 cuando la primera publicación nacional, hasta
el año 2000, los primeros quince años, la universidad del Tolima publica
17 artículos internacionales . Entre el 2000 y el 2015, publica 347 lo que
significa que ha multiplicado veinte veces esa capacidad de publicar y de
demostrarle a la sociedad , a la comunidad internacional , lo que se ha hecho
en estos años”.
DESCUBRIMIENTOS E
INVESTIGADORES DESTACADOS
En estos momentos de
crisis financiera de la Universidad del Tolima es pertinente poner la mirada en
otros aspectos que hacen grande a nuestra universidad y entre ellos los aportes
que hacen los 42 grupos de investigación , la mayoría de las veces silenciosamente
en laboratorios, en trabajos de campo, en actividades de diálogo de saberes
frente a un computador.
Lo primero a decir es
que en la Universidad del Tolima operan varios laboratorios, entre ellos el de
parasitología que ya mencionamos, también laboratorios de zoología,
ecofisiología, neurobiología, veterinaria, química, maderas y muchos más por
los que pasan estudiantes de cada uno de los programas académicos que ofrece la
universidad.
Vallejo hace un
listado de 57 docentes investigadores destacados en áreas de las ciencias
naturales y sociales. Entre ellos están Humberto Granados Espitia, quien
trabajó con el equipo que descubrió la vitamina K; Raúl Echeverry Echeverry,
único profesor de la universidad del Tolima con dos especies vegetales, nativas
del municipio de Ibagué, que llevan su nombre, Baccharis raulí y Meliosma
echeverriana; Alberto Frye Casas, investigador de referencia nacional e
internacional en suelos; Gonzalo Palomino Ortíz, ecólogo ampliamente conocido
en Colombia y en el exterior; Pedro Villegas, veterinario egresado de la UT,
creador de la vacuna NewCastle , en Georgia Estados Unidos; Nelson Canal del
grupo de investigaciones en moscas de las frutas, por la descripción de 15
especies nuevas de insectos de importancia agrícola; Manuel Hernando Bernal del
grupo de investigación en Herpetología, Ecofisiología y Etología, por la
descripción de nuevas especies de ranas; Héctor Eduardo Esquivel por la
descripción de dos nuevas especies del género Zamia; Francisco Villa
Navarro, por la descripción de tres nuevas especies colombianas de peces; Julio
César Carranza, por la descripción de una nueva especie de
tripanosoma y nuevos genotipos de Trypanosoma cruzi y T.
rangeli. Desde luego que quedan muchos por nombrar.