Por:
ALBERTO BEJARANO ÀVILA
El
anterior artículo sobre la aguerrida lucha social y la autonomía regional
suscitó asertivas opiniones que exigen ampliar lo dicho a partir de un
categórico juicio: la visión del desarrollo regional no es bidimensional
(política (?) y negocios) sino multidimensional e informada en las ciencias
sociales (historia, antropología, sociología, semiología, psicología social,
etc.). A la luz de éste juicio pregunto: ¿Conoce el amable lector alguna región
moderna y admirada que haya logrado ese sitial sin grandes luchas y rupturas?
Al menos el suscrito, en sus pocas pesquisas sobre desarrollo regional, no
halló ningún ejemplo de región que, desde la desidia y la sumisión haya saltado
al desarrollo. Todas, sin excepción, vencieron arcaísmos mentales y libraron luchas
históricas por un estado federal, o igual, por sus autonomías regionales.
Pertinente
sería otra pregunta a los líderes tolimenses de todos los sectores: ¿creen
ustedes que el desarrollo regional es posible sin rupturas radicales con la
manera de pensar, de decir y de actuar que hoy estilamos? Como creo que una
inmensa mayoría diría que no es posible, surge una tercera pregunta (“la del
millón”): ¿por qué continuamos en las mismas sabiendo que hemos perdido tiempo,
que lo seguimos perdiendo y, más grave aún, que las próximas décadas también
serán perdidas? Con reiterado y sincero respeto debo decir con franqueza que el
proceder de los tácitos actores del desarrollo es absurdo, pues en lugar de
parodiar fábulas de desarrollo deberían ser ejemplo de profundidad conceptual y
entereza política.
En
el artículo arriba citado dije que la autonomía regional (no independentismo
que es una cuestión diferente) es objetivo principal que hace posible el logro
de objetivos específicos de orden social y económico. Inútil será entonces la
cacareada reforma política que propone paliativos a la corruptela, omitiendo,
por ignorancia o premeditación, que la autonomía de los territorios es única
vía para que Colombia sea realmente país de regiones y las regiones de dueños.
Igual cité unas líneas de la Constitución Española sobre al tema y ahora invito
a ver cómo una norma constitucional se plasma en un estatuto autonómico
regional visitandohttp://www.euskadi.eus/estatuto-de-autonomia-del-pais-vasco/web01-s1ezaleh/es/
La
autonomía es lucha a largo plazo que exige ver al Tolima como territorio a
modernizar y desarrollar por sus propias fuerzas sociales, o igual, exige de su
gente conciencia o identidad raizal y respeto a las ideas diversas, caracteres
que se forjarían a corto y mediano plazo con rupturas radicales con todo
aquello que, bien sabemos todos, es crónico, nocivo y regresivo.
Cambiar
es posible si la lucha social y económica está imbuidas de un espíritu
territorial e histórico que anime liderazgos lúcidos, éticos, democráticos y
orgánicos que guíen hacia la autonomía y de allí al desarrollo. Seguir en las
mismas, sabiendo que ello no lleva a ninguna parte, es autoengaño pueril con el
que, así parece, eludimos el deber de construir progreso endógeno e incubamos
el germen gregario que nos hace pueblo dependiente y atrasado.
