Gbagbo: una historia inacabada
Este país sufre el embargo de sus exportaciones (fundamentalmente cacao) y una guerra larvada desde las elecciones de noviembre.
Lo que sí que sorprende es el ardor guerrero de Francia, que debería ser más prudente en países que fueron colonias suyas y donde sin embargo siguen jugando el papel de hermano mayor. Bastó una condena de la ONU la semana pasada para que un Sarkozy acuciado por las encuestas de impopularidad abriera su segundo frente de batalla en este país africano.
El tema es que Amnistía Internacional ha dicho que han ocurrido matanzas en ambos frentes de conflicto, cosa de la que la ONU ha prescindido tomando partido por un lado de los dos en conflicto. Ganar las elecciones no autoriza a la parte democráticamente elegida a emplear cualquier medio para recuperar el poder.
Por otro lado está la posibilidad de nuevos descubrimientos petrolíferos en el Golfo de Guinea... algo que no hace ganar credibilidad precisamente a la intervención de la ONU.
En conclusión, curiosamente la defensa de las democracias se hace más en función del momento político europeo (malas encuestas) que en función de la necesidad real de los diversos países.
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