Por: Javier Ramiro Devia Arias
La semana anterior, la encuesta de Colombia Opina de
RCN Radio y Televisión, La FM y SEMANA, realizada por Ipsos-Napoleón Franco registró un hecho que algunos han
considerado sorprendente pero que en realidad no lo es, por cuanto en mi concepto tiene como una de sus causas un elemento bien
importante para los ciudadanos: la Lealtad. En relación con el actual presidente
JUAN MANUEL SANTOS CALDERON, su imagen favorable descendió al 58% (inicio con 73%, después el 71%,
luego el 64%).Descendió la aprobación de los colombianos en temas como
relaciones internacionales, tierras, seguridad, inversión social, lucha contra
la pobreza, emergencia invernal y desempleo. A su vez, el ex presidente Álvaro
Uribe se consolida como la alternativa a Santos.
Sin descartar otras causas, la aparente o real falta de lealtad no solo con su mentor sino
con lo prometido en campaña, son factores que van en contra del esfuerzo del presidente Santos por consolidarse frente a la opinión pública.
No le ha valido el apoyo incondicional de la gran prensa nacional e
internacional, que quieren presentarlo como estadista, pues el pueblo lo está
percibiendo de manera diferente. Es innegable el fracaso de algunos programas presentados con bombos y platillos como el de
vivienda , ayuda a los damnificados de la ola invernal, lo enredado de la
restitución de tierras y respecto de las regiones la metida de mano al bolsillo
de las regalías, con una disminución importante a los recursos para inversión
en ellas. Ahora se reacciona con un giro en la política de vivienda, (100.000
viviendas para los más pobres de los pobres) lo que demuestra el gran impacto
que sufrió Santos por el sondeo de
opinión, pero en nada se ocupa de restablecer la línea por la cual
votaron los colombianos y que hoy le reclaman a través de su opinión
desfavorable.
En las discrepancias con su antecesor, los congresistas
han preferido un apoyo incondicional a quien tiene la chequera del ejecutivo,
lo que no es indicativo de popularidad
del gobierno, así algunos lo registren como un pulso a favor del actual
inquilino de la Casa de Nariño. Lo que olvidan es que en la praxis de la política, es mejor un metro de ejecutivo que
un kilometro de legislativo, pero que en la vida institucional las apuestas son
a largo plazo; nada más infiel que el apoyo en épocas tempranas de un gobierno
y nada mas cierto que los congresistas en tránsito de reelección se tendrán que
poner del lado de sus electores, so pena de perder su “lealtad”, pues una es la
percepción de ciertas elites y otra la de quienes los eligieron. No son pocos
los que recuerdan la aguerrida lealtad de personas como un ministro de gobierno
de otro tiempo en nuestro país, que le granjeaba admiración aún en quienes eran
sus contradictores. El pueblo colombiano, en los momentos más aciagos de su
historia ha valorado la lealtad, así un sector piense que la política se
edifica sobre su total ausencia,
especialmente en momentos de dificultad o ausencia de poder.
Esa imagen cada vez más generalizada, ha llevado a
algunos en pensar en propuestas como la posibilidad de que Uribe aspire como
formula vicepresidencial de un amigo suyo por la inhabilidad existente para ser elegido
presidente, estrategia parecida a la utilizada por Perón en Argentina que le
permitió regresar al poder en 1973 y a
la de Vladimir Putin y Dimitri Medvedev, en Rusia. Amanecerá y veremos. Pero lo
innegable es que la balanza se está inclinando hacia la recuperación de algunas
políticas que el pueblo premió y añora, así como de un estilo de gobierno más
dado a las ejecuciones y al contacto directo con el ciudadano que a los grandes
anuncios y al maquillaje mediático.
Hay otro dato en el sondeo de opinión, bien
preocupante; no está relacionado con el ejecutivo sino con la justicia y nos
debe poner a pensar a todos. No se trata de lo que piense este columnista, pues
podría interpretarse como un concepto sesgado por mi actual situación; se trata
de la opinión del grueso de la sociedad colombiana. “Dos de cada tres
colombianos no confían en la Rama Judicial “.“Para la mayoría de los
encuestados la corrupción campea en el sistema judicial” (24% poco corrupto,
29% muy corrupto, 35% es corrupto para un
total de 88% que piensan que es corrupto, con tan solo un 7% que piensa
que no es corrupto) “Además de corrupta, la Justicia es susceptible a las
presiones política” (57% creen que la política influye mucho).
Sin importar de cuál lado ideológico o político se encuentre alguien, se debe registrar que
en Colombia las percepciones del pueblo pasan por un momento especial y que ellas
determinarán el rumbo a seguir en los próximos años. Soy un convencido que muchos funcionarios judiciales
son rectos y tengo esperanza en que la justicia entienda lo que el pueblo
piensa, pues finalmente esta rama del poder público también debe lealtad a los
ciudadanos que esperan lo contrario de lo que
ahora registra su opinión. Santos reaccionó de acuerdo a su criterio,
que solo el tiempo dirá si fue acertado. Y la justicia?