PERIÓDICO EL PÚBLICO
¿EN TIERRA DE NADIE?

Suponiendo que, tal vez,
 alguien deseara saberlo
Por: ALBERTO BEJARANO ÁVILA
No es “caña”, realmente me ocurrió en una misma semana. Un amigo, ferviente conservador él, al ponderar liberalmente mis escritos decía que en ellos se advertía un talante de izquierda y otro buen amigo, del Polo y un tanto dogmático él, de oficio y sin dar lugar a argumento alguno calificaba de neoliberal mi propuesta de democratizar al IBAL. Deduzco así que a la derecha le parezco izquierdoso y a la izquierda derechista. Qué bien, al fin y al cabo un neoliberal de izquierda es lo más parecido a un bicho raro, lo diferente diría, alentado porque solo en lo diferente hay esperanza para el Tolima.
Por esa semana intentaba imaginar cual sería el sentir un fourierista en el siglo XIX, pues en el Tolima a veces uno se siente “en tierra de nadie” planteando tesis en un teatro de rancia ortodoxia bifocal que solo distingue blanco o negro y no admite matiz alguno y menos la posibilidad de una policromía política de opciones de futuro para los Pijaos. También pensaba: ¿Acaso en el Tolima existen derechas e izquierdas? ¿Si las hay, que las diferencia? ¿Cuál directorio político ha delineado un proyecto político para el Tolima? ¿Será que partidos y vertientes políticas sólo sirven para disimular lo que en verdad es simple interés personal? Útil sería debatir sobre el sentido político.
Suponiendo que, tal vez, alguien deseara saberlo, he de decir que el susodicho bicho raro no quiere sucumbir en un dualismo estéril y anacrónico; que es regionalista por tener absoluta convicción de que no habrá futuro promisorio para el tolimense si sus paradigmas políticos vitales no están henchidos de un espíritu autogestionario y autonómico; es cooperativista orgánico por creer a pie juntillas que sólo del imperio de la democracia económica puede emanar la democracia política (El ICP, no en el Tolima por supuesto, recién realizó un foro con singular nombre: “Democracia Capitalista o Capitalismo Democrático”); es pragmático racional por creer que la escala de valores sí inicia en “el aparato digestivo” pero que la llenura también debe ser de ética, talento y visión futurista; es radical porque le hiere ver cómo los años pasan y acá no pasa nada; es crítico porque se resiste a aceptar que la gente anhele cosas diferentes mientras sus dirigentes se empecinan en hacer las mismas cosas. ¿Izquierda o derecha?   
Finalmente, el susodicho hizo parte de un colectivo idealista que a lo largo de tres décadas, 70, 80 y 90 del siglo XX, quiso cooperativizar al Tolima (democratizar su economía), un proyecto regionalista que la plutocracia (esa si neoliberal y fría frente a la miseria social) no dudó en arrasar cuando advirtió en tal proyecto pasos de animal grande. Maltratado pero no atontado optó por la investigación sobre la cuestión del desarrollo y la reflexión sensata y así, para no enmudecer y aunque poco lo escuchen, varios libros, algunos ensayos y muchos artículos. En esa onda anda el susodicho.