GUSTIN
ANGARITA LEZAMA
La vida es algo maravilloso
que infortunadamente no valoramos. La tierra se formó hace cinco mil millones
de años. Hace cuatro mil 500 millones se creó la vida. La vida en un principio
era de organismos de una sola célula, que vivían en la oscuridad, en un
ambiente con vapor de agua, amoniaco, metano, CO2, sin oxígeno, sin capa de
ozono y por lo tanto, expuesta a los rayos ultravioleta. Hace unos dos mil 200
millones de años ocurrió la catástrofe ambiental que por poco acaba con la vida
en el planeta. Apareció el oxígeno, un venenoso gas que inundó el ambiente y
causó la desaparición de la mayoría de seres vivos existentes. La vida
amenazada aceptó el difícil reto y se adaptó a vivir con oxígeno. Esta
adaptación transformó el planeta.
Aparecieron los árboles
que produjeron más oxígeno, seres vivos con muchas células y mayor complejidad,
luego los peces, reptiles, anfibios, y hace 200 millones de años aparecieron los
mamíferos. Los antropoides en tierra se originaron hace unos 20 millones de
años y los homínidos hace unos 14 millones de años. Los humanos aparecieron en
la tierra hace tan solo unos cien mil años. Es decir, hace cuatro mil 500
millones años apareció la vida y hace apenas cien mil años aparecieron los homo
sapiens. Los humanos somos nuevos en la historia de la vida.
Nuestro planeta tierra
hace parte de un cosmos que no está quieto, que se crea, destruye y se expande
de manera permanente. Nacen nuevos soles y nuevas galaxias y desaparecen otros.
El universo es fundamentalmente un gran vacío en el que la materia organizada
que conocemos representa menos del dos por ciento del universo. Esto hace
pensar que la vida es única o, por lo menos, rarísima en el universo.
La vida se ha hecho a
contracorriente. Creando organización desde el caos. Manteniendo esa
organización a costa de esfuerzo, creatividad, terquedad e imaginación. En el
ser humano confluyen muchos de los esfuerzos de la naturaleza por complejizar y
mantener la vida. Dicho en otras palabras, los humanos hemos recibido del
planeta una herencia de la vida expresada en ríos, paisajes, biodiversidad,
atmósfera, capa de ozono, belleza y esplendor. Una vida que es una sonrisa en
un mar de oscuridad y escepticismo. Una vida humana que ha sido capaz de
maravillas que no dejan de impresionar.
Sin embargo, el ser humano
ha sido capaz en los últimos 50 años de poner en riesgo esta herencia. Pero no
es él por su naturaleza, sino la manera como se ha construido su entendimiento
y su saber. Como se le ha enseñado su relación con la naturaleza y sus
congéneres. Esto último es remediable y corregible. Es difícil, largo y
complicado, pero posible. Entender el largo camino que ha recorrido la vida
hasta nuestra aparición exige optimismo, exige compromiso y voluntad de futuro.
La vida tiene tantas cosas
bellas que no podemos dilapidar pensando
solo en las tristezas, odios y bellaquerías que existen. La vida, que incluye a
la muerte, tiene a la felicidad como su sustento y a la alegría como
posibilidad.
@agustinangarita