Por: Alberto Bejarano Ávila
A
veces creo que en Ibagué la política, por fin, dejará de ser insípida y entrará
en el análisis serio y la propuesta nueva y perspicaz, pero no, el alma
democratera de las sociedades atrasadas siempre avasalla: mucho politiqueo y pocas
ideas. Pese a que el ajetreo electoral asemeja mas a gallera que a escenario de
ideas y voluntades, mi candidez me hace ver debates sesudos y por ello hago lo
mejor que puedo para pensar propuestas gruesas de arquitectura social y
económica, pero siempre me quedo “viendo un chispero” y sólo me queda el
recurso del soliloquio.
En
la recta final de las elecciones del 2015 quisiera armar, al menos, un debate
imaginario para plantear de manera concisa asuntos conocidos por amigos (por
fortuna muchos) y demás personas que toleran los escritos que habitualmente
envío y que han merecido su aprobación, sus consejos y uno que otro regaño benévolo
e igual y han sido publicados en algunos periódicos impresos y digitales pero,
valga decirlo, nunca merecieron atención en el mundillo autista de “la política”.
En el
debate simulado diría: el único referente banderizo que unánimemente debemos
aceptar es el amarillo, verde y rojo del municipio de Ibagué, lugar donde
podemos construir un mejor futuro o resignarnos a no tener futuro; el único
debate admisible debe centrarse en la visión estratégica y los principios
éticos para construir prosperidad y no en el “jarto” lugar común; hasta de
buena fe uno se equivoca y cae en la trivialidad electoral cuando antepone
colores y “ardores” al examen riguroso de candidatos; es necio codiciar, porque
sí, el triunfo de rojos, amarillos, azules, verdes o variopintas, sabiendo que
Ibagué seguirá perdiendo; el objetivo de todo candidato jamás debe ser ganar
sino transformar la realidad ibaguereña para “torcerle el pescuezo” al atraso.
Lamentando
no poder debatir “en vivo” sobre asuntos cruciales para Ibagué y aunque
disiento del discurso y el carácter de algunos candidatos, quiero sumar a la
concordia y la cordura procurando no descalificar a ninguno y sí deseándoles
éxitos y expresándoles que ganando o perdiendo, todos podríamos construir la
nueva historia ganadora de Ibagué si compartimos lógicas y edificamos propósitos
comunes para atender los anhelos de la inmensa mayoría de ibaguereños.
Conscientemente
decidí participar como candidato al Concejo de Ibagué por el movimiento cívico FIRME POR
IBAGUÉ que, con un carácter respetuoso al pensamiento diverso,
inscribió candidatos a alcaldía y concejo gracias a miles de firmas de personas
merecedoras de gratitud por su inmensa confianza. Insisto en que el Alcalde y
el Concejo jamás serán y eficaces por ser funcionales sino por ser históricos y
que todos debemos contribuir a trazar derroteros para defender el agua y el
medio ambiente, derrotar la tercerización laboral, forjar espíritu empresarial,
apoyar al empresario local, lograr inclusión rural, ganar autonomía
municipalista, construir región, hacer gestión dialogante e incluyente, propiciar
la organización de la sociedad civil y prohijar la cohesión social.
Concluyo expresando mi confianza en que
nuestro candidato, Dr. Ricardo Ferro, al igual que todos mis compañeros de
lista serán ganadores para que Ibagué estrene nuevo espíritu de comunidad e
igual digo que este servidor, en el sitio que merezca y con carácter,
independencia y sencillas pero sentidas ideas, ayudará en la tarea común de
inaugurar una nueva época para Ibagué. A mis generosos amigos les pido que si ésta
reflexión les pareciere juiciosa me ayuden a difundirla.