“SI YO FUERA LA OPINIÓN PÚBLICA”
Trágica para la región es la débil conciencia respecto al para qué se eligen gobernantes y cuerpos colegiados. Incultura política, oscurantismos y facciones partidistas utilizadas como palanca clientelista o figurín de egos, son ingredientes del caldo de cultivo que incuba el relajo electorero. Pio Baroja señalaba que “a una colectividad se le engaña siempre mejor que a un hombre”, proverbio que me indujo a hacer la ilógica e inmodesta analogía de que “yo soy la opinión pública” para intentar descubrir cómo enfrentar los recurrentes engaños y abusos con la región. El ejercicio fue iluminador, pues así fue como comprendí que yo, “siendo la opinión pública”, jamás debo conceder ingenua o impulsivamente mi favorabilidad y que es mi deber exigir a cada uno de los candidatos respuestas claras y precisas a estos interrogantes:
¿Cuál es el proyecto político para la región y sus municipios que propone su partido político y sobre el cual asume responsabilidad al otorgarle aval? En ese proyecto político ¿Cuál el modelo económico y fiscal? ¿Cuál la visión estratégica de corto, mediano y largo plazo para alcanzar bienestar, autosuficiencia y autonomía regional y municipal? ¿Cuál el pronóstico de crecimiento del PIB regional y su proyección financiera para el cuatrienio y como lo sustenta? ¿Se opone o no a la tercerización en los entes públicos? ¿Defiende o no el medio ambiente, los recursos naturales, el patrimonio comunitario, las empresas públicas y los usuarios?