PERIÓDICO EL PÚBLICO
Por: Luis Eduardo Chamorro Rodríguez.

En el presente año, en la Universidad del Tolima también se vivirá un ambiente electoral. Es un proceso que comienza con la elección del estudiante que hará parte del Consejo Superior y terminarán con la elección de un nuevo rector o la reelección del actual.

La Universidad del Tolima avanza en varios aspectos que tienen que ver con la oferta de calidad en sus programas académicos porque, según su rector José Herman Muñoz Ñungo, se sigue en la tarea de cumplir con los requisitos exigibles para la Acreditación Institucional de alta calidad, que se aspira lograr en el término de año y medio.


Trágica para la región es la débil conciencia respecto al para qué se eligen gobernantes y cuerpos colegiados. Incultura política, oscurantismos y facciones partidistas utilizadas como palanca clientelista o figurín de egos, son ingredientes del caldo de cultivo que incuba el relajo electorero. Pio Baroja señalaba que “a una colectividad se le engaña siempre mejor que a un hombre”, proverbio que me indujo a hacer la ilógica e inmodesta analogía de que “yo soy la opinión pública” para intentar descubrir cómo enfrentar los recurrentes engaños y abusos con la región. El ejercicio fue iluminador, pues así fue como comprendí que yo, “siendo la opinión pública”, jamás debo conceder ingenua o impulsivamente mi favorabilidad y que es mi deber exigir a cada uno de los candidatos respuestas claras y precisas a estos interrogantes:

¿Cuál es el proyecto político para la región y sus municipios que propone su partido político y sobre el cual asume responsabilidad al otorgarle aval? En ese proyecto político ¿Cuál el modelo económico y fiscal? ¿Cuál la visión estratégica de corto, mediano y largo plazo para alcanzar bienestar, autosuficiencia y autonomía regional y municipal? ¿Cuál el pronóstico de crecimiento del PIB regional y su proyección financiera para el cuatrienio y como lo sustenta? ¿Se opone o no a la tercerización en los entes públicos? ¿Defiende o no el medio ambiente, los recursos naturales, el patrimonio comunitario, las empresas públicas y los usuarios?

Mi madre me enseñó desde niño que el desagradecido no tiene sino un defecto, porque con ese los tiene todos. Me formó en la convicción que cuando se recibe un favor hay que mirar fijamente a los ojos del dador y decirle desde el alma ¡gracias! Me explicó que la diferencia entre vivir con el alma llena o vacía es el agradecimiento. Aprendí entonces, que la ingratitud no es como el trueno que asusta sino como el rayo que mata, que hace daño, que lastima corazones y hiere conciencias.
Marín Lutero decía que existían tres perros muy peligrosos que cuando mordían dejaban graves heridas y muy profundas: la ingratitud, la soberbia y la envidia. Hay personas que reúnen en ellos a los tres perros y son, por lo tanto, terriblemente peligrosas: soberbias,  envidiosas y desagradecidas.



En la foto de pié, Luz Stela Rivera,José Herman Muñoz(rector de la UT), Behur Sanchez, Héctor Sánchez, Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo. Sentados, de izquierda a derecha, Lourdes de Benitez, David Benítez (vicerrector de la UT), Nelson Romero Guzmán, poeta ganador del premio Casa de las Américas; Carlos Oralando Pardo, Libardo Vargas (vicerrector de la UT9, Jackelin Pachón y Luis Eduardo Chamorro  Rodríguez, asistentes a la tertulia literaria y lectura de poemas, con Romero Guzmán, ganador del premio internacional de poesía de Casa de las Américas. El evento se realizó en la residencia de Luis Eduardo Chamorro e Indira O Tatiana Rojas. 
Por Luis Eduardo Chamorro Rodríguez

Es la nación la que lleva al mayor peso de la financiación del sistema escolar estatal, los aportes de las entidades territoriales de sus recursos propios (gobernaciones y municipios) son de poca cuantía. De otra parte, la mayor cantidad de recursos financieros que la nación transfiere a las entidades territoriales certificadas se destinan al pago de gastos salariales y prestacionales de los docentes, del personal administrativo y los costos de funcionamiento de las secretarías de educación.
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
El Tolima e Ibagué han sido de tradición liberal. En épocas de Alberto Santofimio, de las seis curules a la cámara el partido liberal obtuvo 5 y dos al senado. En 1990 para cámara el partido liberal obtuvo el 60.2% de los votos con 180.548 frente a 104.742 de los conservadores con el 34.9 de los sufragios. En contraste, en las últimas elecciones para senado el liberalismo sacó 64.448 votos sólo un 13.94%. En cámara el resultado arrojó 72.690 votos con un escaso 15.73%.