GLORIA VALENCIA DE CASTAÑO
EN LA FERIA DEL LIBRO
Por: Carlos Orlando Pardo
Castaño y Pardo |
Como siempre lo ha hecho durante más de dos décadas pero esta vez sin la compañía física de su esposa, Álvaro Castaño Castillo estaba en la Feria Internacional del Libro con su stand de la HJCK. Al momento de saludarlo se encontraba casualmente sin amigos ni curiosos a su alrededor, mientras fotografías de diversas épocas con Gloria Valencia sonriendo en los afiches iluminaba las paredes al empezar el pabellón. La novedad era un CD con diez entrevistas que la famosa y recientemente desaparecida ibaguereña le realizó a figuras de la cultura nacional e internacional. Allí es fácil escuchar su voz seductora y melodiosa, sus preguntas inteligentes y oportunas, su solvencia intelectual al conocer muy bien el tema y el personaje del que habla y pareciera que nos llevara de la mano para mostrarnos el descubrimiento de facetas ocultas de personalidades como Eduardo Carranza, Jorge Luis Borges o Juan Rulfo, Jorge Rojas, Julio Cortázar o Ernesto Sábato, William Ospina y Álvaro Mutis.
Castaño, Pardo y Manzur |
El CD es una extraordinaria antología de entrevistas que parten de 1954 con Isabel Lleras de Ospina, salta veinte años después para conversar con el poeta Carranza sobre el que Alberto Santofimio escribió su primer libro y se estaciona en 1979 con Jorge Luis Borges en un apasionante diálogo de más de diez minutos con el inmortal Borges. No falta Daniel Arango respondiendo sobre Albert Camus que recientemente había fallecido en aquel enero de 1980 ni la voz inconfundible del piedracelista Jorge Rojas contando secretos de su creación y declamando versos impecables. Pero también está el aire y el rumor de Paris con un fragmento de la entrevista que le hiciera a Julio Cortázar en 1984 y la que el mismo año sostuviera con el incomparable Ernesto Sábato que acaba de morir al borde de sus cien años. Y revive la reunión sostenida con interrogantes precisos a un escritor que apenas comenzaba como William Ospina en 1993, dejando igualmente el testimonio de la sostenida a su entrañable amigo Álvaro Mutis. Cada día se valora más el precio de aquella mujer maravillosa que supo entregarle a la cultura colombiana sus mejores dones y entusiasmos y que nos deja una grata sensación de su paso no en vano por la tierra. Recomiendo se acerquen a esta antología que respira lecciones de buen periodismo, proyecta saberes exquisitos que jamás salen sobrando y nos permite la felicidad del saber.