PERIÓDICO EL PÚBLICO

UN PORTAZO  RELIGIOSO
Por Hugo Neira Sanchez
El Papa Benedicto XVI manifestó en la basílica de San Pedro del Vaticano durante la Misa Crismal, que se celebro el pasado Jueves Santo, día en que se conmemoro el orden sacerdotal católico, ante más de diez mil personas (1.600 de ellas cardenales, obispos y sacerdotes),  su rechazo frontal al sacerdocio femenino denunciado la "desobediencia organizada" que propugna un grupo de curas europeos para renovar la institución con propuestas como la ordenación sacerdotal de mujeres. 
El Papa se refería a los 300 párrocos austríacos que han puesto en marcha por Internet la iniciativa “ Una llamada a la desobediencia”, con la que exigen reformas, como permitir el sacerdocio femenino y el de hombres casados . El Papa, de casi 85 años, ha señalado que esos curas pretenden desobedecer cuestiones como la de la ordenación de las mujeres, "sobre la que el beato Papa Juan Pablo II ha declarado de manera irrevocable que la Iglesia no ha recibido del Señor ninguna autoridad sobre esto".
La mujer en Colombia desde el siglo XX ha luchado para ocupar y ser reconocida para ocupar todos los puestos que le eran reservados solo para hombres, y ahora tienen el de ser sacerdote. Este rechazo se basa de que en las sagradas escrituras no aparece como conductora a la mujer, y que el Papa no ha recibido celestialmente ninguna contraorden al respecto, Respeta a la mujer, la admira, le tiene gratitud, pero no puede ocupar esta dignidad, pues de acuerdo con el Papa, no es el hombre quien gobierna, ¡es el sacramento!, es Cristo en definitiva quien gobierna. El asunto al respecto a esto, no es meterme en honduras la de teología, lo cierto desde el punto de objetividad real es una discriminación insólita en el siglo XXI.
Cuando se refiere a las sagradas escrituras, generalmente se refiere a la Biblia una compilación de textos que en un principio eran documentos separados (llamados “libros”), escritos primero en hebreo, arameo y griego durante un periodo muy dilatado y, después reunidos para formar el Tanaj (Antiguo Testamento para los cristianos) y, luego el Nuevo Testamento. Ambos testamentos forman la Biblia cristiana. La Biblia fue escrita a lo largo de aproximadamente 1000 años (entre el 900 a. C. y el 100 d. C.). Fue realmente una recopilación en su mayor parte de una transmisión oral, donde muchas veces se va cambiando los sucesos, dejando siempre la base principal. Escrita generalmente por descendientes de las raza Judía y algo Árabe, donde la mujer no tenía un puesto de dirección importante, era relegada generalmente a servir  y,  ser ama de casa como lo manifestaban importantes dirigentes políticos colombianos, en el siglo XIX y XX.
San Pablo que es el ideólogo principal en la expansión del cristianismo manifiesta en Romanos 16: saluda a Phoebe y se refiere a ella como diácono, de la misma manera en que menciona a Timoteo, otro líder de la Iglesia. Lucas 8 menciona a mujeres apóstoles: Junia, María Magdalena, Johana.  Con esto se desvirtúa que en sus orígenes de la Iglesia Católica no hubo mujeres apóstoles. 
De acuerdo con los últimos descubrimientos arqueológicos, María Magdalena importante seguidora de Cristo y, también en la expansión del cristianismo como lo fue San Pablo, para rebajarla y negarle su importancia en el cristianismo, tuvieron que atribuirle que era prostituta.
El secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Juan Vicente Córdoba en declaraciones a la Revista “Don Juan” reconoció que este problema es cultural, no religioso "es posible que la Iglesia católica, apostólica, romana acepte que la mujer sea sacerdotisa, dado que no es un asunto de esencia dogmática de la doctrina y el evangelio". La religión y la fe, según el prelado, van insertadas dentro de los pueblos; por ejemplo, todo el Antiguo Testamento está relacionado con una sociedad judía en que el hombre es el más preponderante, él es quien lleva la genealogía y la herencia.
La mujer Colombiana no se ha quedado quieta a este respecto. Por ejemplo, la dama Olga Álvarez, no quiso desempeñar el rol que le daba la Iglesia Católica, ni monja, religiosa o misionera, quería ser sacerdote. Llenando todos los requisitos que se le exigen a un sacerdote masculino,  hizo varios cursos y seminarios en catequesis para luego resaltar los dos diplomados en teología y pastoral juvenil en la Universidad Javeriana.  Ella es la primera latinoamericana en unirse al movimiento de sacerdotisas católicas, integrado por 230 mujeres alrededor del mundo. Fue la primera ordenada como sacerdote en Miami vestida con un alba blanca y una estola roja, el 11 de diciembre de 2010,  caminó hacia el altar, y presentada  a los cientos de asistentes. Sobre el sagrario, la reverenda Judy dio la bienvenida y explicó el orden de la eucaristía. Allí sacerdotisas y curas católicos -algunos de ellos casados- escucharon las lecturas de la Biblia en la voz de afroamericanos y latinos.  Expertos y periodistas han visto la expansión del movimiento de mujeres sacerdotisas como un “efecto dominó”, que empezó en 2002 cuando siete mujeres fueron secretamente ordenadas por dos obispos hombres de la Iglesia católica romana en Alemania.
Desde su ordenación en diciembre del año pasado, Olga Álvarez ha realizado más de cuarenta celebraciones eucarísticas en el país. La reverenda Lee la llama cariñosamente "Pablita", porque como el apóstol Pablo se ha movido por todo el territorio nacional para llevar su palabra. Una segunda mujer colombiana fue ordenada en marzo, pero esta vez dentro del país Las misas más recientes de la cura colombiana fueron para un plantel estudiantil de más de 800 estudiantes. Con una sonrisa, Olga cuenta que la comunidad le compró el pasaje para que viajara a cerrar las jornadas en derechos humanos organizadas por el colegio. Llevaba puesta una estola con muchas caritas de niños. Algunos estudiantes se acercaron, fijaron su mirada hacia mis ojos y después la bajaban por la estola, ¡esa estola los deja fascinados!
Para ella no hay duda de que estos niños y adolescentes ya sienten curiosidad por el sacerdocio y por la encarnación de un cura en la imagen de una mujer. Olga ya puso en marcha su revolución.
Hasta cuando la Iglesia reconocerá que no solo darle palmaditas de felicitación en la espalda por ser mujer, llena las perspectivas de las que quieren que se les reconozcan su igualdad  en la dirección de la Iglesia Católica y,  que esto no es rechazado por los fieles como dicen algunos jerarcas de la Iglesia para negarles este derecho?