PERIÓDICO EL PÚBLICO

Salir o no salir del Cauca el gran dilema de Santos.
Por: Hugo Neira Sánchez
Como lo manifestado por el rey sol de Francia hace siglos: “El estado soy yo”, se repite lo manifestado por el Presidente Santos  en el Cauca; “no cederé un milímetro de territorio Nacional”, con lo cual no soluciona el gran problema que le han planteado los indígenas en el Cauca.
Los indígenas en Colombia pocas veces se han manifestado; una vez violenta en la Independencia de Colombia, por que no querían separarse de su amado rey Fernando VII, (el “felón” de la historia) quien los había defendido de las manos rapaces de los latifundistas de la época,  dirigidos por Agualongo, donde uno de sus dirigidos con un disparo de escopeta le daño la mandíbula completa a nuestro famoso Mosquera quien fue apodado desde ese momento como “Mascachochas”. Esta rebelión exaspero tanto a Bolívar  que ordeno arrasar con Pasto, al estilo del dirigente actual de Siria. Esto realmente no lo puede hacer Santos,  en un mundo de los derechos humanos.
La otra la revolución pacífica que están protagonizando, pues están convencidos de alcanzar la paz que ellos desean para seguir en su mundo bucólico, apacible y satisfecho lleno de necesidades, por eso las promesas de inversión ni les suena ni les truena.
Los indígenas parece que no conocen que el estado actual de sus resguardos, su autonomía, se la deben al Estado que quieren expulsar y, que los ha respetado con todos los errores permitidos, pero no conocen que pueden estar expuestos a sus mayores enemigos como la FARC, que propaga ideas, que en donde han sido impuestas han destruido las etnias, naciones etc., si fuera posible revivir a Stalin, le podría preguntar porque por sus acciones contra las etnias murieron millones de personas.  
Los indígenas han querido siempre una vida apacible y sin manifestaciones de violencia, y esto se manifestó en Bolivia hace algunos años, donde llego el famoso “Che Guevara”, quien perdón de sus fans había fracasado como Ministro de hacienda en Cuba, y sus planes bélicos en  el Congo, dejando  como gestión en Cuba, su fama y  plasmado su figura en un billete. Al ver su inutilidad en sus cargos, resolvió con su ego creer que solo servía para levantar  revoluciones en los pueblos oprimidos del mundo y, equivocadamente creyó hacerlo con los indios bolivarianos, pero se encontró con un  pueblo que no quería “bochinches o revoluciones”  y fracaso tanto, que casi fue entregado por ellos y, como resultado fue muerto en las peores circunstancia del héroe que se consideraba.  
En el Cauca el gobierno debe reconocer los errores, cuantos meses llevamos que de los cerros adyacentes a los distintos pueblos se disparen ráfagas. Sinceramente no se aprendió la lección del Vietnam; Primero que hay que ganarse al pueblo, no haciendo búsquedas inútiles, entre indígenas casi parecidos, buscando guerrilleros sin técnica alguna, ahí está el “guantelete” para conocer si han disparado arma alguna y las búsqueda de huellas digitales en forma digital,  lo demás es exasperar. Lo segundo, no resguardase en bases o trincheras militares y mas dentro de los pueblos, pues lo hacen posible ser blancos perfectos.
Lo que quiere conocer el Pueblo Colombiano, es que si esto es una nueva forma táctica como lo dijo el presidente, o una forma equivocada de conseguir la Paz, realmente un nuevo “Caguàn”. Lo cierto es que se ha perdido entre las intrigas conformadas por los asesores presidenciales, la iniciativa y la aprovechado con creces la FARC, esto no solo lo digo yo, sino  comentarista respetados.
Lo otro es que las fuerzas militares como los toros bravos que salieron al ruedo, a combatir  a la Farc, han sido arrodillados con todas las banderillas que le han puesto la justicia y, están perdidos en su accionar. Una cosa es castigar masacres y otra un error sin culpa en un combate. Si todo fuera castigado, por ejemplo todos los héroes ganadores de la segunda guerra mundial estarían en la cárcel. Es inaudito que Roy Barrera le diga a 2000 personas del ejército acusados;  se declaren culpables sin serlo, para sentirse libres de sus acciones.
Creo que el pueblo colombiano, fuera de los militaristas, puede ver con buenos ojos, no un acercamiento a la paz, con la FRAC, porque hasta ahora no tienen actos que ameriten tal cosa, sino una nueva forma de manejar el orden público, con la asistencia entera del poder social de las comunidades, dejando muy claro los objetivos: ataque directo a los santuarios de la FARC, respeto a los policías y funcionarios públicos que dejaran en cada pueblo para los asuntos civiles,  el respeto a las torres de comunicación, y el control exterior por medio de satélites del accionar social de la región. Teniendo en claro la expulsión de la FARC, este control podía ser si no se atraviesan como siempre, nacionalismo mal entendido, contar con ayuda exterior por ejemplo con fuerzas de la ONU.
Si cualquier de estas formas fuera violando, ya no había disculpa alguna para una intervención general del ejército país, y poder decir sin ninguna  disculpa; “Aquí manda el Estado”.
Lo demás no dará ningún resultado; un calentamiento en su accionar de los indígenas que puede terminar en un enfrentamiento, cuyos resultados serán funestos para Santos y los indígenas y un punto ganado por la FARC; a quien no le fue bien ante el mundo, en el caso reciente del secuestro del periodista Francés, no solo el presidente de Francia rechazo la solicitud de intervenir en la paz colombiana, sino el mundo vio realmente como era el ejército colombiano, el cual ha sido tratado por la prensa internacional y Nacional como un ejército que no respeta el “derecho internacional” sino que más bien mostro un ejército noble que sacrifico tres hombres para defender al periodista