PERIÓDICO EL PÚBLICO
 ¿POR QUÉ TANTA REPROBACIÓN ESCOLAR?
Por Luis Eduardo Chamorro Rodríguez

La Secretaría de Educación  Municipal de Ibagué, aun no ha divulgado el boletín estadístico correspondiente al año 2012, que nos permita conocer los datos sobre eficiencia interna correspondientes al ese año. Pero, la profesional en Ciencias Sociales Yenny Varón de la Dirección de Calidad, ha dado a conocer datos sobre aprobación y reprobación de estudiantes, con base en las evaluaciones trimestrales que hacen los docentes, en cada uno de los establecimientos educativos oficiales.

El informe sobre las evaluaciones internas o de aula, que son la determinan si un estudiante aprueba o desaprueba un área o asignatura, trae datos que dicen mucho sobre el desempeño  académico de los estudiantes ibaguereños.

Con datos del tercer período, del calendario académico del año 2012, se  deduce que una cuarta parte de los estudiantes de secundaria (25%), en los grados sexto a noveno, reprobaban el año escolar, hacia el mes de octubre. Que ese porcentaje de reprobados era del 19% en estudiantes de primaria y del 17% en Educación Media (grados décimo y once) en las 59 instituciones educativas que reportaron datos sobre estos fenómenos de eficiencia interna.


¿Si en el año 2011 reprobaron  o “perdieron el año” 7 mil 607 estudiantes de Ibagué, cuántos van a ser en el 2012? ¿Por qué tanta reprobación escolar? 
Los primero que se debe decir, es que la vigencia del Decreto 1290  de 2009,  que estableció un nuevo sistema de evaluación y promoción de los estudiantes en el país, está resultando nefasto. Una de sus consecuencias inmediatas es que se ha incrementado la reprobación escolar y está haciendo más ineficiente al sistema escolar. Porque a mí parece inaudito que la reprobación escolar se haya duplicado con la vigencia de este decreto en el que se dio autonomía a cada institución escolar para crear su propio sistema de evaluación de los estudiantes.

En el año 2009 eran 4 mil 994 los estudiantes reprobados, antes de la vigencia del 1290. Esa cifra pasó a ser de 7 mil 607 en el año 2011, en Ibagué. De tal manera que en ese año, de cada 100 estudiantes evaluados, 8  “perdían el año”.

Los estudiantes van a las escuelas  y colegios a aprender no a que los “rajen”.

EL EXAMEN COMO CASTIGO Y DOMINACIÓN.

Que tantos estudiantes estén reprobando, depende de los docentes. Debieran saber que la reprobación y la repitencia no reportan beneficio alguno. Que la repitencia no sirve, no contribuye al mejoramiento de la calidad de los aprendizajes. Entonces, ¿Para qué reprobar tantos estudiantes? Me gustaría saber de un establecimiento educativo donde hay cero reprobación y repitencia.

Si la reprobación es el síntoma y no el problema, entonces, ¿cuál es el problema?

 Tengo la percepción de que se está cumpliendo lo dicho por el filósofo francés Michel Foucault en su libro “Vigilar y Castigar”.  Al referirse al poder disciplinario que se ejerce en muchas instituciones, entre ella la escuela, dice: “El éxito del poder disciplinario se debe sin duda al uso de instrumentos simples: la inspección jerárquica, la sanción normalizadora y su combinación en un procedimiento que le es específico: el examen”.

Se puede   traducir esa frase del filósofo en que los exámenes que utilizan los docentes para evaluar, se están aplicando  para castigar a  estudiantes que desarrollan conductas disruptivas ( de indisciplina); que se recurre a la evaluación para castigar y para controlar la conducta de los estudiantes.

 Así el docente ejerce el poder en el aula, para dominar y domesticar. “El examen combina las técnicas de la jerarquía que vigila y las de la sanción que normaliza. Es una mirada normalizadora, una vigilancia que permite calificar, clasificar y castigar”, dice Foucault (p.189).
Es pertinente, además, reflexionar sobre las razones de tanta reprobación. Mirar hasta dónde los docentes están fallando en la aplicación de estrategias pedagógicas y didácticas que hagan eficaz y placentero el aprendizaje.