Por
Hugo Neira Sanchez
Este si es el verdadero cuello de botella
que tienen los campesinos. Aquí es donde muchos campesinos pierden toda la fe
en lo que han cultivado. Es allí donde aparecen las verdaderos “sanguijuelas” y,
en donde el valor agregado queda en
manos de los que no trabajan la tierra y, ha sido por siglos los ostentadores
de las desgracias del campo.
El campesino después de haber vencido
todas las dificultades del cultivo, ahora se enfrenta a recibir los frutos de
esta espera y tarea, y su resultado real
está en el precio que obtiene de su esfuerzo. Espera que el precio no baje y, que sus
homólogos cultivadores no lleven al mercado mucha cosecha, pues los alimentos
“para coger” en nuestra agricultura son estacionarios, su precio oscilan como
las olas, seria diferentes si estos fueran cultivados en invernaderos, pero
para esto se necesita dinero y alta tecnificación.
El intermediario o comercializador tiene
un corazón “frio” se parece mucho al agiotista de la famoso “gota a gota diaria”.
Compra de acuerdo a las necesidades, acapara y vende a precios ajustados para
que no tenga que intervenir el gobierno con importaciones, pues a este solo le
importa la inflación y no las necesidades del campesino. La clave errada de la
economía de tener baja la inflación, solo ve el bolsillo de los citadinos, y la
satisfacción política del primer mandatario, sacrificando a los que ahora
realmente quiere ayudar.
Lo cierto es que los alimentos “para coger”
no dan espera, se tienen que vender rápidamente. Los comerciantes mayoristas de
estos “corabastos”, son los pobres ricos muchos ellos mueren con capitales
mayores a los Industriales, pues sus necesidades diarias, vida social son
mínimas y viven en barrios por debajo de la estratificación tres, o sea
subsidiados algo que no vio la estratificación utópica realizada e
impuesta.
Para comercializar su producto el campesino
tiene tres formas de hacerlo, que tiene su pro y contra, pero si lo analizamos
mejor muy poco lo favorece.
Vender
directamente al consumidor. El primer obstáculo es su transporte, pues
conseguir el empaque adecuado para que el producto llegue si daño alguno, para él
es difícil. Solo conoce el costal burdo y la caja de madera barata que no da
garantía para su deseo, El tamaño de empaque depende el costo de transporte,
sin vigilancia alguna oficial impone el transportador, quien lo hace por
carreteras que parecen más bien trochas, bamboleándose y con peligro de salirse
del camino llegan a su destino. Muchas Alcaidías han destinado bodegas
comerciales para que el campesino exponga y venda su producto. Este tiene en
contra: tiempo, clientela, comercialización y paciencia. En definitiva al
terminar el día debe venderle lo que queda, que a veces es todo, a la “vivera”
profesional. Un intento que el gobierno nacional no le ha prestado atención,
con paro violento como el pasado, que al principio el gobierno lo desprecio, y
le puso cuidado cuando se le “salio de las manos”
Como
esta adeudado con el intermediario, transporta y entrega su producto al
intermediario que le ha suministrado dinero y con aval de la palabra para
subsistir rápidamente, sin las normas
burocráticas impuestas en las Asociaciones, Bancos y Cooperativas. Le paga su
producto al precio que corresponde al servicio prestado O sea que este le sale más
caro, si las instituciones financieras le hubieran prestado mejor el servicio.
Lo
usan generalmente los que cultivan en el plano, especialmente los cosecheros de
frutas, es vender en bloque, se vende el producto en el cultivo y este lo coge, empaca y comercializa. .
La comercialización del café que se creía
más estable, segura y justa tenía su punto negro. En la mayoría de poblaciones cafeteras, se
creó un acopio de la Federación de Cafeteros, allí le compraban al campesino su
café, pero cerca del acopio oficial
existía un comprador particular quien compraba el café rechazado por la
Federación, con pretextos “sutiles” a precios muy bajos, pero lo corrupto era
que este café de “malas condiciones” volvía al acopio oficial a precio normal.
Quien ganaba este valor agregado a “costillas” del campesino, averígüelo
Vargas? Esto era vox populi en todas estas poblaciones, los únicos que no
sabían o se hacían los sordos eran los grandes dirigentes Cafeteros.
El café que ha sido el soporte económico de
Colombia durante casi 100 años, ahora por la superproducción mundial está de capa caída, el flamante Ministro de
Agricultura nombrado para conciliar con los campesinos del paro agrario, suelta
esta perla contra ellos, considerando que el auxilio que está dando el gobierno
es una limosna que no se debe dar en el pasado foro el foro “Diálogos Expo
gestión Caribe, Gran Pacto para la Productividad Regional”, realizado en
Barranquilla: “No puede ser posible que sigan estimulando la siembra de café,
salvo los especiales, cuando este producto en estos momentos se está
convirtiendo en la ruina de muchos agricultores” (entonces que siembre coca,
que es más productiva) anotó. además ni el país ni el Gobierno, pueden
financiar “por secula seculorum amén”, las ineficiencias, ni financiar la
destrucción de valor. “Hay muchas necesidades en este país para que nosotros no
manejemos estratégicamente las decisiones que debemos tomar”, subrayó.
Con este Ministro para que reelección, pues nombra en estos
puestos a los más incapaces e ignorantes del agro.
El gobierno cree que solo ofreciendo dinero
puede arreglar el problema del campo y no ve que es estructural y, que muchos
de ellos se tendrá que subsidiar. Recientemente vi alguien defendiendo las
aperturas comerciales por Tv, con observaciones de un burócrata ignorante a los
problemas del campo, es cierto que se
debe competir, pero competir como “burro amarrado”, es ignorar la realidad del
campo. Si los Estados Unidos con toda la tecnología que tiene en todas las
formas, desde infraestructura hasta mercados, protegen sus productos agrarios,
porque nosotros no lo hacemos?. Es por ignorancia, burocracia, corrupción,
porque?
Para competir se necesita cantidad y
calidad, pues muchos de nuestros productos agrícolas no se producen en la
cantidad que se necesita para competir en los mercados internacionales como los
de los Estados Unidos. Tengo una anécdota: En los años 80 era productor de ajo
en Roncesvalles (Tolima), se me ocurrió deshidratarlo (es muy usado para
productos cosméticos) y mandar muestras
en ese tiempo a los Estados Unidos. Primero había ensayado llevarlo como
producto a las islas del Caribe, pero había un problema solo se podía hacer en
barco y esto era imposible, pues se podían llevar productos agrícolas pero no
se tenía nada que traer, por lo tanto era costoso. Esta idea fracaso, resolví
llevar a los Estados Unidos el producto deshidratado, con ayuda de Proexpo mande
las muestras y, luego de varias semanas llego la solicitud. 50 toneladas
mensuales. Quede pasmado, a duras penas en toda región se producía 5 toneladas
semestralmente y, además el ajo en Colombia se cultiva muy artesanalmente y,
como es en ladera se necesita mucha mano de obra.
El Hermano Justo Ramón, Lasallista,
educador por vocación, historiador, geógrafo, humanista y literato de la
comunidad lasallista, ampliamente conocido en el mundo de las letras, tenía
razón cuando manifestaba: “Colombia ha sido muy afortunada, pues no hay
producto del mundo que no se pueda cosechar por sus climas y geografía, pero es como un estante lleno de
productos, sin tener cantidad para imponer en el Mundo.
O sea que llevar el producto al consumidor no
es fácil, ni siquiera a los que cultivan productos comerciales como el arroz,
sorgo, y café.
Según lo que manifiestan los conocedores del
Agro en el periódico digital “la silla vacía” el presidente nombro en puestos
claves para negociar con los del paro Agrario, no conocedores del tema, sino funcionarios que
le ayuden a la reelección y muy contrarios al primer punto que dizque se llegó
a un acuerdo con la Farc en la Habana. Entonces la pregunta: Cuales son los
enemigos de la Paz; Sus contrincantes o su reelección?
“Es preocupante porque esta nueva orientación
pone en duda que haya una política agraria progresista y reformista, como la
que el Gobierno defendió en La Habana y acordó con las Farc”, además las nuevas caras que llegan al sector
tienen alguna experiencia en él, seis personas que conocen bien el campo le
dijeron a La Silla que les preocupa que el sector se politice, algo que no
había sucedido en los tres años de Gobierno de Santos, pues con la pérdida de
tecnocracia y de 'memoria administrativa' se demore mucho poner en marcha los
proyectos claves de un sector que paradójicamente es
central en los diálogos con las Farc pero que era hasta hace poco uno
de los grandes olvidados del Gobierno
Pero por el momento los ojos de Santos
parecen estar más puestos sobre la reelección que arreglar los problemas
agrarios.