PERIÓDICO EL PÚBLICO
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA

Este domingo se realizarán en todo el país las elecciones para Congreso de la República. Esta es la institución con menor prestigio entre los ciudadanos. Desprestigio que se ha obtenido no de forma gratuita. La mayoría de congresistas parecen mudos y cuando hablan muchos se alegrarían que lo fueran. Duele enterarse de los enredos que los vinculan a diario. Corrupción, politiquería, clientelismo y ausentismo han sido las cartas que más se muestran. Pero no todos los congresistas son mudos o corruptos. Los hay estudiosos y comprometidos con sus obligaciones y responsabilidades. Y el congreso es necesario para Colombia.

Se necesitan seres humanos, mujeres u hombres, que tengan formación técnica suficiente para ser congresistas. Que sepan de los asuntos que van a tratar. Que entiendan la política desde su función social. Que conjuguen el conocimiento inmediato de los problemas de la gente con la solución técnica de ellos. El problema es que hay políticos avezados que conocen todo el tejemaneje político y poco les importa lo técnico. Y hay valiosísimos personajes muy bien formados técnicamente pero con desconocimiento de lo político. Lo grave es que hay unos que ni técnicos ni políticos, solo politiqueros ávidos de consumir erario público.
El congreso necesita tecnopolíticos. Personas con formación académica, con experiencia probada en temas técnicos (contratación, TICs, presupuesto, asuntos agrarios y sectoriales, problemas regionales y locales y su entronque con lo nacional, etc.), y que a la vez tengan la sensibilidad política para priorizar y focalizar los esfuerzos para beneficiar a los más desfavorecidos y olvidados del estado. Sobraría decir que deben ser personas probas, honorables y responsables.
Antes de votar este domingo desde muy temprano, piense con cuidado su voto. Este nuevo congreso debe legislar sobre la manera como se va a materializar la paz. Sus leyes deben hacer realidad los acuerdos y compromisos de las mesas de negociación para terminar la guerra. Si usted simplemente vota por un candidato para pagar un favor por un puesto, un contrato o una recomendación, usted no está comprometido con la paz y el futuro del país. Recuerde que este congreso tiene una responsabilidad muy grande. No se puede elegir mal.
Revise la trayectoria de su candidato o candidata. Si ya ha sido congresista constate qué ha hecho. Y si no lo ha sido cual será su agenda a desarrollar. Recuerde que no es la cara, la simpatía y el abrazo apretado lo que permitirá hacer buenas leyes para el país. Tampoco los tamales o los dineritos escasos que reciba por la compra de su voto. Están en juego cosas muy importantes para dejarlas en manos inexpertas o indignas.

Analice con esmero que hay gente valiosa, no mucha, pero la hay, para  que puede elegir bien a quien dar su voto. Quedarse en casa sin votar es dejar que otros elijan por usted, y muchas veces mal. Después no se puede uno quejar sí dejó en manos de otros las decisiones importantes. Este domingo salga a votar, con toda su alegría y entusiasmo, pero hágalo bien.