PERIÓDICO EL PÚBLICO: LA ÚLTIMA SALIDA EN FALSO DEL ALCALDE JARAMILLO

LA ÚLTIMA SALIDA EN FALSO DEL ALCALDE JARAMILLO

Al mejor estilo del burgomaestre local y con la hinstrionicidad que lo caracteriza, el día 30 de diciembre radicó ante la Gobernación del Tolima, lo que parecería la alternativa para la tan anhelada intervención de la malla vial de la ciudad, sin embargo, al estudiar en profundidad la misiva, y dejando de lado que le tomo 364 días dar repuesta a los continuos ofrecimientos del Gobernador Barreto y la suspicacia que se puede generar con la repentina cordialidad mostrada, es claro que lejos de ser una propuesta seria más bien parece una de las cada vez más recurrentes cortinas de humo que ha venido creando respecto al tema en el presente año.
Al revisar el documento que se ha hecho público por el mismo alcalde, llama la atención, que para ser una propuesta seria o la intención de la realización de un convenio, no se presenten los elementos mínimos que cualquier proyecto debe contener y que muy seguramente el alcalde y su secretaria de infraestructura conocen a la perfección, porque finalmente de lo que se trata es de la solicitud de un ente municipal para la cofinanciación de un proyecto vial mediante un convenio con la administración departamental. En ese orden de ideas y aplicando los mecanismos y los conductos regulares la alcaldía debió haber radicado, en lugar de una carta exposición de motivos y conveniencias, el proyecto, o en su defecto el perfilamiento del mismo, que como mínimo debía tener y  para efectos de tramites es indispensable un nombre, una meta física, la solicitud por la cuantía de recursos requeridos, la identificación de las vías con el método objetivo de selección, el certificado de disponibilidad presupuestal de los recursos de cofinanciación de la alcaldía; los estudios y diseños de las estructuras de pavimento además  y muy relevante, la disposición expedita del Ejército o de los otros actores citados para hacer parte en la ejecución de las labores propuestas.

También llama la atención que se busque involucrar a una institución como el Ejército Nacional que no deja de levantar aprensiones, debido a que si bien y como lo manifiesta el alcalde, el ejército viene desarrollando labores de construcción de vías,  para el ciudadano común no deja de ser dudosa la idoneidad del ejército en su reciente vocación de ejecutor de obras civiles en ambientes urbanos. Por otro lado, para los entes de control, la modalidad expuesta por el alcalde es una de las más delicadas en cuanto a que se obvian los procedimientos regulares de contratación mediante, el mecanismo natural de licitación pública,  máxime cuando no se tiene claridad en el principio de planificación por que no se plantea si el Ejercito adelantaría los estudios, diseños, presupuestos y especificaciones técnicas de la vías, para posteriormente ser el mismo quien ejecute las obras.

Es lamentable que el alcalde de Ibagué siga jugando con la expectativa y la necesidad de los ibaguereños y muestre la desfachatez de poner en medio al Ejército Nacional en lo que parece ser el prólogo de una novela con muchos capítulos con toda la trama y dramatismo que vislumbra tener un final perturbador.

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