Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
La crisis de la salud siempre se
mira desde la arista de la financiación. Que las EPS se quedan con los
recursos, no les pagan a los hospitales, que estos, por no poseer liquidez, no
pagan a sus trabajadores ni proveedores
y todo sumado, se traduce en un hueco que consume grandes cantidades de dinero,
de esfuerzos, de salud y calidad de vida.
Hay un tema no revisado a
profundidad. La medicalización de la salud y la vida misma. ¿Qué se entiende por
medicalización? Es un término lanzado a
la vida pública en 1975 por el historiador, sacerdote y filósofo austriaco Iván
Illich. Quien hizo una crítica radical al poder totalitario y absorbente de la
medicina sobre todos los aspectos que tienen que ver con el bienestar humano y
sobre todo, por los riesgos que puede generar esta intromisión.
Illich lo definió como el proceso
que se extiende de manera imparable por la sociedad de nuestro tiempo, por el
cual los médicos se ocupan y tratan problemas que no son médicos, que atañen al bienestar humano y que están
asociados a características intrínsecas de la vida y a la condición humana.
Temas como la sexualidad, la infelicidad, el envejecimiento y el deterioro
biológico, la soledad, la tristeza, la angustia, el alcoholismo y la muerte son
tratados como problemas médicos, como enfermedades.