PERIÓDICO EL PÚBLICO
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
La crisis de la salud siempre se mira desde la arista de la financiación. Que las EPS se quedan con los recursos, no les pagan a los hospitales, que estos, por no poseer liquidez, no pagan a  sus trabajadores ni proveedores y todo sumado, se traduce en un hueco que consume grandes cantidades de dinero, de esfuerzos,  de salud y calidad de vida.
Hay un tema no revisado a profundidad. La medicalización de la salud y la vida misma. ¿Qué se entiende por medicalización?  Es un término lanzado a la vida pública en 1975 por el historiador, sacerdote y filósofo austriaco Iván Illich. Quien hizo una crítica radical al poder totalitario y absorbente de la medicina sobre todos los aspectos que tienen que ver con el bienestar humano y sobre todo, por los riesgos que puede generar esta intromisión.
Illich lo definió como el proceso que se extiende de manera imparable por la sociedad de nuestro tiempo, por el cual los médicos se ocupan y tratan problemas que no son médicos,  que atañen al bienestar humano y que están asociados a características intrínsecas de la vida y a la condición humana. Temas como la sexualidad, la infelicidad, el envejecimiento y el deterioro biológico, la soledad, la tristeza, la angustia, el alcoholismo y la muerte son tratados como problemas médicos, como enfermedades.
Ibagué, Tolima y Colombia en pruebas SABER
2012, en la Educación Básica
Por Luis Eduardo Chamorro Rodríguez
Hay situaciones problemáticas en la Educación Básica que se ofrece el Tolima. Los datos que el ICFES divulgó en la primera semana de julio (2013),  sobre los resultados de las pruebas SABER que presentaron los estudiantes de los grados tercero, quinto y noveno, en octubre de 2012, así lo hacen evidente.
Los estudiantes de estos grados en Ibagué, superan a los del resto del Tolima y a los de Colombia, en las pruebas de Lenguaje, Matemáticas, Ciencias Naturales y Competencias Ciudadanas.
Los mejores resultados de los estudiantes de la capital, ocurren en el grado noveno, en Matemáticas. Los mejores en los 46 municipios no certificados del Tolima (excluye Ibagué) ocurren en Lenguaje, también en el grado noveno de Educación Básica.
En general, los resultados en los 46 municipios no certificados,  que corresponden a los que administra la gobernación,  están, todos, por debajo de los nacionales y de los de Ibagué, en las cuatro pruebas objeto de evaluación.

Por: Carlos Orlando Pardo
En este año 2013 se cumple el primer centenario de Albert Camus quien alcanzó el Premio Nobel de literatura  a los 44 años, lo que era de por si una hazaña. Nos alentaba saber de su familia con origenes humildes dentro de una familia de colonos franceses en Argelia, la muerte de su padre por heridas en la primera guerra mundial y su gratitud por los profesores de la escuela primaria a quien dedica su discurso del famoso premio. Por los años 70 los escritores en Ibagué que apenas sobrepasábamos los 20 años estábamos atentos a cuanto ocurriera en el mundo y más en el de la literatura. Fueron los hermanos Roberto y Hugo Ruiz quienes nos provocaron a leer a Albert Camus y en aquellos meses al conocerlo no paramos de incursionar en la aventura maravillosa por sus libros. Nos apasionamos de entrada inclusive con sus compañeros de militancia en el existencialismo y nos detuvimos en la famosa polémica entre Marlau Ponty y Albert Camus que pronto fue traducida al aparecer la revista Los tiempos modernos, pero cuyos apartes principales traducían Hugo o Roberto en voz alta en medio del ruido de los cafetines.
Camus significó desde entonces una oportunidad luminosa que nos conducía a la reflexión por encima de lo chato de la cotidianidad llevándonos a las profundidades del ser y el estar, no dejando ocasión muchas veces sino para el pesimismo, ante todo porque rompía con los conceptos de un mundo preestablecido al que era necesario cuestionar.
Por: AGUSTIN RICARDO ANGARITA LEZAMA
He defendido en múltiples escenarios que no se nace humano sino que lo humano es una construcción social. Esa construcción tiene que ver con la educación, con la socialización que desde la casa, las aulas, el trabajo y la vida cotidiana se recibe todos los días. No obstante, se estrella uno con situaciones que ponen a pensar si realmente la educación que recibimos nos forma y humaniza.
Hace unos días, al salir de un hospital, fueron capturados varios empleados mientras se sustraían medicamentos de ese ente de salud. Se sospechaba que se habría constituido una red interna para robarse la droga de los enfermos hospitalizados y venderla a menor precio en algunas droguerías de la ciudad.Como estos contratistas fueron capturados en flagrancia se procedió a cancelar sus respectivos vínculos laborales legales. Uno de los implicados decidió contarles a las autoridades los pormenores de la cadena delictiva. Más de cincuenta personas resultaron desvinculadas…
¡HASTA AHÍ LLEGÓ LA DICHA!
Por: Alberto Bejarano Ávila
Por fin lo entendieron, eso pensé al ojear este título en el diario local: “Festival folclórico necesita renovarse para seguir en alza”, y mi júbilo creció cuando leí el primer párrafo: “llegó la hora de que la Corporación haga cambios para darle nuevo “aire” a las festividades de San Juan y San Pedro en Ibagué”. Quise saber más de la buena nueva, pero hasta ahí llegó la dicha porque el meollo de la nota sólo hablaba de variar recorridos, modificar tiempos entre elección de reinas y otras cositas accesorias y claro, vino la congoja y la autorecriminación, ¿acaso debería esperar algo más que formulismos en mi querido terruño? ¿Acaso desconocía que acá se practicaba el artificio retorico-intencional que denuncio un lampedusano: “que todo cambie para que todo siga igual”?
La chispa de mi delirante y fugaz júbilo surgió por mi torpeza de juzgar que los dirigentes ahora si reconocían que el tolimense debía tener conocimiento del origen de la festividad, sobre su significado histórico, mítico y cultural y, por ende, saber por qué y qué celebra en junio, pues no por simbólico e histórico el festival deja de tener efectos sociales económicos y políticos y ser ocasión propicia para afirmar la identidad y la cohesión social. El festival sin significados y razones no alimenta el espíritu tolimensista, no es referente raizal, no es imán turístico y si corre el riesgo de convertirse en alicaído jolgorio etílico y, para el “vitrinero”, la oportunidad que pintan calva.
Por: AGUSTIN ANGARITA LEZAMA
La corrupción es quizá el problema más grave que aqueja nuestra sociedad. Claro está que no es un problema exclusivamente nacional. De ninguna manera. Es un problema mundial, que carcome hasta las sociedades más desarrolladas y civilizadas. Pero limitarnos a decir esto es consuelo de tontos. La corrupción inicia en la no interiorización y asimilación de la ley. En unos casos porque la ley es injusta o favorecedora de intereses particulares; o porque preferimos la subcultura de la viveza en la que la ley es “para los de ruana” o para los giles, o porque hay que aprovechar el “cuarto de hora”. Además, nos encantan los atajos, privilegios y ventajas exclusivas. Y como nuestro verdadero dios es el dinero, hay que rendirle culto permanente.
Luchar contra la corrupción es, entonces, una tarea muy difícil. Casi imposible de erradicar. Me recuerda lo que decía el ex presidente Julio Cesar Turbay, que la corrupción había que mantenerla en sus justas proporciones, evitar que se desborde pero muy complicado acabarla. Para combatirla se necesita la voluntad de todos no de tres o cuatro.