Por
Hugo Neira Sanchez
Este si es el verdadero cuello de botella
que tienen los campesinos. Aquí es donde muchos campesinos pierden toda la fe
en lo que han cultivado. Es allí donde aparecen las verdaderos “sanguijuelas” y,
en donde el valor agregado queda en
manos de los que no trabajan la tierra y, ha sido por siglos los ostentadores
de las desgracias del campo.
El campesino después de haber vencido
todas las dificultades del cultivo, ahora se enfrenta a recibir los frutos de
esta espera y tarea, y su resultado real
está en el precio que obtiene de su esfuerzo. Espera que el precio no baje y, que sus
homólogos cultivadores no lleven al mercado mucha cosecha, pues los alimentos
“para coger” en nuestra agricultura son estacionarios, su precio oscilan como
las olas, seria diferentes si estos fueran cultivados en invernaderos, pero
para esto se necesita dinero y alta tecnificación.