PERIÓDICO EL PÚBLICO

Ibagué rumbo a la inviavilidad

Ibagué ingresó desde hace mucho tiempo a la categoría de ciudades  con posibilidades de inviabilidad en materia de movilidad. No existe la intención y menos una política definida y clara, con los elementos técnicos, materiales y humanos que esta área de la administración de la ciudad requiere.
Debemos hablar de conductores pasajeros y peatones, o sea de personas, que se mueven al mismo tiempo por unas mismas vías y por diferentes medios, dentro de la ciudad, para realizar su actividad diaria.
Entonces, si la movilidad involucra personas, las políticas deben ser para personas. Las ciudades, que frente al problema de movilidad, solo han pensado en vehículos son un caos o están por serlo.
Las políticas de movilidad, que involucra esencialmente seres humanos que realizan su actividad de vida diaria, deben ser ejercidas por una autoridad con un espectro de ejecución  de igual o superior dimensión al problema y no un ente administrativo que tan solo tiene que ver con los vehículos.
Ilustra lo anterior la descripción clásica y simple de movilidad:
“Por movilidad se entiende el conjunto de desplazamientos, de personas y mercancías, que se producen en un entorno físico. Cuando hablamos de movilidad urbana nos referimos a la totalidad de desplazamientos que se realizan en la ciudad.”
Estos desplazamientos, en una ciudad como la nuestra, se realizan en automóviles, buses, camiones, camionetas, taxis, bicicletas, motocicletas y caminando entre otras.

Cuando las autoridades locales enfrenta el problema y han querido manejarlo toman la determinación simple e inmediatista de imponer el llamado Pico y Placa, que no es otra cosa que reconocer que han fracasado en sus labor de garantiza la movilidad. No podrá nadie afirma que se ha mejorado la movilidad “inmovilizando” el 50 % de los vehículos como es el caso de Bogotá. En Ibagué, el Alcalde ordenó extender a todas las horas luz, el pico y placa, o sea, ha dado un paso más hacia la inviabilidad de la ciudad Musical.  lfhm.

LA ÚLTIMA SALIDA EN FALSO DEL ALCALDE JARAMILLO

Al mejor estilo del burgomaestre local y con la hinstrionicidad que lo caracteriza, el día 30 de diciembre radicó ante la Gobernación del Tolima, lo que parecería la alternativa para la tan anhelada intervención de la malla vial de la ciudad, sin embargo, al estudiar en profundidad la misiva, y dejando de lado que le tomo 364 días dar repuesta a los continuos ofrecimientos del Gobernador Barreto y la suspicacia que se puede generar con la repentina cordialidad mostrada, es claro que lejos de ser una propuesta seria más bien parece una de las cada vez más recurrentes cortinas de humo que ha venido creando respecto al tema en el presente año.
Al revisar el documento que se ha hecho público por el mismo alcalde, llama la atención, que para ser una propuesta seria o la intención de la realización de un convenio, no se presenten los elementos mínimos que cualquier proyecto debe contener y que muy seguramente el alcalde y su secretaria de infraestructura conocen a la perfección, porque finalmente de lo que se trata es de la solicitud de un ente municipal para la cofinanciación de un proyecto vial mediante un convenio con la administración departamental. En ese orden de ideas y aplicando los mecanismos y los conductos regulares la alcaldía debió haber radicado, en lugar de una carta exposición de motivos y conveniencias, el proyecto, o en su defecto el perfilamiento del mismo, que como mínimo debía tener y  para efectos de tramites es indispensable un nombre, una meta física, la solicitud por la cuantía de recursos requeridos, la identificación de las vías con el método objetivo de selección, el certificado de disponibilidad presupuestal de los recursos de cofinanciación de la alcaldía; los estudios y diseños de las estructuras de pavimento además  y muy relevante, la disposición expedita del Ejército o de los otros actores citados para hacer parte en la ejecución de las labores propuestas.

También llama la atención que se busque involucrar a una institución como el Ejército Nacional que no deja de levantar aprensiones, debido a que si bien y como lo manifiesta el alcalde, el ejército viene desarrollando labores de construcción de vías,  para el ciudadano común no deja de ser dudosa la idoneidad del ejército en su reciente vocación de ejecutor de obras civiles en ambientes urbanos. Por otro lado, para los entes de control, la modalidad expuesta por el alcalde es una de las más delicadas en cuanto a que se obvian los procedimientos regulares de contratación mediante, el mecanismo natural de licitación pública,  máxime cuando no se tiene claridad en el principio de planificación por que no se plantea si el Ejercito adelantaría los estudios, diseños, presupuestos y especificaciones técnicas de la vías, para posteriormente ser el mismo quien ejecute las obras.

Es lamentable que el alcalde de Ibagué siga jugando con la expectativa y la necesidad de los ibaguereños y muestre la desfachatez de poner en medio al Ejército Nacional en lo que parece ser el prólogo de una novela con muchos capítulos con toda la trama y dramatismo que vislumbra tener un final perturbador.

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PAISANOS, ¿Y NUESTRO ACUERDO PA´CUÁNDO?

Por: Alberto Bejarano Ávila

Es absurdo negar que el acaecer nacional tenga relativo impacto en la vida regional, pero también es absurdo que alguien pudiese alegar que la “buena mar” para el Tolima depende del acontecer nacional y no de nuestro intrínseco deber de variar el rumbo de la historia. Somos parte orgánica de la geopolítica nacional pero no somos clones, marionetas o súbditos de las élites centrales y por ello el carácter regional tiene que acrisolarse en nuestras propias ideas, propósitos y acuerdos.
Por Luis Eduardo Chamorro Rodríguez

Los hallazgos de investigaciones sobre los efectos e impactos de la calidad de los docentes sobre la calidad educativa en general, dicen que las características de la formación inicial y continua de los docentes tienen una alta influencia. De tal manera que, si se pretende mejorar la calidad de los aprendizajes de los estudiantes habrá que invertir e intervenir sobre los factores de la calidad de los docentes.

En el Tolima, debido a esta situación, cada vez que habla de calidad educativa se pone la mirada sobre lo que se está haciendo en la Facultad de Educación de la Universidad del Tolima dirigido a mejorar el desempeño disciplinar y pedagógico de los docentes  en su formación previa y en los egresados.
“El promedio anual de Licenciados en Educación graduados en la Universidad del Tolima entre el año 2001 y el 2009 es de 613 profesionales de la educación, cifra que incluye los egresados del IDEAD pertenecientes a otros departamentos” dice el informe del Observatorio de la Educación de la UT, “Perfil del docente del Tolima” (Chamorro, 2011).  Es una cifra que da una idea del origen la formación inicial de los docentes del Tolima. Así de esta manera, no hay una sola institución educativa donde no hayan docentes egresados de la Facultad de Educación de la Universidad del Tolima.

COSECHANDO SEXO


AGUSTIN ANGARITA LEZAMA

En días pasados escuché a varias personas quejándose de la importancia que la sociedad actual le da al sexo. Añoraban épocas pasadas donde existían y se respetaban los valores. Y suponen esas épocas como célibes y recatadas. Quizá no comparta esos puntos de vista, lo cierto es que el sexo está metido por todas partes.
No pasa un día en que no publiquen los medios de comunicación la noticia de una mujer violada, abusada o manoseada, de acosos y chantajes sexuales contra funcionarias o funcionarios, de abuso sexual de niños por parte de familiares, vecinos, sacerdotes, pastores o maestros. Hasta las universidades denuncian casos de violaciones en sus campus. La guerra abunda en estos temas. No se salva la guerrilla, ni los paramilitares, las bacrim, la delincuencia común organizada, ni la misma Fuerza Pública. El sexo es el centro de las denuncias.